Gómez Alcorta detalló que, según datos consignados por la Secretaría de Políticas Universitarias, el 58% de la población estudiantil de nivel superior son mujeres. No obstante, en las carreras de ingeniería la cifra disminuye al 23%. En este sentido, expuso sobre los condicionamientos culturales y económicos que generan brechas de desigualdad entre las mujeres y LGBTI+ con respecto a los hombres; estos factores influyen, a su vez, en la exclusión de identidades feminizadas de las carreras vinculadas a la ingeniería.

"La Ley Micaela es una herramienta muy importante que jerarquizamos porque su potencia implica llegar a todos los ámbitos, capacitar en género y en diversidad, y también frente a las violencias por motivos de género”, manifestó la ministra y agregó: “Es abrir las miradas y llevar preguntas, porque una vez que las desigualdades se ven, hay capacidad para la transformación. Que las violencias se vean implica que se identifiquen y eso nos permite la posibilidad de que se prevengan y, por ende, que se erradiquen”.

El programa busca formar a las autoridades y gestorxs de las universidades a través de cursos de formación en el marco de la Ley Micaela, y ya cuentan con tres cohortes previstas para el próximo año. Asimismo, se apunta también a crear una red que permita multiplicar las experiencias de cada universidad, con el fin último de fomentar el acceso, la permanencia y el egreso de mujeres y LGBTI+ en las carreras de esta área.

El panel contó con la moderación del presidente del Comité Organizador, Néstor Braidot y la decana de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la Universidad Nacional de Rosario, Graciela Utges. La actividad se inscribió en el marco de la 70° Asamblea Plenaria del CONFEDI que se desarrolla desde el 23 hasta el 26 de noviembre y en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres que se conmemora mañana, 25 de noviembre.