Presidencia de la Nación

Darío Martínez acompañó al presidente de la Nación en el lanzamiento del gasoducto Néstor Kirchner

El presidente de la Nación, Alberto Fernández, fue el principal orador en el acto de lanzamiento de la construcción de la Etapa I del Gasoducto Néstor Kirchner. Estuvo acompañado por el secretario de Energía, Darío Martínez y por el presidente de YPF, Pablo González. Los gobernadores de Neuquén, Omar Gutiérrez, y de Buenos Aires, Axel Kicillof, también expresaron su apoyo a la medida. Además, estuvieron presentes los gobernadores de La Pampa, Sergio Ziliotto y Misiones, Oscar Hererra Ahuad. La construcción se realizará en dos etapas, demandará una inversión de 3400 millones de dólares, en su inicio las obras movilizarán 1.500 puestos de trabajo directos y otros 1.500 indirectos; para el momento de su pleno funcionamiento generará 6.000 puestos de trabajo directos y 6.000 indirectos.


“Aquí en Vaca Muerta tenemos gas para 200 años, y el gas es la energía que el mundo ha resuelto tener para la transición hacia las energías renovables. Por eso, que la Argentina en su sentido más federal, el Estado Nacional asociado a las provincias que producen gas y petróleo, haya podido llegar a este tiempo para darnos tranquilidad energética es muy importante. Necesitamos distribuir el gas a lo largo de toda la Argentina, para que crezca federalmente. Necesitamos llevar el gas a cada rincón, para que allí se puedan establecer industrias que puedan producir y darle oportunidades a quienes viven en la Argentina, tanto en el centro como en el norte y en el sur” afirmó el Presidente.

El secretario de Energía destacó la relevancia histórica del comienzo de esta obra al afirmar que “la historia dirá que hubo un Presidente que se llamó Alberto Fernández, quien, junto a su Vicepresidenta Cristina Fernández, asumieron la responsabilidad de construir el Gasoducto Néstor Kirchner con todas sus obras complementarias, que elevará en 44 Millones de metros cúbicos diarios la capacidad de transporte de Gas Argentino, extraído con el esfuerzo de trabajadores argentinos, de Pymes argentinas, junto a las productoras de gas que operan en nuestro país”.

Cuando se finalice la Etapa I, el Gasoducto Néstor Kirchner incrementará en 19 Millones de m3 diarios la capacidad de transporte de gas, aumentando a 24 millones cuando se terminen las obras complementarias. De esta forma nuestro país podrá reemplazar importaciones de GNL en las terminales de regasificación de Escobar y Bahía Blanca; esto implica un millonario ahorro en divisas y permitirá sustituir la totalidad del combustible líquido consumido por las Centrales Termoeléctricas.

Asimismo, en virtud de los excedentes de producción generados por el Plan Gas.Ar, la Argentina contará con la infraestructura necesaria para realizar con un volumen creciente exportaciones a Chile, Uruguay y Brasil. Además, las provincias productoras recibirán un mínimo de 130 millones de dólares anuales de regalías adicionales.

El Gasoducto Néstor Kirchner se desarrollará en dos etapas sucesivas, lo que permitirá atender en lo inmediato la demanda de gas existente y su vinculación con la producción incremental de gas natural no convencional de la Cuenca Neuquina. En total el Gasoducto Néstor Kirchner, más sus obras complementarias incluidas en el sistema de gasoductos Transport.ar Producción Nacional, permitirá ahorrar 1.946 millones de dólares anuales por disminución de importaciones en combustibles.

En ese contexto, Darío Martínez destacó que “el Presidente firmó el Decreto 892/2020 que puso en marcha el Plan Gas.Ar”. Resaltó “esa decisión estratégica que nuestro presidente Alberto Fernández tomó en un mundo convulsionado por la pandemia, y con horizonte de declino de la producción de Gas, trajo las certezas y la previsibilidad que la industria hidrocarburífera necesitaba para levantarse, invertir, y tener este presente de crecimiento permanente de la producción que satura los gasoductos y nos obliga a construir esta obra.”

Pablo González, presidente de YPF, ubicó la importancia de la obra como parte de un proceso de soberanía energética en el que la compañía de bandera debe cumplir un rol central: “Dentro de la agenda de crecimiento de YPF, tomamos al gas como la energía de transición y por eso entendemos la decisión de avanzar con el gasoducto “Néstor Kirchner”, entendiendo, además, que una de las razones por las que lleva su nombre es por su decisión del 2006 de federalizar los hidrocarburos de la Argentina”.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, expresó sus palabras de acompañamiento a través de un video grabado desde Washington, donde valoró a la obra como “el proyecto de infraestructura más importante de la Argentina”.

El acto contó, además, con la presencia de Juan Manzur, jefe de Gabinete; Jorge Ferraresi, ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat; el CEO de YPF, Sergio Afffonti y la directora ejecutiva de la compañía, Ofelia Cédola. También estuvieron por la Secretaría de Energía, la subsecretaria de Hidrocarburos, Maggie Videla, el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo y el subsecretario de Coordinación Institucional Guillermo Usandivaras. Por el ENARGAS, el interventor Federico Bernal; los diputados nacionales Tanya Bertoldi, Guillermo Carnaghi, y Graciela Landriscini, entre otras autoridades.

Durante la Etapa I se desplegará un gasoducto de 36 pulgadas y 558 kilómetros de extensión, que tendrá como objetivo transportar el gas producido en la Cuenca Neuquina, para después transferir en Salliqueló parte de este volumen al gasoducto Neuba II. Así quedará asegurado el flujo de gas para las zonas de Bahía Blanca y AMBA, con provisión a las grandes centrales termoeléctricas y al polo petroquímico. La Etapa II correrá por la provincia de Buenos Aires hasta San Jerónimo y permitirá llegar con gas natural al norte del Gran Buenos Aires y el Litoral.

El lanzamiento del Gasoducto Néstor Kirchner se realiza en la misma semana en la que se celebra el décimo aniversario de la recuperación por parte del Estado Nacional del control mayoritario de la petrolera YPF, un instrumento fundamental para hacer realidad la soberanía en materia energética, al dotar al Estado de una mayor participación en el mercado de los hidrocarburos y de una herramienta para incentivar la inversión en exploración y producción, así como planificar y ejecutar políticas de mediano y largo plazo para el sector.

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