Presidencia de la Nación

Palabras de Matías Kulfas en el Día de la Industria Minera

Discurso del Ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas en ocasión de la celebración del Día de la Minería


Sr. Presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros Franco Mignacco.
Sr. Secretario General de la Asociación Obrera Minera Argentina, Héctor Laplace.
Autoridades nacionales y provinciales
Empresarios, empresarias, trabajadores y trabajadoras de la industria minera argentina

Reciban un caluroso saludo de nuestro Presidente Alberto Fernández en esta celebración del día de la minería.

La economía argentina se ha recuperado más rápido de lo que se esperaba. De acuerdo a los datos del INDEC, en febrero la actividad productiva fue 6,5% más elevada que la de diciembre de 2019. Hemos recuperado no solo lo perdido por la pandemia, sino también gran parte de lo perdido en la crisis de 2018-2019.

Fruto de esa recuperación económica, estamos viviendo un dinamismo en la creación de puestos de trabajo como hacía mucho tiempo no se veía. Desde mediados del año pasado, la economía argentina ha creado un promedio de 20.000 empleos formales asalariados en el sector privado por mes. Hay que remontarse al año 2011 para encontrar ese ritmo de creación de puestos de trabajo. Gracias a ello, la tasa de desocupación bajó al 7% a fines del año pasado, la menor en cinco años.

Esta reactivación económica y del empleo debe ser sostenida y ampliarse mes a mes y año a año. Para que ello sea posible necesitamos más inversión y más exportaciones, porque bien sabemos que casi todas las crisis económicas que tuvieron lugar en los últimos 80 años se originaron en la falta de divisas. También queremos que esa reactivación sea cada vez más federal, permitiendo que más ciudadanos y ciudadanas puedan crecer, educarse y trabajar allí donde nacieron. También queremos que esa reactivación se consolide sobre la base de salarios crecientes.

La minería argentina ha sido un motor importante de la recuperación económica, con una producción en alza y, sobre todo, nuevos proyectos que se están poniendo en marcha. El sector empezó el año 2022 con 34.000 puestos de trabajo formales directos, la mayor cifra de la historia reciente del sector minero. Contando los empleos indirectos, estamos hablando de más de 80.000 familias que viven de la minería.

Ese dinamismo también tiene impactos claros en el desarrollo federal: 5 de las 10 localidades del país que mayor crecimiento tuvieron en los últimos dos años en materia de creación de empleo formal son localidades mineras. Provincias como Catamarca, San Juan y Santa Cruz, han creado empleo formal muy por encima de la media nacional en los últimos dos años. Es imposible entender eso sin la minería.

La minería argentina en el mundo que se viene

Estamos en un momento bisagra de la historia argentina en general, y de la historia minera de nuestro país en particular. El mundo está en plena transición hacia la sostenibilidad ambiental y la digitalización. Argentina tiene mucho para aportar en esa transición, con energías que ayuden a descarbonizar países intensivos en el uso de carbón, y con minerales fundamentales como insumos para las energías limpias y nutrir el paradigma digital. Un vehículo eléctrico requiere entre 5 y 6 veces más cobre que uno convencional. Los molinos eólicos también requieren más cobre que las centrales térmicas convencionales. Las computadoras, celulares y demás dispositivos electrónicos demandan no solo litio y cobre, sino también minerales como oro y plata, entre muchos otros.

Esa transición hacia la sostenibilidad ambiental y la digitalización nos encuentra con una minería “a media máquina” en nuestro país. En 2021 exportamos 3.200 millones de dólares de minerales, 17 veces menos que Chile, con quien compartimos la misma cordillera.

Tenemos un potencial gigantesco, todavía subaprovechado. Imaginemos, por un momento, las implicancias para nuestro país si en lugar de exportar 3.200 millones de dólares de minerales lo hiciéramos por 15.000 o 20.000 millones.

Decía recién que las divisas son fundamentales para que la economía pueda seguir creciendo, creando puestos de trabajo y reduciendo la pobreza y la desigualdad. El crecimiento es fundamental para el progreso social, pero también demanda más importaciones. Por eso nuestra capacidad de crecer está determinada por la disponibilidad de divisas.

Por cada 1.000 millones de dólares adicionales de exportación, la economía se nutre de divisas adicionales que nos permiten crecer y generar 27.000 nuevos puestos de trabajo formales en todos los sectores de la economía y sacar de la pobreza a 180.000 personas. Hagamos la cuenta de todo lo que se podría generar si exportáramos 15.000 o 20.000 millones adicionales. Sin dudas, el desarrollo de la minería es parte de la solución a los problemas de nuestro país.

Hasta aquí hicimos referencia al potencial impacto macroeconómico del desarrollo minero. Pensemos también en los impactos locales. La minería es una actividad de altísima formalidad laboral y de elevados salarios. Tomando el conjunto de la actividad, sus salarios duplican al promedio de la economía. En la minería metalífera y en el litio, donde más dinamismo inversor se registra en la acualidad, los salarios son entre 2,5 y 3,2 veces mayores a la media de la economía, y se encuentran entre los más altos de todas las actividades productivas. En 2021, el salario promedio en la minería metalífera fue superior a los $300.000. Y 95 de cada 100 puestos de trabajo en la minería metalífera son formales, la cifra más alta de la economía junto con los hidrocarburos.

