Presidencia de la Nación

Después de 10 años, se puso en marcha el soterramiento del Sarmiento

Diez años después del primer anuncio, el gobierno nacional puso en marcha la tuneladora para iniciar la megaobra que beneficiará a más de 200.000 pasajeros por día e integrará a las 11 localidades a lo largo de la traza.


“El soterramiento fue un proyecto largamente postergado y hoy lo estamos reactivando como parte de nuestro compromiso con el transporte público de calidad. En 5 años vamos a lograr lo que no se hizo en 10, para saldar una deuda con los millones de pasajeros y vecinos de la traza del ferrocarril Sarmiento. De haberse hecho en tiempo y forma, se hubiese evitado la tragedia de Once. Estamos transformando la manera de viajar en los trenes metropolitanos y el soterramiento es un proyecto fundamental para mejorar la vida de las personas”, declaró Guillermo Dietrich, Ministro de Transporte de la Nación.

La obra se licitó en 2007, se adjudicó al año siguiente y la tuneladora se instaló en 2011. En los últimos 10 años el proyecto fue anunciado al menos 7 veces, pero la excavación nunca comenzó, hasta hoy.

El proyecto integral comprende la perforación y el armado del túnel de 18 km entre Caballito y Castelar, la construcción de 8 estaciones subterráneas y de 15 pasos a distinto nivel, el trazado de vías nuevas y del tendido eléctrico subterráneo, todo en un plazo de 5 años. Durante la ejecución de la obra se generarán 10.000 empleos, con una inversión que ronda los 3000 millones de dólares.

Con la obra terminada, los pasajeros podrán ahorrar hasta 15 minutos de viaje: hoy entre Castelar y Once se tardan unos 50 minutos que pasarán a ser 35. Además, se mejorarán las frecuencias, reduciendo a la mitad la espera entre un tren y otro: de 10 minutos a entre 5 y 6, con capacidad de bajarlas incluso hasta 3 minutos en hora pico. También se ampliará la capacidad de transporte del ferrocarril Sarmiento en un 70%, para que unas 350.000 personas viajen en forma más cómoda, rápida y segura.

La obra contribuirá a agilizar el tránsito y a incrementar la seguridad vial en toda la traza desde Caballito a Moreno, ya que se eliminarán 51 pasos a nivel vehiculares en el corredor de la avenida Rivadavia. La obra también tendrá un impacto urbanístico transformador en las localidades de Ciudadela, Ramos Mejía, Villa Sarmiento, Haedo, Morón, Castelar, Ituzaingo, San Antonio de Padua, Merlo, Moreno y el oeste de la Ciudad de Buenos Aires, ya que volverá a integrar a las ciudades y barrios que hoy están divididos por el tren.

La puesta en marcha del soterramiento forma parte del Plan Integral de Obras para la Red Metropolitana de Trenes que está ejecutando el Ministerio de Transporte para transformar la manera de viajar en tren en el AMBA y que más de 10 millones de personas puedan acceder a un transporte público de calidad, más cómodo y seguro, con mejores servicios y frecuencias.

Con una inversión de 14.000 millones de dólares a 2023, este plan mejorará la infraestructura de todo el sistema ferroviario y hará posible la interconectividad de todas las líneas mediante la Red de Expresos Regionales (RER), una red de túneles y de estaciones subterráneas.

También incluye la electrificación de todas las líneas, 3 nuevos viaductos y 120 nuevos pasos bajo nivel, la renovación de vías, sistemas eléctricos y estaciones, más el 100% de la flota completamente renovada. Además, el Plan salda una deuda impostergable en materia de seguridad, ya que incorpora la tecnología de frenado automático en todas las líneas para 2019.

El soterramiento del Sarmiento: ¿Cómo funciona la tuneladora?

La máquina tuneladora que se puso en marcha hoy, de unos 125 metros de largo, abrirá un túnel de 18 kilómetros de largo y unos 10 metros de diámetro a 22 metros de profundidad. Se estima que el ritmo de avance es de unos 20 metros de túnel por día. Durante la obra, el tren circula normalmente en la superficie por lo que no se verá afectado su funcionamiento.

A medida que la máquina avanza perforando la tierra con poderosos discos giratorios de corte, la tuneladora va fijando las paredes del túnel con unas piezas de hormigón armado denominadas “dovelas” y que se fabrican en un predio contiguo a donde está instalada la tuneladora en Haedo. Una vez fabricadas, un carro las traslada hacia el frente de la máquina, donde se montan sobre la máquina que construye el anillo. Esta máquina las sujeta, las hace girar y las fija a las paredes subterráneas para formar el túnel.

Mientras tanto, una cinta transportadora extrae la tierra excavada hacia la parte trasera de la máquina para sacarla a la superficie, para ser transportadas en camiones hasta su disposición final.

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