La Garganta Poderosa: “Somos las cuerdas vocales de 114 asambleas a nivel nacional y latinoamericana”
Nelson Santacruz es periodista y uno de los voceros de La Garganta Poderosa. En esta nota nos adelanta sobre su participación en Proyecto Ballena el domingo 21 en el Centro Cultural Kirchner.
Dentro de la variada programación de Proyecto Ballena 2023: "Imaginación política para reivindicar la Democracia”, el domingo 21 se realizará un taller de comunicación popular dictado por representantes de La Garganta Poderosa. Será a las 16 h en auditorio 411 del Centro Cultural Kirchner con entrada libre y gratuita.
Nelson Santacruz, periodista y activista de La Garganta Poderosa hace un anticipo del taller y comparte detalles acerca de cómo es por dentro la organización de la que es parte y cómo se construye la comunicación popular, entre otras cosas.
-¿En qué va a consistir el taller de Comunicación Popular? ¿Para quienes está destinado?
-El taller de comunicación popular de La Garganta Poderosa está destinado a personas de cualquier edad que esté interesada en estudiar, analizar y comprender la comunicación desde una perspectiva comunitaria. Estudiantes, profesionales o gente que no tiene ningún título que quiera conocer la experiencia villera de nuestro periodismo. Seremos vecinos y vecinas de diferentes barrios populares, con diferentes conocimientos, los que desarrollaremos la actividad en tres ejes temáticos.
El primer bloque, "Luciano Arruga" hablará de la perspectiva e historia de la organización La Poderosa (nacida en 2004) vinculando la realidad cruda del narcotráfico que avasalla a nuestras juventudes y el futbol popular como herramienta emancipatoria. Las experiencias de esta territorialidad que explicaremos abordan la violencia de género, la comunicación, el cooperativismo, el deporte, la lucha anti represiva, etc.
El segundo bloque, "Rodolfo Walsh", apunta específicamente a nuestra cooperativa de comunicación La Garganta (multimedio), desde donde desglosaremos una mirada territorial a la forma de hacer periodismo en nuestra contemporaneidad. Pros y contras de trabajar en cooperativa, lineamientos políticos a la hora de leer la coyuntura, el monstruo del monopolio mediático y las particularidades de nuestra narrativa desde el enfoque de la redacción, lo audiovisual y la fotografía.
El último bloque, "Juana Azurduy", desarrollará el concepto de feminismo villero. Esta última parte se vincula con las anteriores y desemboca en un informe documental que realizamos entre La Poderosa y Unicef del rol político y laboral de las mujeres y disidencias en las villas en pos de que se apruebe la ley de reconocimiento salarial para las cocineras comunitarias. Los tres puntos del taller buscan aproximar la idea del periodismo territorializado, no exclusivamente militante, sino como una experiencia que se aleja de los intereses económicos de los medios tradicionales para acercarse al costado más humano de la comunicación.
-¿Cómo es llevar adelante un espacio de difusión y promoción que es modelo en comunicación popular?
-No sé si somos un "modelo en comunicación popular". Más bien, somos las cuerdas vocales de 114 asambleas a nivel nacional y latinoamericana que vienen a sembrar una experiencia que lleva casi 20 años de lucha. Nuestra concepción de comunicación, en el marco del cooperativismo, trae como consecuencia estar listos y listas para más que comunicar o generar contenidos en nuestras plataformas (radio, tv, libro, YouTube, revista papel y redes).
Uno de los problemas más recurrentes de los medios independientes, cooperativistas, autogestivos es la falta de recursos para crecer y generar la democratización de la información, la pluralidad de voces. Es ahí donde subrayamos la mayor dificultad de sostenernos como medios. No hay un apoyo concreto, sostenido en el tiempo, y directo a los medios populares. Hay un desorden en términos de acompañamiento a las radios, revistas, canales o redes de medios comunitarios que preocupa a todo nuestro sector. Plantarnos como villeras y villeros que hacen periodismo todavía tiene que romper barreras del prejuicio, de la romantización, de la mirada carencial de lo que hacemos pero hemos avanzado colectivamente en muchas otras instancias lo cual nos da visibilidad... no a nosotros, sino lo que pasa en una Argentina con una pobreza que salpica a 18 millones de personas.
