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Pasafaunas para la conservación en el Parque Nacional Iguazú

El área protegida cuenta actualmente con siete estructuras que permiten el paso de la fauna arborícola y son utilizadas con frecuencia por familias de monos caí, por ejemplo.


El Parque Nacional Iguazú, en Misiones, protege una porción de la Selva Paranaense y su importante biodiversidad. Entre las estrategias implementadas en el área protegida para favorecer la movilidad de los animales y estudiar sus hábitos y comportamientos, los pasafaunas cumplen un rol esencial para favorecer el libre desplazamiento y aportan a disminuir el riesgo de atropellamientos, junto con la señalética de velocidades máximas y otras herramientas viales.

Los pasafaunas pueden implementarse por debajo de la ruta (subviales) o por encima de la misma (ecoductos). Estos últimos son puentes con tierra y vegetación para los animales o pasos aéreos como los que existen en el Parque, utilizados por fauna arborícola como monos, ardillas, tamanduás y comadrejas, entre otros. Todas las especies que se mueven a través de las copas de los árboles pueden utilizar estos pasafaunas, mucho más simples en términos de construcción, dado que estos animales son hábiles y están acostumbrados a circular por lianas y enredaderas, por lo que una soga o cables son suficientes para permitir su aprovechamiento.

En el área protegida se desarrolló una primera experiencia en un lugar frecuente por donde los monos cruzaban la ruta, según las indicaciones de un grupo de investigación que estudia desde hace años el comportamiento de los monos caí en el Parque. Allí se construyó un pasafauna sobredimensionado a partir de la instalación de dos postes gruesos y una suerte de pasarela con cables de acero y tablas de madera que fue utilizada inmediatamente por estos y otros animales arborícolas.

A partir de aquella iniciativa, surgida de la investigación y el manejo, el Parque posee actualmente siete pasafaunas aéreos en sus caminos internos y esa primera propuesta fue reemplazada en base a la experiencia por una simple soga gruesa reciclada, que es utilizada diariamente por monos caí y sus crías. Los últimos instalados en el área se construyeron junto a voluntarios con materiales reciclados, reutilizando cuerdas de escalada -aptas para la intemperie- y tramos de caño de agua de descarte: elementos muy simples que los monos adoptaron rápidamente para cruzar el camino.

La importancia de estas estrategias radica principalmente en que, si bien las rutas y caminos dentro de las áreas protegidas permiten la comunicación, recorrer fácilmente el área, observar distintos ambientes y llegar a distintos sitios dentro de la selva, se transforman a su vez en barreras para muchos animales que no las cruzan o son incluso atropellados. De esta manera, a través de la construcción de pasos seguros para la fauna se procura disminuir dicho “efecto barrera” en los Parques.

Velocidades máximas

El biólogo Guillermo Gil, responsable del Centro de Investigaciones Ecológicas Subtropicales (CIES) de Parques Nacionales, destaca que "muchos de los atropellamientos que existen hoy se pueden evitar, siendo una de las causas principales el hecho de no respetar las velocidades máximas, y eso depende de la conciencia de cada conductor", a lo que agrega: "Está en nosotros, en la mayoría de los que visitamos las áreas protegidas, aplicar esta medida: disminuir la velocidad y prestar atención a si se cruza un animal, manteniendo la distancia de frenado".

Existen en la selva animales grandes como tapires, yaguaretés, pumas, corzuelas y pecaríes que no sólo pueden ser muertos por el atropellamiento, sino que también pueden dañar gravemente los vehículos o causar accidentes viales de importancia, incluso fatales para el conductor. "El desafío es respetar las normas", asegura Gil.

La velocidad máxima dentro del Parque Nacional Iguazú es de 60 km/h en la mayoría de los tramos. Luego existen tramos -indicados a través de estaciones de reducción de velocidad que incluyen divisores de calzada, bandas ópticas sonoras, dientes de dragón, lomos de burro y cartelería- en los que la velocidad máxima es de 40 km/h, así como lo es a lo largo de todo el acceso a Cataratas.

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