[Neuquén] La Cooperativa Campesina de Chos Malal en la huella de la comunidad organizada
En la precordillera del norte neuquino domina la aridez y el paisaje se asocia con las grandes extensiones despobladas. Pero en esa geografía de la soledad las comunidades se fortalecen cuando aflora la necesidad de contar con los otros. Así lo entendieron los 19 productores que hace una década formaron la Cooperativa Campesina (COCAM) con el objetivo de unirse en la lucha por acceder a la tierra y conseguir mejores precios para sus insumos. De esa acción común surgieron varios logros que les permitieron sumar a 330 pequeños productores que hoy creen en la potencia de asociarse. Por eso participan del Núcleo Promotor de la Mesa de Asociativismo y Economía Social de Chos Malal, dispuestos a sumar su experiencia a la organización comunitaria.
En la precordillera del norte neuquino domina la aridez y el paisaje se asocia con las grandes extensiones despobladas. Pero en esa geografía de la soledad las comunidades se fortalecen cuando aflora la necesidad de contar con los otros. Así lo entendieron los 19 productores que hace una década formaron la Cooperativa Campesina (COCAM) con el objetivo de unirse en la lucha por acceder a la tierra y conseguir mejores precios para sus insumos. De esa acción común surgieron varios logros que les permitieron sumar a 330 pequeños productores que hoy creen en la potencia de asociarse. Por eso participan del Núcleo Promotor de la Mesa de Asociativismo y Economía Social de Chos Malal, dispuestos a sumar su experiencia a la organización comunitaria.
“Tenemos una historia de vinculaciones. Estamos en el Consejo Picunche, que formamos siete organizaciones de la región para que se reconozcan nuestros derechos; también participamos en la Mesa Campesina del Norte Neuquino y articulamos con otros grupos como la Asociación de Fomento Rural y la Asociación María Auxiliadora”, enumera Santiago Arizio, referente de la Cooperativa Campesina del Norte de Neuquén.
Según el padrón del Registro Nacional de Agricultura Familiar (Renaf), en la provincia de Neuquén hay actualmente 5.866 familias dedicadas a la agricultura familiar, campesina e indígena. Es un número de referencia, pero se calcula que el número real es superior. La actividad criancera, a la que se dedica la mayoría de los socios de la cooperativa, ocupa a 1.600 productores solo en la región de Chos Malal y los pueblos cercanos.
Los crianceros trabajan con la particularidad del ganado trashumante. Es una producción histórica que se divide en tres partes: la invernada, la huella de arreo y la veraneada. Los campesinos trasladan a los animales para asegurar su ciclo productivo. En ocasiones estos traslados llegan a distancias de hasta 200 kilómetros. Para esa tarea, necesitan refugios, corrales, aguadas, cierres perimetrales y señalización de las rutas, elementos que les sirven para el transporte seguro del ganado.
“Hemos tenido logros con la cooperativa que pueden parecer chicos, pero en realidad son grandes pasos comparado con la situación desde donde comenzamos. Logramos los primeros objetivos de bajar el costo del forraje con compras comunes y bajar el costo de vida de nuestras familias con locales en los que nos proveemos de alimentos. También logramos junto a otras organizaciones algunas reparaciones históricas como la Ley de Trashumancia y la Ley de Agricultura Familiar, que nos sirven para poder reclamar al gobierno para que haya un relevamiento de nuestras unidades productivas para reclamar el acceso a las tierras porque muchos de los conflictos que hay son administrativos y que se verifique quienes son los que trabajan la tierra es muy importante”, resalta Arizio.
La Cooperativa Campesina tiene un local de comercialización de alimentos y artesanías en Chos Malal, y otros seis locales en sus sedes de pueblos que están en el área. En breve, piensan sumar una carnicería para vender directamente a los consumidores, una práctica que resulta muy difícil en la agricutura familiar. “Vendemos chivos, lana, cueros, carne y miel, generalmente en las barracas o a los acopiadores, ellos deciden el precio, en cada una de las cadenas de valor hay un oligopolio que se queda con la rentabilidad”, asegura Arizio.
En la búsqueda de salidas alternativas, los productores de la cooperativa han comenzado a agregar valor agregado a su producción de 30 mil cueros con la compra de una sobadora. El paso siguiente será unir la labor de curtiembre a la textil para confeccionar guantes de obra. Proyectos que se dan a pesar de una realidad dura. “Teníamos un acuerdo con una curtiembre cooperativa de Mendoza, pero cerró y no vimos un peso, fue un golpe muy fuerte para nosotros”, explica Arizio.
El Núcleo Promotor de la Mesa de Asociativismo y Economía Social de Chos Malal está dando sus primeros pasos y busca consolidarse en una zona donde hay muchas localidades con intereses comunes. Entre quienes ya se sumaron a la convocatoria hay sindicatos como ATE, los gremios nucleados en la CTA, los trabajadores municipales, los empleados judiciales, los bomberos, la Mesa Campesina y varias organizaciones civiles.
“Nuestra expectativa con la Mesa es que se pueda lograr una acción conjunta con todos los pueblos chicos de la zona, que todos los sectores de la región puedan llevar adelante acciones comunes en el norte neuquino. Especialmente porque hay mucha gente suelta, grupos que necesitan apoyo y en una propuesta como esa pueden encontrar fortaleza. Va a depender de cómo se logre encauzar la idea, nosotros estamos dispuestos", asevera el referente de COCAM.