Así lo cuenta el presidente de la cooperativa La Rama que nuclea a trabajadores y trabajadoras de espacios públicos.

La cooperativa La Rama es un espacio que surge de la organización del sector de trabajadores y trabajadoras en espacios públicos nucleados en la UTEP y que aúna a vendedores, vendedoras y artistas callejeros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En el año 2019, debido a la necesidad de tener una herramienta jurídica y representativa para los trabajadores y trabajadoras, se organizan como cooperativa.

“El vínculo con el Ministerio de Desarrollo Social surge el año pasado, nos sentamos a ver que políticas se podían empezar a implementar para el sector” cuenta Pablo Dorigo, presidente de La Rama. Y agrega que “de las principales que surgió fue la de poder tener fondos de microcrédito de la CONAMI que para nosotros como sector es importantísimo”.

Los vendedores ambulantes y artistas callejeros utilizan estos microcréditos para la compra de insumos. Ya sea para la confección de un producto, como también la reventa y la compra de materiales, equipos y ropa como en el caso de los artistas callejeros.

“El vendedor ambulante en muchos aspectos puede haber sido una consecuencia de no poder encontrar un espacio dentro del mercado formal”, dice Dorigo y agrega: “Es el reflejo más claro de lo que llamamos economía popular, de los sin patrón, de generar su propio trabajo”.

“El sueño principal nuestro es el reconocimiento por cada uno de los actores estatales, de nuestro trabajo, la regularización, poder dedicarnos a salir y ganarnos el mango todos los días, ese es el sueño central por el cual nos movemos, nos organizamos y día a día la vamos peleando y conquistando pequeños derechos”, concluye Dorigo.