Las controversias

Pese a estos claros indicadores, la minería es una actividad que genera controversias en el debate público, y que incluso en ocasiones han derivado en lamentables situaciones de violencia.

Consideramos fundamental reflexionar de manera colectiva sobre la causas de esas controversias y encontrar en conjunto, sector público, sector privado, organizaciones sindicales y de la sociedad civil las respuestas que nos permitan construir las condiciones de confianza en la actividad minera.

Desde el sector público corresponde una autocrítica histórica por no haber generado las herramientas de información sobre minería. A modo de ejemplo, se suela afirmar públicamente que la minería deja apenas el 3% en Argentina y que el 97% restante de sus recursos son apropiados por empresas transnacionales. Eso es sencillamente falso: la minería deja el 80% de lo que produce en nuestro territorio, bajo la forma de impuestos provinciales y nacionales, pagos de salarios, cargas sociales y contratación de proveedores locales. ¿Pero por qué hasta ahora nadie mencionaba estos indicadores contundentes? Básicamente porque no se había generado información pública fidedigna al respecto.

Del mismo modo, hay una idea difundida de que la minería es una actividad de enclave, con nulos encadenamientos productivos con otros sectores. Esa idea también es falsa: las empresas mineras destinan cerca del 50% de su facturación a contratar proveedores locales para llevar adelante su producción.

Hemos dado pasos decididos para modificar estas carencias de información pública sobre minería, que han llevado a diagnósticos equivocados sobre el sector. Hemos puesto a disposición de la sociedad un conjunto de estudios permiten dar respuesta a preguntas clave para poder afrontar con seriedad el debate público. Por ello pusimos en marcha el SIACAM, un sistema de información sobre minería que es realmente innovador para un sector productivo argentino.

Pero hay parte de las controversias sobre minería que van más allá de la disponibilidad de información pública, y que tienen que ver con la confianza entre ciudadanía y Estado. La transparencia en la infomación, la coherencia de la dirigencia política y el compromiso activo, incondicional y decidido del sector empresario con el cuidado del ambiente y el desarrollo de las comunidades son aspectos fundamentales para rervertir la desconfianza que aún existe en sectores de nuestar sociedad respecto a la actividad minera.

Hemos puesto recientemente en marcha la Mesa de Minería Abierta a la Comunidad, la MEMAC, por medio de la cual iniciamos un camino de diálogo constructivo sobre la minería. Hemos convocado a los distintos sectores (trabajadores, empresas, organizaciones ambientalistas, asambleas, academia, organizaciones de la sociedad civil y gobiernos provinciales y locales) a dialogar y escucharnos acerca de la minería argentina, qué temores genera, qué aspectos son mejorables, dónde están las potencialidades, dónde los riesgos. Queremos construir colectivamente una minería que sea futuro, que cuide cada vez más el ambiente, que genere progreso y certidumbre y no dudas o miedos. Las puertas de nuestro Ministerio estarán siempre abiertas para quien quiera dialogar, siempre en un marco de respeto mutuo y de rechazo a la violencia.

Los desafíos

La minería tiene mucho por aportar al país, al desarrollo local y a la transición a las energías limpias. Tenemos muchos desafíos por delante. Además de la necesaria construcción de confianza sobre el sector, debemos trabajar en cuestiones en donde sabemos que la minería argentina todavía tiene mucho por mejorar. Por ejemplo, la cuestión de género: apenas el 9% del empleo minero es femenino. Es una de las cifras más bajas de la economía. Desde el Estado hemos instrumentado iniciativas que ayudan a que haya más mujeres en las minas, porque la minería es una fuente de salarios altos, de empleo digno y formal, y de ascenso social. Sé que varias empresas están con políticas activas para incorporar mujeres. Aplaudimos ese tipo de iniciativas, y queremos que más empresas las implementen y que se sostengan en el tiempo. Cuenten con nuestro Ministerio para ello.

Otra cuestión a mejorar tiene que ver con el desarrollo de proveedores. Sabemos que la minería lejos está de ser una actividad de enclave, y que gasta alrededor de 2.500 millones de dólares al año a otras empresas argentinas para abastecerse de toda una variedad de bienes y servicios, tales como insumos industriales, servicios de construcción, catering, transporte, comercio, servicios geológicos y un largo etcétera. Tenemos espacio para incrementar la participación de proveedores locales, sustituir importaciones y desarrollar nuevos proveedores. Que la minería tenga cada vez más efectos multiplicadores no solo es necesario para generar más empleo y ahorrar más divisas, sino que también contribuirá de manera contundente a que mejore la percepción pública sobre la actividad. Cuenten con nuestro Ministerio, a través del Programa de Desarrollo de Proveedores e iniciativas de la Secretaría Pyme y la Secretaría de Minería para disponer de las herramientas necesarias para que cada vez tengamos más pymes proveedoras de calidad de la minería. Tenemos decenas de experiencias exitosas en el desarrollo de proveedores industriales PYME para la minería a los que apoyamos con créditos a tasas subsidiadas y aportes no reembolsables. Y vamos por más.

