Presidencia de la Nación

Mediación: aporte clave para un mejor servicio de justicia


Con una serie de líneas de trabajo planificadas para garantizar el acceso a la justicia en condiciones de igualdad y equidad para toda la población, el gobierno impulsa el Plan Federal de Expansión de los Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos (MARC).

La iniciativa, promovida por la cartera de Justicia y Derechos Humanos, se sustenta en tres aspectos sustanciales:

  • Incrementar el uso de la Mediación Prejudicial y Conciliación como política pública de Acceso a la Justicia
  • Revalorizar los MARC como procesos colaborativos de gestión y tratamiento de las diferencias y los conflictos
  • Generar procesos de paz y fortalecimiento para la prevención y gestión constructiva de conflictos sociales desde el paradigma de la Justicia Restaurativa.

El titular de la cartera, Germán Garavano, explico al respecto que “en las democracias modernas la mediación prejudicial es considerada una práctica clave, porque hace más eficiente el accionar judicial y contribuye a descomprimir los tribunales, optimizar recursos y agilizar los procesos”.

En ese sentido, la Dirección Nacional de Mediación y Métodos Participativos de Resolución de Conflictos busca aumentar el uso de la mediación y los métodos como procesos colaborativos de gestión y transformación de las diferencias.

Resolver los conflictos a través del diálogo y el acuerdo fomenta la convivencia pacífica entre los ciudadanos y hace más eficiente el accionar judicial. También contribuye a descomprimir los tribunales, optimizar recursos y agilizar los procesos.

Líneas de acción

El Plan Federal de Expansión de los Métodos Participativos de Resolución de Conflictos impulsado brinda asistencia técnica y legal para implementar y fortalecer los métodos prejudiciales.

Su puesta en marcha busca potenciar la mediación prejudicial mejorando la articulación con el Poder Judicial.

Por medio de la mediación prejudicial, el arbitraje, la conciliación laboral y la de relaciones de consumo, se logran herramientas que facilitan la inclusión a través de un auténtico mecanismo de acceso a la justicia para todos los ciudadanos.

Otro curso de acción se ejerce con el Centro gratuito de Prevención y Resolución de Conflictos, conformado por un equipo interdisciplinario de admisión y un cuerpo de mediadores altamente capacitado.
Su trabajo se concentra en administrar los registros nacionales de Mediadores, de Entidades Formadoras y el de Conciliadores Laborales y de Relaciones de Consumo.

Un tercer eje es el Programa de Gestión y Transformación de Conflictos en el Ámbito Comunitario, destinado a facilitar herramientas de comunicación y negociación para la resolución de conflictos sociales.

Con esa iniciativa se generan, por un lado, dispositivos útiles para abordar los conflictos surgidos en las cárceles federales, y por otro, estrategias especiales para encarar problemas dados en comunidades educativas.

El desarrollo de la mediación a través la cartera de Justicia y DD.HH. incluye también la Red Federal de Centros de Mediación Comunitaria, con la que se impulsa un espacio de intercambio y trabajo conjunto entre diversos organismos de todo el país.

Repartidas entre trece provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las distintas sedes de la red posibilitan la creación de una base de datos común, que sirve para que las jurisdicciones adheridas intercambien información, prácticas y experiencias.

La red tiene un alto valor institucional porque es la que posibilita interconectar a las provincias con datos e información que mejoran el servicio.

La importancia de la mediación

El instituto de la mediación como método de resolución participativa y pacífica de conflictos tiene relevancia política, jurídica y también ética.

Se trata de una herramienta de inclusión que permite llegar a los sectores vulnerables o marginados con un mecanismo de acceso a la justicia del que fueron históricamente privados.

Desde el plano operativo, la mediación mejora el uso de recursos y tiempo en el proceso judicial.

También pone de relieve valores de implicancia ética y pedagógica, porque sirve para arraigar culturalmente en la ciudadanía la idea de que los conflictos pueden y deben ser resueltos de manera pacífica, con el diálogo como vía principal.

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