Este año, nos toca conmemorar el Día Internacional del Trabajador de una manera sumamente atípica, en el marco de una emergencia sanitaria internacional sin precedentes que plantea, a nivel global, el enorme desafío de mantener el empleo y las empresas, esfuerzo que para nuestro país es mayor por la fuerte recesión habida en los últimos dos años.
Los objetivos están claros: ha sido prioridad desde el primer día cuidar la salud de la población y proteger al empleo y el ingreso de los trabajadores, en un contexto en el que gran parte de los argentinos y argentinas tuvieron que ausentarse de sus lugares de trabajo para cumplir con el protocolo del aislamiento social, preventivo y obligatorio.

Fue necesario tomar medidas que sostengan las unidades productivas, fortalecer los pisos mínimos de protección social y focalizar la atención en aquellos trabajadores que se encuentran más desprotegidos, como los que se desempeñan en la informalidad o el autoempleo.

Una pandemia no puede borrar años de historia y de conquista de los derechos de los trabajadores. Hoy más que nunca, debemos recordar que los derechos actuales son consecuencia de las luchas pasadas.

Recuperar la figura del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, reforzar y reorientar las tareas para acompañar a los trabajadores y trabajadoras, dar respuestas rápidas y concretas a sus necesidades es el camino. Sabemos que, dado el contexto y lo inusual del panorama, las medidas que se toman no son absolutas: las herramientas son actualizadas y modificadas a medida que avanza la pandemia para poder ampliar el universo de beneficiarios y poder reconstruir una situación económica que ya venía golpeada.

Trabajo ha regresado a su status de Ministerio, en concordancia con la recuperación de un Estado presente, reactivando la necesidad de un vínculo permanente con el resto del Gabinete, tanto en lo que respecta a lo social, como en el aspecto económico. Somos plenamente conscientes de que, desde nuestro lugar, es esencial el diálogo y el enlace entre todos los actores que hacen a lo laboral, y estamos trabajando en conjunto con los sindicatos, las cámaras empresarias y los organismos internacionales para poder dar una respuesta efectiva, coherente y coordinada ante la crisis.

Y en ésta transformación, ha sido clave el trabajo conjunto e incansable de aquellos y aquellas que integran éste Ministerio, que se desempeñan todos los días en las oficinas y en las calles por los derechos laborales de los argentinos y las argentinas, manteniendo un compromiso histórico con ésta tarea a lo largo y a lo ancho del país. A ellos les debemos el fortalecimiento y la recuperación de nuestra figura institucional.

Por último, en ésta fecha en la que los trabajadores y trabajadoras son protagonistas, no puedo dejar de destacar y agradecer la entrega absoluta de quienes realizan tareas esenciales, aquellos que velan diariamente por la salud, a alimentación, la seguridad y el bienestar de la población en un escenario adverso, trabajando con compromiso y poniéndose al servicio de quienes más los necesitan.