En esta oportunidad, el encuentro contó con las destacadas presencias del director de la Biblioteca Nacional, Juan Sasturain; del presidente de la Fundación el Libro y de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), Alejandro Vaccaro, y del escritor Sergio Olguín.

La actividad se desarrolló en el Espacio Cultural de la Democracia y estuvieron presentes el Síndico General de la Nación, Carlos Montero, y los síndicos generales adjuntos, Irma Miranda y Maximo Borzi de Lucía.

La charla comenzó con las palabras de Alejandro Vaccaro donde remarcó la importancia de estos últimos 40 años y la transición entre la dictadura y la democracia, el cambio rotundo que se produjo en el mundo de la cultura y las letras.

“Durante la dictadura cuando alguien planteaba algo desde el punto de vista cultural lo acusaban de comunista, terrorista, etc. La primera Feria del Libro la realizamos en el año 1975, la segunda ya fue en el marco de la dictadura. La feria resistió con muchísimas dificultades porque había prohibiciones de toda naturaleza y hacíamos lo que podíamos en el marco de la opresión y de un riesgo con la propia vida si se infringían las normas que ellos obligaban a cumplir. Pese a todo eso, de una forma u otra se les escapaban cosas, aparecían libros que hubieran prohibido y eso es algo sumamente rescatable: el grado de compromiso de muchos de aquellos hombres”.

A continuación tomó la palabra Juan Sasturain, donde relató su experiencia como escritor durante esos años y la relación de muchos de ellos con sus novelas.

“Aquellos años de dictadura fueron muy complicados para las personas, donde muchos fueron echados de universidades, no se podía salir a la calle. En el año 1975 empecé a trabajar y de a poco a publicar cosas en el suplemento de cultura y nación del diario Clarín”.

A continuación, Sergio Olguín narró sus comienzos como escritor y periodista en la democracia. Empezó a proyectar su carrera como periodista a los 16 años y a escribir su primera novela durante las noches del verano: “Yo creo que no es casualidad haber empezado a soñar mi carrera en esa época, ya que los jóvenes sentíamos que comenzaba nuestra vida de adultez con la democracia, que podíamos hacer todo lo que quisiéramos y deseábamos, el mío era escribir”.

Para finalizar el encuentro, Carlos Montero se refirió, entre otras cuestiones, al compromiso de la SIGEN con la defensa de la democracia: “No es común ver en un organismo de control que se hablen de estos temas, pero nosotros vinimos con el objetivo de fortalecer el Estado y consolidar la democracia”.