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Giselle Volpe: una mujer en la educación técnica


Giselle María Valeria Volpe es Jefa General de Enseñanza Práctica de la Escuela Técnica N° 31 "Maestro Quinquela” de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Estudió y se recibió de Técnica en Artes Gráficas en la ET N° 15 “Maipú”. Sin embargo, su interés por los mecanismos, las obras, las matemáticas, los planos comenzó mucho antes.

Desde pequeña, veía a su papá realizar arreglos en su casa y, en 6to grado de la Primaria, calcaba los planos para instalaciones de gas que hacía él como matriculado gasista. Al mismo tiempo, le encantaba armar juegos como flippers o mecanos.

Cuando fue el momento de decidir sobre su escuela Secundaria, su familia no lo dudó: hicieron los trámites para que pudiera cursar y estudiar en una escuela técnica. “Es la que más concordaba con mis expectativas,” asegura.

Diez años después de recibirse como Técnica, empezó a trabajar como maestra de Enseñanza Práctica en la escuela donde fue alumna.

¿Cómo fue tu experiencia como alumna en la escuela técnica?
“Al principio fue un gran cambio… Cuando estudiaba en la Primaria, sólo tenía mujeres de compañeras y, de repente, en primer año de Secundaria estaba en una División de Teoría con una o dos chicas más, y en el taller con todos hombres! Los varones me respetaban como compañera. En los 6 años en la escuela técnica me sentí muy cómoda. De hecho, en mi experiencia con compañeros varones, creo que coincidieron más mis gustos con ellos que con las mujeres con quienes iba a la escuela Primaria”.

En esos años en la escuela técnica, ¿viviste alguna situación diferente por ser mujer?
“Me acuerdo que cuando ingresé a primer año, nos sugirieron utilizar en los talleres el overall. Cuando con mi familia fuimos a comprarlo, resultó que el talle más chico era como 5 talles más grande que yo!(risas). Así fue así que decidí utilizar una camisa usada de mi papá en los talleres para proteger mi ropa.
El overall lo terminé utilizando como dos años después de haber terminado los estudios en la escuela técnica para arreglos que le hice a mi propia casa (risas). Era súper cómodo para trabajar!”

¿Qué preparación recibiste en la escuela?
“A los 15 años me defendía bastante bien con las instalaciones domiciliarias. A modo de ejemplo, puedo contar que me di el gusto de cambiarle un ventilador de techo a mi tía y de proyectar la instalación eléctrica del departamento de mi hermana.
Gracias a lo que aprendí en la escuela técnica pude ayudar a otros”.

¿Qué le dirías a una chica que está por elegir una escuela técnica?
“La educación técnica es muy completa… Es verdad que tiene un año más y casi una doble jornada completa… pero bien vale la pena.
Además, cuando tenés que decidir, en 3er año, qué especialidad vas a estudiar… te tiene que gustar el olor del taller… Creo que esa es una de las maneras de saber si esa especialidad te gusta.
Yo creo que la escuela técnica te enseña para la vida. Vas a poder resolver situaciones con ingenio de manera más sencilla”.

La experiencia como testimonio y como aprendizaje

Las palabras de Giselle María Valeria Volpe son un importante testimonio en primera persona de los cambios que atravesó y está atravesando la Educación Técnico Profesional en relación a temas de género, y aportan una mirada fundamental que reivindica a la mujer en la técnica.

La incorporación de la perspectiva de género es hoy una línea de trabajo prioritaria para el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología -a través del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) y resulta fundamental conocer distintas voces que dentro de la modalidad puedan hacer esto posible.

Historias como las de la profesora Giselle nos ayudan a pensar y derribar ciertos mitos que siguen vigentes en la educación técnica: las capacidades y el rendimiento no tienen que ver con el sexo de los/as alumnos/as. Éstas son caracterizaciones socialmente construidas, relacionadas con lo que tradicionalmente las sociedades distinguieron y reprodujeron en los roles de géneros. En ningún ámbito, y menos en la educación, podemos seguir pensando que hay tareas “para mujeres” y otras “para varones”.

La necesidad de sortear estos prejuicios y desigualdades resulta urgente, y desde el INET se impulsa desterrar la histórica idea de que “la técnica es para varones”, que aún persiste en muchas escuelas, directores/as, y en muchas familias al momento elegir escuela secundaria. Derribando estos estereotipos de género, se busca que más mujeres entren en las Secundarias Técnicas para construir un espacio educativo más amplio, diverso e inclusivo.

Para más información: Equidad de géneros en la Educación Técnico Profesional

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