Presidencia de la Nación

Nora del Valle Millone Juncos: “Existe una suerte de ‘incumbencia no explícita’ mediante la cual y por el hecho de ser mujer se restringe su actividad a determinadas áreas”

Nora es abogada y tiene una trayectoria de más de 30 años como funcionaria pública. En la actualidad es la primera mujer en ocupar el cargo de Presidenta del Tribunal de Cuentas de la Provincia de Jujuy, y recientemente, fue designada como Vicepresidenta Primera del Secretariado Permanente de Tribunales de Cuentas de la República Argentina.


En esta entrevista, nos habla de sus experiencias y de sus años de trabajo para llegar a desempeñarse como máxima autoridad responsable del organismo de control provincial, y sus opiniones personales acerca de la realidad de las mujeres en el interior del país y el compromiso por parte del Estado para cambiar esta situación.

¿Cómo fue el inicio de tu carrera laboral y cómo estaban conformadas las estructuras jerárquicas en ese momento?

Mi carrera en la Administración Pública comenzó en 1987 como asesora técnica de la Secretaría de Acción Social, dependiente del entonces Ministerio de Bienestar Social. Desde mi profesión de abogada y con un fuerte compromiso social que inició desde edad temprana y aún persiste, me avoqué al diseño de proyectos tendientes a mejorar la calidad de vida de los menores y ancianos alojados en hogares estatales, del personal de cuidado y al desarrollo de talleres de oficio para adolescentes.

Las estructuras jerárquicas a fines de los ́80 eran simples, no había superestructuras lo que simplificaba en gran medida la burocracia. Las carteras ministeriales estaban compuestas por el ministro, dos secretarios de Estado y direcciones a cargo de las diferentes áreas.


El Síndico General de la Nación, Carlos Montero y la Síndica General Adjunta y Directora del Observatorio de Políticas de Género, Irma Miranda, entregan una distinción a Nora por su designación como Vicepresidenta Primera del Secretariado Permanente de Tribunales de Cuentas de la República Argentina

A lo largo de tu trayectoria ¿has vivido situaciones que implicaran algún tipo de violencia o discriminación por ser mujer?

No afortunadamente, pero sí corresponde destacar que en el contexto de aquellos tiempos el ámbito y actividades políticas estaba centrado en los hombres quienes ocupaban más del 90 por ciento de los cargos jerárquicos.

¿Cómo era el porcentaje de mujeres en lugares de poder en ese momento?

El porcentaje como señalé anteriormente era absolutamente exiguo, en ningún caso superaba el 6 por ciento de los cargos.

¿Cómo fue el camino para llegar a ocupar un cargo jerárquico?

Respecto a mi carrera ascendente, entiendo que fue el reconocimiento a los años de trabajo desempeñado con absoluta dedicación, constancia y compromiso. Sostengo lo dicho, toda vez que al desarrollar distintas tareas técnicas que me permitieron conocer todos y cada uno de los estamentos del Estado me convertí, sin quererlo, en persona de consulta para cualquier trámite o proyecto a ejecutar en el ámbito de la Administración Pública. Siempre sostuve que el reconocimiento a los técnicos, engranajes fundamentales para la concreción de las políticas, llega después de un largo tiempo, sin desconocer que a veces no llega nunca.

¿De qué manera viviste la transformación que se fue dando en la Administración Pública en los últimos tiempos en cuanto a diversidad y equidad de género?

Con el entusiasmo que se vive toda ampliación de derechos. Entiendo que aún falta mucho camino por recorrer para vencer prejuicios y que el cambio cultural que el sistema patriarcal demanda va a llevar tiempo pero una vez dados los primeros pasos la marcha no ha de detenerse.

¿Considerás que en la Administración Pública existe actualmente el llamado “techo de cristal”? Si es así, ¿de qué manera lo percibís?

Por supuesto que sí. No sólo existe la limitación al crecimiento y ascenso laboral sino que advierto, lamentablemente, que en muchas provincias y en la mía en particular existe una suerte de “incumbencia no explícita”, por llamarla de alguna manera, mediante la cual y por el hecho de ser mujer se restringe su actividad a determinadas áreas. Algunos ejemplos de lo afirmado pueden ser: La mujer ejerce funciones jerárquicas en ministerios de desarrollo social o humano, direcciones asistenciales, de minoridad o ancianidad, pero es muy infrecuente que sea titular de carteras como economía, gobierno, producción, trabajo, seguridad por nombrar algunas.

¿Creés que el hecho de ser mujer influyó de alguna manera en el ingreso o en el desarrollo de tu carrera en la institución en la que te desempeñás?

No, es más, soy la primera mujer en presidir el Tribunal de Cuentas Provincial desde su creación en el año 1935.


Junto con Irma Miranda

En nuestro imaginario, en Capital Federal, a veces consideramos que hay diferencias en las situaciones que viven las mujeres con respecto a algunas provincias. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

Existen diferencias. En el interior del país y, más aún en las provincias periféricas, subsiste un machismo, que si bien es más atenuado y tiende a aggionarse, demora en la implementación de las políticas que en materia de género se han implementado. Respecto a CABA la diferencia es aún más notable porque es allí donde se visibiliza la presencia de mujeres y disidencias. Los medios se circunscriben a brindar noticias de todo lo que ocurre en la ciudad autónoma, tanto los personajes políticas, como los artísticos y aún mediáticos se muestran en los canales de televisión desconociendo absolutamente el interior profundo de nuestro país.

¿Qué les dirías a quienes recién ingresan al sector público?

Que se hagan valer, que el aprendizaje, la capacidad, la creatividad, el esfuerzo y los sueños no tienen género.

Nora saluda a la Ministra de Salud, Carla Vizzotti, en el marco de un encuentro de trabajo de la Red Federal de Control Público organizado por la SIGEN.

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