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Estación meteorológica en el Centro Atómico Bariloche

En el camino hacia el uso inteligente de la energía en edificios públicos, el Instituto de Energía y Desarrollo Sustentable instaló recientemente en el predio del Centro Atómico Bariloche (CAB) - Prov. de Río Negro- una estación meteorológica con el fin de medir variables climáticas y con ellos realizar estudios de eficiencia energética de los edificios del complejo atómico.


Es sabido que una estación meteorológica local permite disponer de datos climáticos específicos del punto de medición en donde está instalada, brindando más exactitud que si se utilizaran datos suministrados por estaciones situadas a varios kilómetros. Gracias a la información de sus sensores es posible establecer un patrón local de variables atmosféricas y construir un archivo de datos históricos para distintos usos, como ser, para el desarrollo de modelos matemáticos y simulaciones de comportamiento de consumo energético de edificios.

La Estación Meteorológica mide los siguientes parámetros: temperatura y humedad ambiental, precipitación, radiación solar y UV, velocidad y dirección del viento, y presión atmosférica. La transmisión de información al usuario es inalámbrica por microondas y el equipo incluye un transmisor alimentado por energía solar.

Se sabe que los edificios consumen alrededor del 40% del gasto energético de la mayoría de los países. A través de toda su vida útil, desde la primera piedra hasta su demolición final, el 90% de las emisiones de dióxido de carbono se producen durante la fase operativo. Por ello, es necesario tomar medidas que permitan avanzar hacia construcciones más eficientes en el uso de la energía.
Cuando se habla de la eficiencia energética de edificios puede hacerse una gran división entre aquellos ya construidos y aquéllos que están todavía en la etapa de proyecto. Está comprobado que para ambos grupos es importante disponer de modelos que incluyan variables climáticas. Para los edificios ya construidos, los modelos permiten conocer las modificaciones factibles de mejoras de las respectivas envolventes térmicas; realizar cálculos de transferencias térmicas con mayor precisión; y realizar estudios comparativos de grado-día, entre otras aplicaciones. Mientras que, para los nuevos proyectos edilicios, el empleo de datos climáticos locales contribuye a diseños que exigen menor consumo.

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