El homicidio del joven Martín Castellucci en el boliche “La Casona” de Lanús en 2006 marcó un precedente. Esa noche de verano, Martín discutió con un custodio que discriminó a un amigo suyo. Lo defendió y recibió una golpiza que terminó con su vida. Los padres impulsaron una ley, sancionada en 2008, que regula los derechos y garantías de los ciudadanos al asistir a espectáculos públicos.

La Ley Nacional N° 26.370 establece los requisitos e impedimentos de habilitación del personal que realiza tareas de control de admisión y permanencia y de las empresas que los contratan para desempeñarse en espectáculos públicos. También el derecho a la diversión o al esparcimiento. Rige para todo “espectáculo o evento público en clubes, pubs, discotecas, bares, restaurantes” y todo otro lugar de “entretenimiento de público en general”.

El Registro Nacional de Empresas y Trabajadores de Control de Admisión y Permanencia (RENCAP), que depende de la Subsecretaría de Asuntos Registrales del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, recibe denuncias administrativas por hechos de discriminación y/o violencia en estos espacios a través del 0800-222-0080 y en la web del organismo.

Estas denuncias son posteriormente derivadas a las jurisdicciones donde ocurrieron los incidentes, para que éstas actúen de acuerdo a la normativa vigente en su territorio.

“La ley está pensada para prevenir la violencia y la discriminación en espectáculos públicos”, dice Natalia Wachsman, asesora del RENCAP. “Protege a los asistentes a este tipo de espectáculos con una capacitación obligatoria a los controladores, y estableciendo los límites del derecho de admisión y permanencia para la seguridad de los asistentes y en igualdad de condiciones para todos ellos”, explicó Wachsman y agregó que “los establecimientos deben especificar las condiciones para el ingreso en una cartelera ubicada en la entrada del lugar”.

El RENCAP realiza y ofrece capacitaciones a colegios, escuelas y ONG. Los jóvenes que asisten a espectáculos plantean sus consultas o dudas sobre los hechos de discriminación que sufren en un boliche, por ejemplo, por su forma de vestirse o por cuestiones de género.

“Pueden solicitar un trato no discriminatorio, en forma respetuosa y amable, protegiendo su integridad física y moral sin violencia ni agravios. Así como a ellos les pueden exigir no entrar con camisetas de fútbol, pirotecnia o armas y taparse tatuajes xenófobos, porque generan violencia”, explicó Wachsman.

Charlas sobre cómo protegerse

Las charlas de concientización se dictaron en provincia de Buenos Aires y en la ciudad de Buenos Aires. En las últimas, más de 200 adolescentes de La Plata, Lanús Este y Tres de Febrero escucharon sobre los límites del derecho de admisión y permanencia y los derechos y obligaciones que tienen las personas cuando asisten a locales bailables y espectáculos públicos.

Los chicos consultaron, por ejemplo: “¿Me pueden decir que no puedo ingresar al boliche con zapatillas?”. Desde el RENCAP contestaron que es legítimo siempre que esté especificado en el ingreso del local y que no dejen entrar a nadie con ese tipo de calzado. También consultaron por cuestiones de orientación sexual.

“¿Qué pasa si me doy un beso con mi novio y por eso me sacan del boliche?”, les preguntó un joven. “Es un acto de discriminación, los podés denunciar”, respondió el RENCAP.

El RENCAP asesora a los jóvenes en la denuncia por hechos de discriminación y/o violencia y luego se deriva al INADI o al área de asesoramiento jurídico de la Subsecretaría de Acceso a la Justicia.

Requisitos para los controladores de admisión y permanencia

La ley especifica la realización de capacitaciones para estos trabajadores que, según la ley, están a cargo de las provincias adheridas. A los mal llamados “patovicas” los capacitan para “neutralizar y prevenir la violencia en este tipo de espectáculos y para que aprendan a mirar a la multitud. La Ley 26.370 lo que busca es jerarquizar esta tarea”, explicaron desde el RENCAP.

Son varios los requisitos que deben cumplir los trabajadores de control de admisión y permanencia en el ejercicio de su labor: por ejemplo, ser mayores de edad y obtener un certificado de aptitud psicológica. Además tienen que mostrar credencial con nombre y foto, no pueden portar armas ni desempeñarse como agentes de ninguna fuerza policial ni de seguridad, ni de inteligencia, o haber sido exonerados de las mismas.

Las empresas, en tanto, deben mostrar una cartelera con los controladores que están trabajando en el establecimiento el día del espectáculo, además del número de la habilitación. También debe figurar el valor de la entrada o consumición, si la hubiese.

Por último, el local bailable tiene la obligación de pedir DNI y no dejar ingresar menores de edad a boliches para personas mayores. Y también “separar de manera no violenta a las personas que generan conflictos en los espectáculos; si están alcoholizados o drogados deben llamar a una ambulancia que los asista, porque si no incurren en el delito de abandono de persona”, explicaron desde el RENCAP.