Los valores del soldado, piedra angular de la profesión militar
Toda profesión lleva implícitos determinados valores. En el caso de los integrantes del Ejército, son precisamente sus valores los que sustentan la conducta ejemplar que se les demanda y garantizan el buen desempeño y la eficacia en el cumplimiento de la misión.
Los valores institucionales del Ejército Argentino son inherentes a la organización, permanentes e inalterables. Constituyen el cimiento ético de la institución militar, y encuadran la continuidad de su acción pasada, presente y futura. Son ellos la fe en Dios, el amor a la Patria y la pasión por la libertad. La voluntaria adhesión a estos tres valores representa la primera definición vocacional de los hombres y mujeres de armas.
Los valores del soldado son el marco de actuación personal y profesional de todos los integrantes del Ejército. Operan como puntos de referencia y guías de conducta, a la vez que brindan el convencimiento moral en la causa. Estos nueve valores −integridad, patriotismo, espíritu de cuerpo, disciplina, lealtad, honor, valor, abnegación y profesionalismo− son la principal fortaleza de la profesión militar y esencia de la identidad organizacional.
La trascendencia de la misión, sus riesgos intrínsecos y las exigencias que conlleva; la responsabilidad sobre el personal a cargo, y el constante contacto con la comunidad son factores que demandan rectitud en el proceder para guiar conductas, decisiones y acciones en todo momento. Es por ello que los valores se desarrollan mediante hábitos específicos y persistentes de pensamiento y acción durante la paz, en la formación y en el adiestramiento.
La formación ética es el insumo fundamental para la cohesión y la disciplina entre los miembros de la organización castrense. En tal sentido, resulta ineludible una identificación práctica con los valores, compartidos y transmitidos por todos los integrantes de la Fuerza sin distinciones, y ejercidos siempre en un marco de respeto absoluto a la persona, y de observancia de las normas, usos y costumbres imperantes.