Desbaratamos a la mafia de los abrevalijas en Ezeiza
Todos hemos escuchado alguna vez la historia de alguien a quien le desapareció el equipaje cuando viajaba, o que lo encontró abierto o roto y notó la ausencia de alguno de sus bienes. Pero son pocas las veces que conocemos el desenlace de la anécdota: si pudo reencontrarse con sus pertenencias o no. Lo importante es que detrás de todo ello, hay un acto delictivo que es llevado a cabo por personas. Pero desde que Patricia Bullrich está al frente del Ministerio de Seguridad, la directiva es clara: quien comete un acto fuera de la ley debe pagar las consecuencias.
Bajo la premisa inflexible de castigar a quienes delinquen y tras una intensa investigación de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), quedaron detenidas diez personas que formaban parte de una banda que operaba en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza Ministro Pistarini. Se dedicaban a la apertura de cargas (como maletas o encomiendas) y robaban objetos de valor.
Gracias a pasajeros que se atrevieron a realizar la denuncia correspondiente, comenzó una exhaustiva tarea investigativa que se extendió por catorce meses.
Con paciencia y constancia, los oficiales de la PSA descubrieron qué había detrás de esas denuncias y quiénes eran los responsables. Y luego de 21 allanamientos, detuvieron a 10 personas y secuestraron gran cantidad de dinero en efectivo, armas, joyas, perfumes, relojes y diversos dispositivos electrónicos.
Los imputados pertenecían a tres organismos que operan en el mencionado aeropuerto y, en paralelo, conformaban una organización delictiva en la que cada uno tenía un rol definido. El líder, un chofer de Aerolíneas Argentinas, estaría encargado de la logística: además de sustraer los elementos, los acopiaba y los vendía, o los entregaba para revender en locales comerciales de la zona.
También están acusados siete trabajadores de Intercargo -empresa encargada del “handling” ante la llegada o partida de aeronaves-, de ser facilitadores y autores de los hurtos; otro operario de la aerolínea de bandera que habría ingresado reiteradamente de forma ilegal herramientas para su comercialización; y un personal de AFIP que actuaba en connivencia.
Además de detener a estos 10 ciudadanos argentinos mayores de edad, la PSA requisó por orden de la Justicia Federal los armarios y vehículos de los empleados -donde encontraron dinero en efectivo, en pesos y en dólares-, un contenedor y un vehículo utilitario de Aerolíneas Argentinas. En este último se detectó un doble fondo para extraer los objetos fuera de la jurisdicción aeroportuaria.
Los allanamientos fueron realizados por personal policial en las localidades de Monte Grande, Claypole, El Jagüel, Ezeiza, Lomas del Mirador, Isidro Casanova, Berazategui, Luis Guillón y Lomas de Zamora y dieron como resultado el secuestro de:
- 3 vehículos;
- 97.152 dólares;
- 232.763 pesos;
- 615 euros;
- 9 armas de fuego;
- 1.801 cartuchos;
- 67.242 gramos de bijouterie de plata;
- 66 perfumes;
- 46 relojes;
- 45 teléfonos celulares;
- 29 pares de anteojos;
- 18 tablets;
- 12 cámaras;
- 7 notebooks;
- 4 GPS;
- 3 televisores;
- 3 tres balanzas;
- consolas, pendrives, elementos electrónicos varios y documentación de interés para la causa.
Los acusados quedaron detenidos e incomunicados, y a disposición del Juzgado Criminal y Correccional N° 2 de Lomas de Zamora, a cargo de Federico Hernán Villena.
Lejos del "colorín colorado", la historia no termina aquí. Porque la investigación continúa.
Y con los oficiales y agentes de las Fuerzas comprometidos en cuidar a cada ciudadano que habita este país, quienes decidan realizar actos criminales deberán rendir cuentas ante la Justicia y enfrentarse a las consecuencias.
Para ello, debemos comprender que cada vez que seamos testigos de algo fuera de lo habitual, debemos atrevernos a hacer la denuncia ante la autoridad que corresponda.
Ese es el primer eslabón de la cadena que incluye las órdenes precisas de la Ministra de Seguridad, la tarea diaria y minuciosa de policías aeroportuarios, gendarmes, policías y prefectos y la decisión de la Justicia, para culminar cada proceso con los delincuentes tras las rejas, como debe ser.
Así, funcionando como un gran equipo, y sabiendo que contamos con la protección de un Estado presente, viviremos cada día en un país más seguro, sin dudar siquiera si nos encontraremos con nuestras pertenciencias al realizar un viaje.