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Mediación penal juvenil: “La víctima tiene que decir lo que sufrió”

La mediación penal juvenil en la justicia europea, como herramienta alternativa a un juicio tradicional, fue el eje de la charla del investigador.


La mediación penal juvenil en la justicia europea, como herramienta alternativa a un juicio tradicional, fue el eje de la charla del investigador belga Ivo Aertsen, organizada por el programa Justicia 2020. Aseguró que en esa región del mundo se trata de una instancia “muy aceptada por las víctimas”.

En el marco de una nueva reunión de trabajo coordinada por el programa Justicia 2020, el director del Instituto de Criminología de la Universidad de Lovaina (Bélgica), Ivo Aertsen, brindó una charla sobre la mediación penal juvenil y la cultura de la paz en torno a las “Respuestas Restaurativas en la Justicia Penal”.

“No voy a continuar hablando en español porque no quiero victimizarlos”, rompió el hielo el belga al inicio de la conferencia magistral en la que realizó, primero, un análisis histórico sobre el enfoque penal en materia de mediaciones.

Según su revisión, en un primer momento sólo se trabajó sobre el ofensor en materia de respuestas restaurativas, dejando de lado a la víctima. “Esta perspectiva ha cambiado en el mundo, incorporando a la víctima”, consideró.

Reunión Justicia 2020

Este estímulo en el interior del Derecho se ve, a su vez, reflejado en la sociedad, ya que la mediación -es decir, la resolución del conflicto en una instancia previa al juicio, menos burocrática y más participativa- “es muy aceptado por las víctimas de delitos cometidos por menores”. De acuerdo a las observaciones que realizó, Aertsen considera que los querellantes suelen acceder a una mediación porque la ven “como contribuir a la educación” de los jóvenes en conflicto con la ley.

La mediación entre los países que integran la Unión Europea en el caso de los jóvenes está muy instalada. Sólo dos países no tienen legislación sobre la mediación penal juvenil.

Cuando la víctima es escuchada

La sala de audiencias del cuarto piso del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación -de quien depende el programa Justicia 2020- quedó chica para los abogados, funcionarios, representantes de organizaciones civiles y demás interesados que escuchaban qué pasa en Europa con esta modalidad prejudicial en el ámbito penal.

Aertsen, estuvo secundado por la jueza penal juvenil de la provincia de Buenos Aires Marta Pascual, quien a su vez hizo las veces de traductora de la jornada. Más allá de destacar la normativa europea, el belga dio cuenta de la diferencia entre la existencia de la regulación y los casos que son efectivamente llevados a mediación, que son pocos.

Aertsen conversando sobre mediación penal juvenil

Entre alguna de las limitaciones que marcó a la mediación penal juvenil estuvo el hecho de que las víctimas a veces “se sienten utilizadas por los victimarios, que usarían la mediación para tener menos pena”. Es que la víctima “no tiene poder sobre la pena, pero si el derecho de decirle al juez o al fiscal sobre las consecuencias del delito que sufrió”, lo que para Aertsen resulta “clarificador” porque, al fin y al cabo, es el único momento es que “es escuchada” por la justicia.

Como herramienta, la mediación también incluye a toda la comunidad. El especialista belga lo sintetizó en la figura de las “conferencias familiares”, donde además de las partes, se encuentran la familia y algún miembro de la comunidad que resulta importante para la vida del imputado: “avergonzarte de lo que hiciste, pero no de vos mismo”, es lo que se busca del joven.

¿El resultado que se busca? “Sentencias amplias” que tengan que ver con un “modelo de mejor vida” puesto que “toda persona tiene derecho a una buena vida”, concluyó.

La charla se enmarcó en la labor anual de los equipos de Fortalecimiento de la Investigación Criminal y Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos, correspondientes a los ejes de trabajo Penal y Acceso a la Justicia, respectivamente.

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