En Río Negro, se conformó la cadena productiva de cannabis para uso medicinal
El INTA Patagonia Norte y la Asociación Civil Ciencia Sativa firmaron un convenio con la provincia de Río Negro para avanzar en la cadena de producción de cannabis sativa con fines terapéuticos y de investigación. El proyecto cuenta con un sistema de trazabilidad único en el país y permite registrar la cadena completa, desde la semilla hasta el producto final.
El INTA y la Asociación Ciencia Sativa iniciaron el proyecto que tiene por objetivo producir cannabis sativa con fines terapéuticos y de investigación para desarrollar productos vegetales a base de cannabis para abastecer el sistema público y privado de salud. Mediante la firma de un convenio con la provincia de Río Negro se suman otros actores públicos y privados que completan la cadena productiva y de valor del cannabis medicinal en la región.
Durante la firma del acuerdo, Carlos Magdalena, director del Centro Regional Patagonia Norte del INTA, señaló: “La fortaleza del proyecto tiene que ver con la institucionalidad que se formó y que permite tener una cadena en la que están todos integrados desde la semilla hasta el producto final. Eso es, sin duda, lo que produce las innovaciones”.
Con la firma del convenio se completa la articulación pública-privada para investigar, producir y desarrollar productos vegetales a base de cannabis. La cadena contempla la evaluación y el cultivo de variedades de cannabis para este fin desarrolladas por el INTA y la Asociación Ciencia Sativa, la extracción de resinas por parte de la empresa Pasedati S.A.S. y la producción final de derivados de cannabis por la Productora Farmacéutica Rionegrina Sociedad del Estado (PROFARSE).
En este sentido, desde la gobernación de Río Negro destacaron la importancia histórica de este acontecimiento y ponderaron la sinergia de trabajo entre las instituciones y la posibilidad de desarrollo económico regional y nacional.
Este proyecto cuenta con un sistema de trazabilidad Trazacann realizado en conjunto con INTA, Ciencia Sativa, la empresa GS1 y la firma Kyas que es único en el país y que permite registrar la cadena completa desde la semilla hasta el producto final.
El proyecto prevé la caracterización de variedades de cannabis de origen local dentro del programa de fitomejoramiento. “Estamos presentando tres variedades al INASE para su aprobación y posterior cultivo en las parcelas experimentales”, señaló Mariana Amorosi –coordinadora y responsable de cannabis en Patagonia Norte– quien remarcó que la inversión inicial permitirá construir la infraestructura para el secado del material vegetal, el laboratorio de extracción de resina y la construcción de un invernadero y un macrotunel para la primera etapa.
Además, el equipo evaluará los principios activos del cannabis y analizará la composición cuali-cuantitativa de compuestos activos como cannabinoides, terpenos, flavonoides y otros de interés médico y científico en extractos del material floral. También se propone determinar los biotipos y protocolos de cultivo más eficientes según la cantidad de cannabinoides producidos.
A partir de la inversión que realizó la empresa Pasedati S.A.S se avanzará en la adquisición de la infraestructura inicial para la investigación del cultivo. Al respecto, Antonio Barahona – representante de la empresa– mencionó: “Ya empezamos a desarrollar la planta de secado y el almacenamiento. Tenemos mucho trabajo por delante porque todo requiere un acondicionamiento especial para cumplir con los requisitos de la ANMAT”.
La empresa será la encargada de la extracción de resina y lo desarrollará en un laboratorio que se instalará en el INTA Alto Valle, en esta etapa piloto. El proceso se completa con la entrega de la resina obtenida a PROFARSE para realizar el producto final a base de cannabis para uso medicinal y terapéutico, según la normativa vigente. Además, el laboratorio estará a cargo del control de calidad y registros de los productos y la elaboración de los respectivos prospectos.
Asimismo, Marne Livigni, directora técnica y gerente de producción del Profarse, manifestó: “De esta articulación va a devenir el desarrollo de nuevas formulaciones para lo cual el laboratorio debe analizar las materias primas y asegurar la calidad del producto en toda la cadena de valor con la finalidad de que el producto que consuma un paciente sea seguro y eficaz”.
Por su parte, Gabriela Calzolari, fundadora de la Asociación Civil Ciencia Sativa, manifestó: “Nosotros como ONG tenemos una base muy fuerte en el cultivo, la selección, el fitomejoramiento y la producción de semillas junto con el INTA. Ahora se suma toda la parte de laboratorio que es sumamente necesaria para formular nuevos productos a base de cannabis y llevar una solución concreta a la sociedad”.
El proyecto de producción de cannabis sativa en Patagonia Norte surgió a raíz de la sanción de la Ley Nacional N° 27.350 que incluye al INTA como uno de los organismos gubernamentales autorizados para el cultivo de Cannabis con fines científicos y/o médicos. Asimismo, este proyecto cuenta con la aprobación del Ministerio de Salud de la Nación desde enero de 2021.