La CNEA participa activamente en la lucha contra el cáncer de mama
A través de sus centros de medicina nuclear, la Comisión Nacional de Energía Atómica contribuye con la prevención y el diagnóstico temprano de esta enfermedad, que constituye la primera causa de muerte por tumores en mujeres.
La detección precoz y el tratamiento temprano es la mejor herramienta en la lucha contra el cáncer de mama, el tumor maligno más frecuente en la mujer, el cual se origina por la reproducción de manera descontrolada de células anormales en la mama.
Si bien la mayoría de los casos se presentan en mujeres cercanas a la menopausia, cada vez se lo detecta a edades más tempranas gracias al avance tecnológico en los métodos de imágenes que permiten realizar diagnósticos precoces, lo que mejora notablemente el pronóstico de las pacientes. De hecho, los tumores de menos de 1 centímetro tienen hasta un 90% de probabilidades de curación.
La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) participa en la gestión de cinco centros de Medicina Nuclear ubicados en distintas provincias del país (Buenos Aires, Mendoza, Entre Ríos, Río Negro y Santa Cruz), en los cuales se realizan distintos estudios que permiten detectar tempranamente tumores mamarios: ecografía, mamografía, resonancia magnética mamaria, PET CT y mamografía digital con tomosíntesis.
¿Cuándo se debe realizar cada estudio?
A las mujeres asintomáticas y sin antecedentes de la enfermedad se les indica una ecografía anual. A los 35 años deben hacerse su primera mamografía y repetirla en forma anual a partir de los 40, junto con la ecografía. Es fundamental realizar ambos estudios ya que aportan información distinta: mientras que la mamografía funciona como una radiografía de la mama, la ecografía es un método complementario que aporta datos sobre la composición de un nódulo (si es de tejido sólido o líquido, por ejemplo).
En mujeres de alto riesgo familiar o genético es aconsejable agregar además una resonancia magnética mamaria, también en forma anual, ya que es un método más sensible que la ecografía y la mamografía. En tanto, en pacientes muy jóvenes (menores de 25 años) con alto riesgo familiar o genético, en lugar de la mamografía, podrá utilizarse la combinación de resonancia nuclear magnética y ecografía mamaria en forma anual.
En la Fundación Centro de Diagnóstico Nuclear, ubicado en la Ciudad de Buenos Aires, también se realizan mamografías digitales con tomosíntesis, una nueva herramienta que genera una imagen tridimensional de la mama. Esto brinda imágenes más claras y una mayor exactitud en la determinación del tamaño, la forma y la localización de lesiones mamarias, evitando la necesidad de realizar estudios adicionales o biopsias.
Una vez confirmado el diagnóstico, en pacientes con cáncer de mama localmente avanzado puede indicarse un PET CT. Este es un estudio que permite detectar lesiones fuera de la mama que pueden no ser visualizadas con los métodos convencionales. También se utiliza para evaluar la respuesta al tratamiento de quimioterapia que se hace para disminuir el tamaño tumoral antes de la cirugía.
En el caso de la resonancia magnética en pacientes con cáncer de mama, permite conocer el tamaño y la extensión real del tumor en la glándula, lo que le ayuda al cirujano a planificar el abordaje quirúrgico.
Medidas preventivas
Existen medidas higiénico-dietéticas que contribuyen con la reducción del riesgo de cáncer de mama, como controlar el sobrepeso y llevar una alimentación saludable mediante la disminución del consumo de grasas y de alcohol, y la incorporación de más frutas y verduras. También es importante la realización de ejercicio físico periódico y no fumar.