Políticas de igualdad y diversidad. Pensando el abordaje integral de las Violencias
El jueves 3 de diciembre se llevó adelante el último encuentro del Ciclo de Conversatorios sobre Género, Salud Mental y Consumos Problemáticos propuesto para este año en el marco de las actividades formativas y de capacitación del Hospital Nacional en Red “Lic. Laura Bonaparte”.
El jueves 3 de diciembre se llevó adelante el último encuentro del Ciclo de Conversatorios sobre Género, Salud Mental y Consumos Problemáticos propuesto para este año en el marco de las actividades formativas y de capacitación del Hospital Nacional en Red “Lic. Laura Bonaparte”.
La iniciativa expuso entre sus objetivos la reflexión de representaciones sociales acerca de la salud mental y los consumos problemáticos de sustancias desde la perspectiva de género; la problematización de las prácticas a fin de fortalecer y mejorar los modelos actuales de atención de mujeres, varones y disidencias, tanto respecto a la accesibilidad como en el sostenimiento de los procesos de tratamiento; y la promoción de la conformación de una red de profesionales, servicios, instituciones y espacios académicos que trabajen sobre la temática desde una perspectiva integral y de respeto por los derechos humanos.
“Partiendo de la premisa que la violencia de género es uno de los atravesamientos fundantes del padecimiento psíquico en mujeres y disidencias elegimos esta temática para cerrar el ciclo de conversatorios de este año”, sostuvo la licenciada Ana Allí, integrante del equipo de coordinación de la propuesta. “Si hay una consiga que une el movimiento de mujeres y diversidades es la de “ni una menos” logrando poner en agenda pública una problemática por años invisibilidad o por cuanto menos restringida al ámbito de lo íntimo”.
En este encuentro se contó con la participación de la licenciada Cecilia “Checha” Merchán y la magister Claudia Teodori, referentes feministas de renombre y reconocida trayectoria en las temáticas en cuestión.
De esta manera, estos espacios de formación y capacitación contribuyen a continuar en el recorrido de los abordajes de estas problemáticas “haciendo jugar esa frase que lo personal es político para interrogar dispositivos y lógicas de intervención”, concluyó Allí.
“Las políticas de Estado han mirado las violencias como un tema individual o como violencia específica que se da de un hombre hacia una mujer y se trabaja sobre esa puntualidad”, sostuvo Merchán. “Sin embargo, desde nuestro lugar (actualmente es Secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad en el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación) creemos que hay que mirar la violencia en todas sus formas; porque si no miramos todas sus formas vamos a estar reduciendo la mirada integral”.
“La violencia aparece por todos lados y su origen es la desigualdad. Desde el Ministerio tenemos que trabajar fuertemente sobre estas desigualdades”, remarcó. De esta manera, Merchán asintió que dichas distinciones se presentan en todos los ámbitos y espacios de la vida sean tanto económicos, culturales, deportivos, laborales, entre otros.
Desde la perspectiva de salud en general y la salud mental en particular, comentó: “estas desigualdades que generan todas esas violencias provocan en todes nosotres grandes padecimientos mentales, psíquicos, espirituales, porque además de tener un correlato económico contundente nos trae una cantidad de dolores y angustias vinculadas no solamente al lugar que se nos pone en materia de cuidados, sino también sobre el esfuerzo que tenemos que hacer para desplegar nuestras vidas como queremos”.
“En esto que lo personal es político creo que desde los feminismos venimos a traer estas condiciones y que nunca debemos olvidarlas en ningún lugar donde estemos. Si ese lugar es el Estado también tenemos que pensar por dónde vamos a volver nuestro deseo, por dónde vamos a mover colectivamente nuestro deseo, porque ese deseo colectivo es lo que nos sana”.
En este sentido, Merchán sostuvo que las acciones colectivas no solamente posicionan a las mujeres y al colectivo LGBT hacia el avance de derechos, la instalación de nuevos sentidos en pos de la protección contra el patriarcado, sino que también “curan estos padecimientos”.
Para concluir, manifestó la necesidad de seguir avanzando sobre el status quo como experiencia transformadora: “para adelante es más construcción colectiva”.
A su tiempo, Teodori hizo especial hincapié en cómo la coyuntura actual, atravesada por la pandemia COVID -19, repuso ciertas preocupaciones respecto del retroceso en materia de enfoques y abordajes en salud a partir del regreso a epidemiologías de viejas tradiciones, el abandono de los enfoques socioculturales y sobre todo una ampliación de la esfera de la biomedicina. “Ha venido avanzado y desconociendo ciertas condiciones que tienen que ver con las cuestiones étnicas, de género, económicas, religiosas por las propias bases que tiene el paradigma biomédico”, sostuvo.
“Las epidemias vienen a ser grandes lentes que permiten visibilizar aquello que estaba y en relación a las mujeres, a las mujeres cis sobre todo vemos que se puso más de manifiesto la crisis de los cuidados, las desigualdades sociales, la peligrosidad del ámbito doméstico”.
“De alguna manera puso en relevancia algo que es histórico que es la apropiación de los tiempos y los cuerpos de las mujeres en función de una domesticidad que tenemos de alguna manera naturalizada”.
En este punto, la magister especificó lo manifiesto y lo no manifestó tanto respecto de los datos estadísticos que dan cuenta de grandes deficiencias en la obtención de información como ser, tipos de consulta o perfil de las mujeres que transitan por los ámbitos sanitarios. Esto, según Teodori, se complejiza al escuchar y trabajar con sus propias experiencias y padecimientos: “son ellas las que van armando las trayectorias frente a múltiples opciones de recursos desperdigados. Van produciendo de alguna manera los espacios que transitan; a costa de un gran sufrimiento extra van logrando esa trama con los recursos de salud, justicia, etc.”.
Por otro lado, la magister destacó las regularidades que se hacen presente respecto del tránsito de las mujeres en situación de violencia por los servicios de salud: “Muchas veces muchas de ellas pasan sin ser advertidas. Tenemos grandes problemas de detección, de captación, de sensibilidad de ver esa problemática sobre todo cuando las mujeres no quieren o no pueden comentar abiertamente que están atravesando una situación de violencia. Esto es muy problemático y se han hecho escasos avances”.
Asimismo, puntualizó sobre las problemáticas de salud mental y las respuestas dadas por el sistema, ofreciendo diagnósticos diferenciales a mujeres que a varones, sobre todo en temas de depresión y ansiedad: “como etiquetas más frecuentes”.
“También hay otra cosa preocupante en relación a las mujeres que sufren violencia que es esa rápida prescripción del fármaco, que implica una estigmatización, porque a través de su prescripción la mujer está viendo como convalidado el discurso violento del agresor. La ciencia le pone la etiqueta a esa situación: donde “la enferma sos vos”, “la que tienen que tiene problema sos vos”. Y eso cierra de alguna manera el proceso de etiquetamiento.”
Otra cuestión destacada por la expositora fue el registro de la actuación del sistema de salud respecto de las violencias, subrayando la ausencia de datos sistemáticos y la deficiencia para establecer prevalencias.
En este sentido, el Hospital Nacional en Red “Lic. Laura Bonaparte” considera que el problema estructural de la violencia de género en la sociedad tiene múltiples variables desde donde puede ser abordada siendo una de ellas el ámbito de la salud, como lugar privilegiado de acercamiento ante el pedido de atención y cuidado.