Un tercer desafío tiene que ver sin dudas con la cuestión ambiental. Contrario a lo que a veces se cree, la minería argentina hoy tiene estándares ambientales muy por encima de la media de las actividades productivas. Soy una persona que ha recorrido cientos de establecimientos productivos de distintos sectores y puedo dar fe de ello. Pero eso no es una invitación a relajarse, sino todo lo contrario: queremos que inviertan cada vez más en nuevas tecnologías para mejorar la huella ambiental de sus procesos. Nosotros desde el Estado vamos a ser cada vez más exigentes con ello, porque el “vale todo” en la producción, que era algo normal hace 30 o 40 años, no va más.

Respecto al uso de agua, los datos muestran que la minería no es particularmente intensiva en el uso. Por ejemplo, en una provincia minera como San Juan, donde la minería explica alrededor del 10% del Producto Bruto Geográfico, el uso de agua no llega al 1% del total. Lo mismo ocurre en países como Chile, Australia o Perú, todos más mineros que el nuestro. La razón es que se reutiliza en circuitos cerrados. Más allá de eso, debemos apuntar a ser cada vez más eficientes en materia hídrica, y a desarrollar programas de compensación hídrica que permitan avanzar en obras de infraestructura para asegurar un mejor acceso al agua a la población y a otros sectores productivos.

La minería es una actividad intensiva en el consumo de energía, tanto de combustibles para movilizar los equipos de transporte como en electricidad para ciertos procesamientos. De acuerdo a datos de la OCDE, la minería está entre los 10 sectores más intensivos en consumo de energía. Es fundamental avanzar aquí en dos direcciones: eficiencia energética y descarbonización. Tenemos un gran potencial para que empresas nacionales puedan proveer equipos de generación de energías renovables a yacimientos mineros, que queremos empiecen cada vez más a usar energías más limpias y, en ese proceso, también desarrollar proveedores locales. Hemos constituido recientemente un cluster de proveedores de equipos de energías renovables, integrado por empresas como IMPSA, EPSE, Parque Eólico Arauco y varias más junto a representantes de las provincias de San Juan, Mendoza, Rio Negro, Neuquén, La Rioja y Catamarca. Será una herramienta central para colaborar en este objetivo.

Palabras de cierre

La economía argentina y particularmente nuestra minería están en un punto de inflexión. Estamos recibiendo un interés inversor como no lo habíamos visto en mucho tiempo. Tenemos un enorme potencial para que la minería sea una de las palancas del desarrollo del siglo XXI, para que genere puestos de trabajo bien pagos, arraigo local, desarrollo federal y que además permita apalancar nuestro entramado industrial, científico y tecnológico. Es por ello que la minería constituye un eslabón central de nuestro Plan Argentina Productiva 2030. En ese plan, que se divide en 10 grandes misiones productivas, la minería tiene una misión específica.

Queremos desarrollar el potencial minero del país. Pero no queremos hacerlo a cualquier costo ni de cualquier manera.

Quiero ser bien claro: rechazamos y rechazaremos cualquier proyecto de inversión que no tengan a la cuestión ambiental como prioritaria, que no tenga compromiso con el desarrollo de las comunidades o que carezca de interés por el desarrollo de proveedores locales. Descuidando los aspectos ambientales y de desarrollo local solo cosecharán rechazo, tanto de este gobierno como de la ciudadanía.

En los peores momentos de la pandemia, nuestro Presidente nos recordó que “nadie se salva solo”. Esto vale también para abordar los desafíos que enfrenta el sector minero. La minería tiene que ser una actividad de puertas abiertas, en la que toda la información relevante se encuentre accesible, y vamos a necesitar del compromiso de todas y todos para hacerlo posible.

La cooperación y coordinación de esfuerzos es central para optimizar el desarrollo minero. Por eso celebramos y acompañamos iniciativas como la Mesa del Litio, integrada por las provincias de Catamarca, Salta y Jujuy, que está generando iniciativas centrales para el desarrollo de este insumo tan importante. Estamos decididos a trabajar en la industrialización del litio y hemos enviado al Congreso un proyecto de Ley de Electromovilidad, para que Argentina pueda constituirse en una base sudamericana para la producción de vehículos eléctricos.

Queremos una minería pujante, que crezca año tras año. Queremos una Argentina que además de industrial y agropecuaria sea también minera. Pero para construir esa Argentina necesitamos tener una mirada compartida sobre la actividad. Tenemos mucho por hacer en conjunto para lograrla. Desde el gobierno nacional, venimos trabajando todos los días en esa dirección. Y lo vamos a seguir haciendo, con diálogo con cada uno de los actores sociales, con respeto, con información, con empatía, con compromiso.

La minería será una parte sustancial de las soluciones a los problemas del desarrollo argentino. Trabajemos juntos para que ese potencial se transforme en una realidad. Cuenten con nosotros para hacerlo.

¡Feliz día de la minería!

Muchas gracias

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