Entre el 11 y el 14 de septiembre, un total de 39 efectivos de forma voluntaria, participaron en su doble condición de gendarmes y peregrinos, acompañaron y escoltaron durante el largo recorrido a los centenares de ciudadanos, quienes fueron cuidados y auxiliados por los efectivos a través de un dispositivo de seguridad previamente consensuado con policías, y bomberos, que permitió llegar al destino, la Catedral Basílica de Salta capital.

A la par de los peregrinos, los gendarmes caminaron junto a ellos, auxiliándolos en las distintas situaciones que pudieron presentarse en el gran número de kilómetros que debieron atravesar, contribuyendo al encauzamiento del tránsito y cuidado de los caminantes.

Asimismo, brindaron asistencia para aquellos que necesitaron ser trasladados en ambulancias o vehículos de apoyo, cumpliendo la misión con esfuerzo, sorteando condiciones climatológicas propias de la Puna, sacrificando el descanso para acondicionar los vehículos, armar carpas, colaborar en la preparación y distribución de alimentos, etc.

Cabe destacar, que la mayoría de los peregrinos vienen desde puntos muy distantes, y su caminata se extiende por días, con temperaturas bajo cero, como así también fuertes rayos de sol , atravesando montañas, ríos y desierto, con una gran participación de adultos mayores de edad y niños, por lo que la asistencia resulta imprescindible.

Al arribar a El Alisal, hombres y mujeres gendarmes portaron durante 30 minutos las Imágenes Sagradas que presiden la Peregrinación, recibiendo el aplauso de la Comisión Organizadora de la Peregrinación y de los fieles en general.

Asimismo, se destacó la presencia del Jefe del Escuadrón 22 “San Antonio de los Cobres”, Comandante Principal Juan Manuel Rosas, quien caminó junto al personal en la última etapa e ingresó a la Plaza Central de la Ciudad de Salta encabezando al gran número de peregrinos.

La peregrinación reunió en la capital del Departamento Los Andes a peregrinos de Antofagasta de la Sierra, Salar Centenario, Rincón, Tolar Grande, Salar de Pocitos, Olacapato, entre otros puntos, conformando la peregrinación más larga e imponente que llega caminando a la Catedral salteña.

El esfuerzo representó una muestra de fé, pero principalmente, de vocación al servicio de la comunidad, presentes para asistir en cualquier situación y lugar que se requiera la presencia del gendarme.