Unos 3000 efectivos de las cuatro Fuerzas de Seguridad Federales realizan desde el mediodía un espectacular operativo policial en Rosario contra las bandas de narcotraficantes responsables de cantidades inéditas de homicidios en sus disputas intestinas.
En unos 80 allanamientos simultáneos ordenados por dos jueces federales, efectivos de la Policía Federal, la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval y la Policía de Seguridad Aeroportuaria, lanzaron hoy “el operativo más grande de la historia argentina con el objetivo de pacificar el área de Rosario”, según indicó el Secretario de Seguridad, Sergio Berni, al frente de los procedimientos.Las operaciones fueron resultado de una discreta y pormenorizada investigación judicial encomendada a los detectives de las instituciones dependientes del Ministerio de Seguridad de la Nación.
El procedimiento es resultado de una planificación de varios meses para desarticular las mafias narcotraficantes del Gran Rosario que operan desde los “búnkers” instalados en la periferia. Las acciones coordinadas desde el terreno por el propio Berni incluyeron la participación de grupos de elite aerotransportados de las cuatro fuerzas, con apoyo de otras divisiones que ingresaron a Rosario de manera encubierta para no ser detectados por los narcos.
Las irrupciones a las instalaciones denominadas vulgarmente “búnkers”, espacios reducidos y cerrados desde los que se comercializa cocaína, paco y marihuana, fueron orientadas por una investigación criminal de varios meses.
Los allanamientos fueron dictados por los magistrados Carlos Alberto Vera Barros, a cargo del Juzgado Federal Nº 3 de Rosario, y Marcelo Martín Bailaque, a cargo del Juzgado Federal Nº 4 de Rosario. La pesquisa contó con el apoyo del Secretario Letrado de la Procuración General de la Nación, Juan Murray, y el titular de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), Félix Crous.
Fuentes del Ministerio de Seguridad indicaron que una vez desarticuladas todas las bandas y detenidos sus integrantes, las fuerzas federales quedarán instaladas por varios meses como parte de una instancia de “pacificación” del territorio hasta ahora bajo control de los narcos.