Presidencia de la Nación

Investigador del Proyecto Macá Tobiano, ganador del Óscar Verde

El premio permitirá financiar por un año el proyecto y darle visibilidad internacional.


Según se informó en la página del Conicet, durante mayo Ignacio “Kini” Roesler, investigador del Consejo fue galardonado con el Premio Whitley de conservación natural, conocido como el Óscar Verde, por su el Proyecto Macá Tobiano que lidera junto a otros científicos. El premio permitirá no sólo financiar al menos un año más de proyecto de conservación, sino también darle visibilidad nacional e internacional, y conseguir recursos, apoyos y posibilidades de colaboraciones con otros grupos de trabajo.

El equipo que lleva a cabo el proyecto, que quedó seleccionado entre más de cien trabajos, está conformado además por la investigadora del CONICET en la Administración de Parques Nacionales, Laura Fasola (APN), y el investigador en el Instituto Patagónico para el Estudio de los Ecosistemas Continentales del Centro Nacional Patagónica (IPEEC, CONICET), Julio Lancelotti, en colaboración con las ONG Aves Argentinas y Ambiente Sur.

El mismo comenzó como una campaña de monitoreo de la población del macá tobiano (Podiceps gallardoi), un ave de cuerpo blanco y cabeza colorada descubierta en 1974, emblemática de la Patagonia Austral, que habita lagos y lagunas en la provincia de Santa Cruz, organizada por las ONG Aves Argentinas y Ambiente Sur, hace doce años.

Al llegar a su hábitat, lo que se encontró fue una situación dramática ya que en la zona no había casi ningún macá tobiano y el ejemplar se encontraba en peligro de extinción. Esto llevó a Kini Roesler a convertirse en el principal promotor de la conservación de esta especie en la Argentina.

Las amenazas principales del macá tobiano son, entre otras, el cambio climático, que implica un aumento en la velocidad del viento y las sequías que reducen su hábitat reproductivo; especies invasoras, como el visón americano, la trucha arcoiris y la gaviota cocinera, esta última nativa; entre otros.

A partir de 2009, Roesler se propuso desarrollar distintas acciones que protejan al macá tobiano de esas amenazas. Las tareas se encaminaron hacia el monitoreo y los censos poblacionales constantes alrededor de esta especie; el seguimiento a través de técnicas de telemetría; el estudio de su ruta migratoria para evaluar potenciales amenazas; el control de visones y gaviotas cocineras; y acciones de concientización con las comunidades de la región en la que habita esta ave.

Además, se instaló incluso la estación biológica “Juan Mazar Barnett”, al sur de la meseta del Lago Buenos Aires, lindera al Parque Nacional Patagonia, que funciona desde 2014 y permite no solo que el equipo que lidera el proyecto trabaje, sino que, al ser abierta a la comunidad científica, ha sido utilizada por otros investigadores del CONICET y de otras instituciones nacionales e internacionales, que trabajaron en más de veinte proyectos.

Entre las acciones que lleva adelante junto a su equipo en esa zona, Roesler incluye también la cría de huevos abandonados de macá en incubadoras, y la instalación de plataformas flotantes para favorecer la nidificación del macá.

El macá tobiano forma parte del emblema del Parque Nacional Patagonia y de sus proyectos prioritarios de conservación. Se trata de un ave endémica de la Patagonia Austral cuya población se ha reducido en un 80% en los últimos 25 años. Es una especie bandera, denominada también “especie paraguas” ya que, al conservarla, también se protege indirectamente las poblaciones de otras muchas especies que comparten su hábitat. Este es el caso del chinchillón anaranjado, el pato de los torrentes, el pato de anteojos, la gallineta chica y el cauquén real entre otros.

Crédito fotográfico: Gonzalo Pardo.

Créditos: Crédito fotográfico: Gonzalo Pardo
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