“Cuando trabajamos fuera de casa el mismo tiempo que los varones, necesitamos que el trabajo adentro sea equitativo; y cuando cuidamos por un salario necesitamos que sea reconocido con una remuneración acorde. Hace poco, nuestro equipo mandó al Congreso el proyecto de ley Cuidar en Igualdad que propone crear un registro de espacios comunitarios de cuidados para que, a través de convenios con el Estado, se garantice el salario de sus trabajadoras”, explicó Cirmi Obón.

Además, la Subsecretaria afirmó: “La injusta organización de los cuidados se vincula con la perpetuación de las violencias y es por eso también que es un tema prioritario en la agenda de nuestro ministerio. Las mujeres que dependen económicamente de varones quedan en situación de riesgo, porque no pueden irse cuando atraviesan situaciones de violencia. También socialmente se piensa que no trabajan aquellas que cuidan a sus hijas, hijos o personas mayores. Cuando no se reconoce eso como un trabajo es difícil que puedan reclamar por sus derechos”.

Acompañada por Leandro Bleger, quien se encuentra a cago de la dirección nacional de Políticas de Cuidado, la Subsecretaria recorrió la sede de la Fundación que cuenta con 40 años de historia. Allí funciona el Centro de Formación Laboral N°405 Simón Bolívar, donde alrededor de 1500 personas participan de las capacitaciones gratuitas y con certificación oficial en oficios, que varían entre la carpintería, herrería, soldadura, depilación, cocina y programación, entre otros; con una participación de mujeres y LGBTI+ que alcanza el 60%. Allí se ofrecen entre 100 y 150 cursos de distinta duración, con la particularidad de que todos incluyen un taller de formación en géneros y diversidad.

Tras la recorrida, lxs funcionarixs se reunieron con la fundadora y directora de la Fundación, Elisa Pineda; el director de Proyectos, César Perri; y el director del Centro de Formación laboral, José Barcala. En este marco, dialogaron sobre el Mapa Federal del Cuidado y el proyecto de ley Cuidar en Igualdad, dado que uno de los causantes de la deserción en los espacios de formación es la insuficiencia de espacios para cuidado de hijxs de las y los estudiantes.

Más tarde, el equipo del MMGyD se trasladó al barrio de Villa Albertina, donde se encuentra el Jardín Comunitario Conejito Saltarín. Se trata de uno de los siete jardines gestionados por la FOC, al que asisten 148 niñxs. Allí, se realizó un encuentro junto a 22 trabajadoras de la red conformada por más de 100 mujeres educadoras y cuidadoras que forman parte de la organización, quienes compartieron su experiencia en los distintos barrios de Lomas de Zamora.

Dentro de estos jardines comunitarios el vínculo con el territorio es total: las trabajadoras viven en los barrios y conocen sus necesidades. Con 30 años de trayectoria, Conejito Saltarín funciona también como Casa de Encuentro: niñxs y adolescentes de entre 6 y 14 años asisten a talleres extra escolares de teatro, artes plásticas y programación, lo que les permite a sus familias organizarse para el trabajo con la tranquilidad de que sus hijas e hijos están cuidados y aprendiendo. También hay espacios de formación en huertas comunitarias e instrumentos musicales para adolescentes a partir de los 16 años; así como en tejido y cocina para madres y abuelas, entre otros.

La Fundación combina la formación y la atención de los cuidados en articulación con la comunidad. Ante la situación de precariedad laboral en que muchas trabajadoras se encuentran, Cuidar en Igualdad constituye una respuesta ya que reconocerá el trabajo del sector en términos económicos y de derechos. El proyecto de ley establece la creación del Sistema Integral de Cuidados de Argentina con perspectiva de género (SINCA) y la modificación del régimen de licencias en los sectores público y privado ampliando los derechos de trabajadorxs gestantes, no gestantes y adoptantes que se desempeñen en relación de dependencia o sean monotributistas, monotributistas sociales o autónomos/as. En este marco, se busca reconocer el derecho de todas las personas a recibir y brindar cuidados, así como también el derecho al autocuidado; y promueve la igualdad de género porque hace visible el valor social y económico de los cuidados y los reconoce como un trabajo, ya sea que se desarrollen al interior de los hogares, en el ámbito comunitario, público o privado. En la actualidad, este trabajo es ejercido por mujeres y LGBTI+ de manera invisibilizada y no remunerada en muchas ocasiones.

Entre los diez puntos más relevantes con los que cuenta este anteproyecto, también se promueve la ampliación de la oferta de servicios e infraestructura de los cuidados y la adaptación de las jornadas laborales a las necesidades de cuidado en los sectores público y privado. Además, propone proteger a todas las personas que necesitan cuidados: niñas, niños y adolescentes, con prioridad hasta la edad de 5 años inclusive; personas de 60 años o más, cuando lo requieran; y personas con discapacidad.