La Fuerza Argentina continúa formando aviadores militares al servicio de la Nación
Cada año la Fuerza Aérea Argentina cumple con la tarea de formar y adiestrar a los futuros pilotos de caza, etapa en la que los jóvenes aviadores militares deberán asumir el desafío de custodiar el cielo argentino
Por 1er Ten Gustavo Liébana
El miércoles 27 de mayo se realizó en la IV Brigada Aérea “El Plumerillo”, provincia de Mendoza, la ceremonia de Vuelo Sólo de los aviadores militares que se encuentran realizando el Curso de Estandarización de Procedimientos para Aviadores de Combate (CEPAC), en aviones IA-63 Pampa II, y el Curso de Vuelo en Montaña en helicópteros SA315B Lama.
Esta instancia reviste especial importancia en la trayectoria iniciada por los jóvenes aviadores militares, debido a que es el primer vuelo que realizan sin la intervención de su instructor, un punto de inflexión en lo que será el resto de su carrera al servicio de la Nación.
Para satisfacer las exigencias de esta primera etapa los oficiales cursantes del CEPAC debieron completar las fases de materiales, equipo y operaciones del avión, familiarización de pilotaje, acrobacia, instrumental y formación.
La ceremonia estuvo presidida por el ministro de Defensa, Ing. Agustín Rossi, quien estuvo acompañado por el jefe de la Fuerza Aérea Argentina, brigadier Xavier Isaac, junto al jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general de brigada Juan Martín Paleo, y los jefes del Estado Mayor General del Ejército, general de brigada Agustín Cejas, y de la Armada, contraalmirante Julio Guardia. Por su parte, estuvo presente en el evento además el gobernador de la provincia de Mendoza, Rodolfo Suárez, junto a autoridades locales.
En esta ocasión se trató de un evento abreviado, contando con un marco acotado de asistencia y limitado en su extensión atendiendo a las recomendaciones sanitarias en el marco de la pandemia de COVID-19. Pero la jornada presentó en general un panorama emotivo y esperanzador, sobre todo al momento en que los oficiales cursantes recibieron sus diplomas que acreditan la realización del “Vuelo Solo”, además de sus correspondientes pañuelos celestes, que indican su pertenencia al Sistema de Armas IA 63 Pampa II, y escudos representativos del Grupo 4 de Caza, para luego ir firmando a su turno el libro de oro del Escuadrón.
La Cuna de la Aviación de Caza
La IV Brigada Aérea es la Unidad de la Fuerza Aérea Argentina donde se forman los aviadores de caza. Es el lugar en el que los jóvenes pilotos se sumergen por completo en la tradición guerrera y el espíritu de combate forjado por los antiguos cazadores, aquellos que supieron entregar su bien más preciado haciendo honor al juramento sagrado a la Patria de seguir constantemente su bandera y defenderla hasta perder la vida.
Durante un año los instructores adiestran y forman a los oficiales cursantes a través de intensas y exigentes jornadas de teoría y práctica, preparación que consiste en diferentes etapas que deberán superar para recibir instrucción en tácticas de combate y poder convertirse en pilotos de caza. Pero también les imprimen las cualidades y valores propios de los soldados del aire: coraje, disciplina, lealtad, deseo de superación y un profundo sentido del deber. La determinación y el profesionalismo del piloto argentino, atributos especiales que lo hacen único en el mundo, surgen de este cruce entre doctrina y espíritu. De allí la expresión: “No hay quien pueda”, lema representativo de los pilotos de caza.
Los pilotos de Alta Montaña
La IV Brigada Aérea es también la Unidad en la cual se forman a los pilotos de alta montaña, quienes se adiestran y preparan para realizar operaciones de búsqueda, rescate y tareas especiales en alta montaña. En esta oportunidad, los pilotos de helicóptero finalizaron las etapas de adaptación al helicóptero, familiarización y pilotaje.
Esta actividad es especialmente riesgosa y las maniobras de vuelo se deben realizar con suma delicadeza, por lo que requieren del piloto un alto grado de entrenamiento en su etapa formativa, y de perfeccionamiento continuo a lo largo de su carrera.
Desde su creación, los jefes del Escuadrón III Búsqueda, Rescate y Tareas Especiales han sido responsables de llevar adelante los procesos de instrucción, capacitación y especialización en esta tarea de más de 50 pilotos de helicópteros de la Fuerza Aérea Argentina, y de colaborar en el adiestramiento de pilotos del Ejército Argentino y de la Gendarmería Nacional Argentina.
Por otra parte, el Escuadrón III es ampliamente reconocido por poseer el record de altura con helicópteros SA315B Lama, luego de aterrizar en la cumbre del cerro Aconcagua y de realizar con éxito el rescate de numerosos andinistas. De allí el lema de este Escuadrón: “Solo donde el Cóndor se atreve”.
Finalmente, en su historia operacional también destacan la asistencia a poblaciones aisladas por temporales de nieve y distribución de ayuda humanitaria ante catástrofes naturales, la colaboración en la definición de límites en la Cordillera de los Andes, y en investigaciones sobre los glaciares y las cuencas de los ríos de la región.
La participación de la mujer en la Institución se consolida y avanza
Un dato a destacar en esta oportunidad, es que entre los jóvenes pilotos que alcanzaron esta meta profesional se encuentra la teniente Sofía Vier, la primera mujer que realiza su Vuelo Solo en un avión IA-63 Pampa II y que aspira a convertirse en piloto de caza.
Este hecho reviste además especial importancia porque por primera vez en la historia una oficial integra las filas de una Unidad de Caza. De esta manera, el personal femenino se encuentra en la actualidad participando en todos los cuadros y especialidades, dando muestras claras de su integración en la Fuerza Aérea Argentina.