-Hasta la aparición de La Garganta Poderosa no existía un medio que visibilizara la realidad de los barrios populares y organizaciones sociales. ¿Cómo se logra instalar este espacio y ser reconocido como un referente dentro de los medios populares?
-La Garganta Poderosa nació en Zavaleta, Nueva Pompeya, CABA. Una ronda de vecinas y vecinos, hartos de usar la palabra "villeros" de manera despectiva, pensaron en las partes del cuerpo. ¿Cuál sería esa parte que representara a una masa de personas postergadas históricamente? La garganta. el grito, esos ecos que no suelen ser oídos. Voces teníamos, medios no. Tampoco referentes del periodismo que hayan nacido en una villa y se identificaran con nuestras banderas. Nuestra primera tapa fue un imposible: Juan Román Riquelme. Nos dio nota en la Bombonera, y desde ahí no paramos. Buscamos otros imposibles: Indio Solari, Lula, Evo, René de Calle 13, Roger Waters, Noam Chomsky, Messi, Maradona, etc. Pero no como choluleo, no para preguntarles específicamente de los goles o los libros que sacaron sino para pensar juntos, con nuestros entrevistados, otras formas de hacer periodismo y comunicar aquello que aquejaba y aqueja a nuestro sector. Ahí yace la disrupción comunicacional y en la resistencia de nuestra militancia. Porque hoy podremos estar un "poco mejor" que hace 12 años cuando arrancamos como medio, cuando nos prestaban las cámaras, cuando no teníamos sueldos de nada, cuando el teclado que usábamos les faltaban letras o cuando hacíamos guardias infinitas para que nos recibiera Lula. Sin embargo todavía hay desafíos grandes en términos de hacer llegar una perspectiva popular como información y que eso sea tomado en pos de generar políticas públicas reales y estructurales para nuestras villas. Logramos cosas pero todavía nos resta mucho trabajo para lograr que la política toda nos comprenda como sujetos políticos activos, periodistas que buscan una transformación social de raíz, a largo plazo, democrático, con un plato de comida, laburo, centros de salud aptos y una escuela en condiciones para las futuras generaciones.
-Las portadas de la revista convocan a personajes de toda índole, ¿Cómo llegan a ellos y cuál es la figurita difícil que les gustaría tener en la publicación?
-La forma de tener la portada de personajes conocidos en nuestras tapas yace de esa aproximación humana que tratamos de tener. Nuestras y nuestros entrevistados no son solo "famosos" o personas que son conocidas por la coyuntura... son personas. Tratamos de que comprendan lo que hacemos en los barrios comunitariamente, los invitamos a que vengan al barrio, pensamos con ellos las fotos en muchos casos para ilustrar las notas. Es una invitación a ser parte de un grito, distinto. Planteamos temas que aquejan a nuestra realidad cotidiana: cloacas que desbordan, falta de luz en los inviernos más crueles, que las cocineras de los comedores son trabajadoras y necesitan un reconocimiento, etc. A partir de allí producimos, los buscamos, les escribimos. Muchos no salen de un mes para otro, han sido producciones que llevaron años o meses enteros. No es fácil porque tampoco somos muy amigos de repetirnos en las tapas. No es por lo estético sino por eso político de querer hacer llegar nuestro mensaje a otros sectores, a esos que de otra manera no nos oyen, no se acercan a una villa.
Las tapas de La Garganta quieren ser ese puente entre aquellos que no se animan a romper la burbuja de la comodidad, para que lean y sientan lo que hacemos en las villas. Para que nos ayuden a cambiar toda esta matriz hacia una vida más digna. Una lucha discursiva, sin dudas, contra la "normalidad" hegemónica, porque no está todo bien, nunca estuvo todo bien para nosotros, siempre vamos hacia la utópica idea de que ya no haya hambre, pobreza, desde ahí y desde nuestras historias hacemos periodismo. Unas tapas difíciles, hoy, que nos gustaría tener van desde Lionel Scaloni, Di María, La Rosalía, otro mano a mano con Lula Da Silva o con la Premio Nobel de la Paz Malala Yousafzai. Apuntamos siempre para esos costados, aunque personalmente hace rato quiero entrevistar a Bzrp. Los estamos buscando, tal vez, alguna vez nos conozcan en algún barrio.
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