Presidencia de la Nación

Intervención del señor Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación, Héctor Timerman, en la Cumbre de Seguridad Física Nuclear

Seúl, Corea del Sur, 27 de marzo de 2012


Su Excelencia, Señor Presidente de la República de Corea, Lee Myung‐bak, Distinguidos Jefes de Estado y Gobierno, altos representantes de los países que participan de esta segunda Cumbre Mundial sobre Seguridad Nuclear, Señoras y Señores.

Históricamente los avances en los desarrollos tecnológicos han sido acompañados por esfuerzos correlativos para adoptar medidas que prevengan que aplicaciones de esos progresos sirvan a propósitos ilegales, entre ellos el accionar de grupos o actores no estatales.

La Argentina, sobre la base de sus capacidades desarrolladas a lo largo de más de seis décadas, mantiene esfuerzos ininterrumpidos en la expansión del empleo de uranio de bajo enriquecimiento en todas aquellas actividades que son susceptibles de llevarse a cabo con ese material.

Todas las acciones en el campo nuclear se realizan en mi país conforme altos estándares de seguridad física y tecnológica, y se encuentran controladas por la Autoridad Regulatoria Nuclear, agencia del estado que funciona de manera independiente de los operadores nucleares, de acuerdo con los instrumentos internacionales que regulan esta materia.

Al mismo tiempo las exportaciones nucleares argentinas son controladas por el Estado según los estándares establecidos por el Grupo de Proveedores Nucleares, al cual pertenecemos.

La responsabilidad por la seguridad física de los materiales nucleares recae en cada Estado. Al mismo tiempo reconocemos el papel que cumple la cooperación internacional en apoyo de los esfuerzos nacionales.

Es nuestra convicción que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) entidad con competencia natural en la materia, desempeña un papel único que debe salir reconocido y fortalecido de esta Cumbre.

Las acciones que demanda la lucha contra el terrorismo nuclear, las cuales apoyamos y de las cuales participamos de manera activa, no deben convertirse en vías indirectas de limitar los derechos de los países a la autonomía tecnológica y a los usos pacíficos de la energía nuclear.

Mi país ha expresado en otras oportunidades que las acciones para contrarrestar amenazas terroristas deben corresponderse al riesgo real que cada país enfrenta. Desde esa perspectiva, entendemos que debe existir un especial cuidado respecto de la seguridad física de los arsenales nucleares existentes, cuya responsabilidad exclusiva corresponde a los Estados poseedores de armas nucleares.

Señor Presidente,
Creemos que ese cuidado especial debe ser complementado con medidas concretas y adicionales de desarme nuclear, conforme los compromisos asumidos en el Tratado de No Proliferación. La mejor manera de asegurar que las armas nucleares no caigan en las manos equivocadas es su total eliminación.

En atención al alto desarrollo de sus industrias nucleares y su demostrado compromiso con los regímenes de no proliferación, la Argentina junto a Brasil conforman el eje sobre el cual se construye la desnuclearización del Atlántico Sur. Hoy quiero llamar la atención de esta Cumbre sobre recientes episodios de militarización en dicha zona desnuclearizada, según los cuales una potencia extra regional, envía un submarino nuclear a una zona cuya soberanía es objeto de disputa reconocida por las Naciones Unidas y se niega al mismo tiempo a confirmar que con esta acción no estaría introduciendo armas nucleares en la zona desnuclearizada.

Este episodio nos trae nuevamente el tema del alcance del compromiso por parte de los países poseedores de armas nucleares con sus obligaciones como Estados parte de tratados de zonas libres de armas nucleares. Décadas después de haber renunciado a dicho armamento en pos de un esquema de seguridad compartido, los países que no poseemos esas herramientas de destrucción debemos tener la certeza de que en ningún momento seremos amenazados por los arsenales nucleares mas modernos para proteger intereses anacrónicos.

Un tratado que establece una zona libre de armas nucleares es, ante todo, un tratado de seguridad. ¿Que protección nos brinda el régimen de no proliferación cuando una potencia nuclear amenaza de manera directa o velada con la posibilidad de introducir armas nucleares en la zona desnuclearizada?

No se debe utilizar la disuasión nuclear contra países que han renunciado a las armas de destrucción masiva.

Mi país demanda que se respete el compromiso de paz que los países sudamericanos hemos escogido para nuestra región. La Argentina exige que la potencia extra‐regional que recientemente envió un submarino capacitado para transportar arsenal nuclear a patrullar el Atlántico Sur confirme la ausencia de armas nucleares en la región.

Señor Presidente, volviendo a otros temas abordados en este encuentro, la Argentina considera que los acuerdos alcanzados en la Cumbre de Washington constituyen una herramienta significativa para el propósito de construir políticas de cooperación en materia de seguridad física en un marco multilateral. Entendemos que los progresos en esta Segunda Cumbre deben encuadrarse en esa línea de acción, manteniendo el valioso equilibrio logrado en el plan de trabajo original.

Es nuestra responsabilidad que el mensaje político de las Cumbres mantenga su visibilidad y su claro enfoque, y que su contribución específica a los esfuerzos en este campo no se diluya debatiendo cuestiones instrumentales respecto de las cuales ya existen instancias y herramientas técnicas funcionando.

En ese sentido nos preocupan una serie de ideas que, entendemos, nos mueven en la dirección equivocada.

Por un lado, observamos que en algunos casos se procura poner un énfasis distorsivo en la seguridad física de las fuentes radiactivas, en desmedro del foco central de nuestro trabajo, que deben ser los materiales nucleares.

Por otro, las importantes medidas relativas al manejo seguro de uranio de alto enriquecimiento y el plutonio, no deberían superponerse con las acciones que desarrolla el OIEA en materia de control de salvaguardias de los materiales nucleares.

Señor Presidente:
Los debates de esta Cumbre de Seúl muestran que los esfuerzos realizados por nuestros países en el campo de la seguridad física nuclear, en estos apenas dos años desde 2010, son importantes para avanzar en la dirección que nos hemos fijado. En el mismo sentido, cuando los líderes de nuestros países se vuelvan a encontrar en 2014 tendrán la oportunidad de evaluar de manera más acabada los pasos futuros.

La Argentina endosa en su integridad el Comunicado de Seúl, que representa el resultado del esfuerzo colectivo de todos nuestros países por lograr consensos políticos en torno a metas comunes.

Señor Presidente de la República de Corea, ha sido un honor para el Gobierno de la Dra. Cristina Fernández de Kirchner, que hoy represento aquí, el haber podido acompañarlo en estos dos años de liderazgo de nuestro proceso. Valoramos y agradecemos su tarea.

Señor Canciller de los Países Bajos, puede contar con la Argentina para el camino hasta 2014.

Muchas gracias

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