Diversos estudios indican que los coronavirus pueden subsistir en una superficie por un lapso que varía desde unas pocas horas hasta varios días, dependiendo de las condiciones del contexto: el tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente. De este modo, uno de los mayores inconvenientes derivados de la situación de la pandemia actual, se genera cuando las personas deben transitar por espacios públicos; pues se produce un riesgo de contagio por aglomeración y una gran dificultad para evitar el contacto directo de las personas con objetos que pudieran estar contaminados.
En esta línea, el INTI y CONICET trabajaron en un novedoso dispositivo de protección manual conocido habitualmente como “no touch” en respuesta a la idea-proyecto presentada por Brian Ariel Hussey, un emprendedor tecnológico, que se acercó al Instituto para mejorar el prototipo inicial que había creado.

Gracias a la asistencia técnica del INTI en su sede de Córdoba se consiguió mejorar la ergonomía y funcionalidad del dispositivo original, y el producto se adaptó a la mayoría de picaportes y usos posibles. Posteriormente, se imprimieron los prototipos en la impresora 3D de la sede del INTI en la ciudad de Rafaela, provincia de Santa Fe.

El dispositivo se asimila a una manopla de goma y es superador a otras herramientas manuales, de similar funcionalidad, porque posee un diseño de empuñadura (un hueco para introducirse en un picaporte), agarre firme, es más ergonómico, y se le puede adosar un gancho, lo cual permite lograr un posicionamiento estable de las manos y así manipular e interactuar con diversas superficies utilizadas continuamente por una enorme cantidad de personas (abrir y cerrar puertas, jalar y empujar barrales, presionar botones de cajeros automáticos, posnet o ascensores y cargar bolsas). Actualmente, el dispositivo se encuentra en proceso de patentamiento del diseño y funcionalidad.

Asimismo, el proyecto pretende adecuar el producto a las necesidades de los clientes, para lo cual es importante dar dos pasos adicionales: por un lado, se prevé migrar la fabricación por impresión 3D hacia la inyección de plástico, con el fin de mejorar la terminación y resistencia, al mismo tiempo que se logra aumentar exponencialmente la capacidad productiva. Por otro lado, a través de una vinculación público-privada con el CONICET y la aplicación de nanotecnología, se logrará que el dispositivo sea inhóspito para los microorganismos patógenos e inhibirá el crecimiento de bacterias y virus (incluido el SARS-CoV-2, causante de la pandemia por Covid-19). Esto genera un enorme valor agregado, ya que no hay otros desarrollos con estas características “autodesinfectantes”, y contribuirá a lucha contra la propagación de la pandemia, y otras enfermedades transmisibles por contactos con superficies contaminadas. Se pretende que en el periodo pos pandemia, el uso de este dispositivo resulte fundamental, especialmente en hospitales y clínicas, ya que el revestimiento antimicrobiano permite minimizar el contagio de enfermedades intrahospitalarias.

Finalmente, el proyecto prevé la producción a escala y la comercialización del bien. Este dispositivo constituye un producto con una demanda potencialmente “encubierta,” ya que se trata de un producto nuevo, con características únicas, de manera tal que sus posibilidades de comercialización son extensas. Se espera que constituya una oferta exportable. El proyecto también incluye el desarrollo de un packaging (blister), mediante una matriz y troquel específico para el diseño del producto. Con acompañamiento del INTI y la Cámara de Industriales Metalúrgicos y Componentes Metalúrgicos de Córdoba, el emprendedor ha solicitado financiamiento para el desarrollo del proyecto en la línea PACC Emprendedores, del Ministerio de Desarrollo Productivo la Nación.