Presidencia de la Nación

Nuevas declaratorias: los palacios Bosch-Alvear y Alvear-Ortiz Basualdo

Los dos palacios fueron declarados Monumentos Históricos Nacionales.


Por medio de los Decretos N° 1084 y N° 1085, con fecha 29 de noviembre de 2018, fueron declarados respectivamente, como Monumento Histórico Nacional, los antiguos palacios Alvear Ortiz Basualdo (actual Embajada de Italia) y Bosch Alvear (actual residencia del Embajador de los Estados Unidos de América).

Palacio Alvear Ortiz Basualdo

Avenida del Libertador y Billinghurst, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La actual sede de la embajada de Italia fue propiedad de Federico de Alvear y su esposa, Felisa Ortiz Basualdo, cabales representantes de la predilección argentina por la cultura francesa en la primera mitad del siglo XX. Alternaban prolongadas estadías en París con temporadas en Buenos Aires y tenían buen conocimiento de la gran tradición artística francesa. El diseño del edificio en sus líneas generales fue delineado a fines de la década del diez por el mismo Federico de Alvear, quien a la par de su afición por el turf era un apasionado por la arquitectura al punto de construir él personalmente maquetas de estudio para distintos proyectos que impulsara, quedando a cargo de profesionales de la construcción el desarrollo de aspectos técnicos y constructivos. La residencia se encuentra rodeada de un amplio jardín, concebido también como patio de honor, lo que otorga a la construcción una apariencia de “hotel particulier” y “villa” a la vez. El estilo elegido se inspira en la arquitectura francesa de mediados del siglo XVIII. Las fachadas tuvieron como modelo un edificio parisiense bien conocido y admirado por muchos argentinos de la época. La principal recrea las líneas del “Hôtel de Biron”, construido hacia 1730 por Jacques-Ange Gabriel y Jean Aubert para el financista Peyrenc de Moras y sede actual del Museo Rodin en Paris. Pero lo hace como una variación del tema original, con logradas transposiciones y reubicaciones de los elementos compositivos básicos del modelo. Esta emulación de modelos consagrados, que toma el nombre francés de “pastiche”, consiste en seleccionar los elementos principales de una composición arquitectónica de prestigio para restituirlos dentro de un conjunto que rememora el original. Los interiores, si bien responden a una arquitectura inspirada en el siglo XVIII francés, presentan una disposición particular donde las secuencias y articulaciones espaciales propias de la arquitectura recreada se transgreden. Los salones de recepción, originalmente decorados con revestimientos y mobiliario de época seleccionado por Alvear y su esposa fueron redecorados al ser vendida la casa al gobierno italiano en 1924. El palacio Alvear resume una época en que las residencias de Buenos Aires evolucionaban hacia una heterodoxia en la emulación de los modelos franceses consagrados, apareciendo criterios de disposición y confort de inspiración inglesa y cierto espíritu italiano en la concepción del edificio como villa rodeada de parque en cercana relación con los interiores.

Palacio Bosch Alvear

Avenida del Libertador 3502 y J. F. Kennedy, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Encargado por Ernesto Bosch al arquitecto Sergent, este grand hôtel particulier es, sin duda, uno de los exponentes más notables del género entre nosotros. Su volumen conciso y severo se ubica dentro de la tradición del Neoclasicismo francés –muy probablemente inspirado en el compacto château normando de Bénouville, obra de Claude-Nicolas Ledoux–, y presenta un frente en el que se destaca el cuadro con las cuatro columnas monumentales de orden corintio del cuerpo central, coronado por balaustradas, mansarda y copones; una resolución similar se destina a la armónica fachada posterior, abierta a los jardines diseñados por Achille Duchêne. La espléndida espacialidad interior se beneficia con un juego perspectívico regido tanto por los ejes rectores de simetría cuanto por la luminosa atmósfera aportada por la claraboya del gran hall central de recepción.


Scroll hacia arriba