Con tecnología argentina, investigan la autenticidad de la obra de uno de los mayores referentes del barroco latinoamericano
Se trata de una pieza de Cristo que se atribuye a Antônio Francisco Lisboa, conocido como Aleijadinho, considerado el artista colonial brasileño más importante. El INTI acompaña a la empresa GIVOA en este trabajo, con herramientas tecnológicas que antes debían contratarse en Europa.
Según el último informe publicado por la reconocida agencia internacional Artprice, el mercado mundial del arte genera más de 13 mil millones de dólares anuales. En este ámbito, la tecnología juega un rol muy importante porque es una aliada clave a la hora de peritar obras artísticas e investigar su autenticidad.
Es el caso del trabajo que están realizando actualmente especialistas del INTI, a pedido de la consultora de arte GIVOA, para determinar la autenticidad de una escultura de madera policromada de Cristo crucificado que se atribuye a Aleijadinho. El artista es famoso por haber realizado (entre 1796 y 1805) 12 estatuas de profetas y 66 imágenes talladas en madera en el santuario del Senhor Bom Jesus de Matosinhos en el estado brasileño de Minas Gerais, sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
“A través de un peritaje estamos investigando la correspondencia contextual-histórica de la pieza, la similitud estética con otros trabajos del artista (o de su atelier) y confirmando la atribución al gran maestro u otro autor —ya que con frecuencia eran iniciadas por un artista, completadas por otros y también podían llevar la autoría de quien coordinara el proyecto o del dueño del encargo—”, detalla Gustavo Perino, fundador de GIVOA. La obra perteneció a una tradicional familia brasilera que la tuvo para su culto privado durante más de un siglo y ahora está en Argentina.
“En nuestro laboratorio de Ensayos no Destructivos realizamos estudios radiográficos de toda la pieza para determinar características de su sistema constructivo, desde los métodos de anclaje o sujeción hasta la presencia de elementos estructurales metálicos en su interior”, detalla María de los Milagros Córdova del INTI, que forma parte de un grupo interdisciplinario de técnicos y profesionales del Instituto, especializados en diferentes materiales que aportan su conocimiento al estudio de bienes culturales. “Las piezas metálicas, como la corona del Cristo y los clavos que lo sujetan a la cruz, los analizamos por medio de fluorescencia de rayos X, a fin de conocer qué tipo de aleación las compone”, agrega la especialista.
Desde el Instituto también se analizó la policromía (pintura con múltiples colores) de la escultura a través de espectroscopía FTIR y Raman, y microscopía electrónica de barrido con sonda EDS. Para realizar este último ensayo, debido a las dificultades que la actual pandemia presenta para el trabajo presencial, se analizó la muestra en forma remota, por medio de una reunión virtual entre la operaria del equipo y los analistas del Laboratorio de Bienes Culturales.
El trabajo se enmarca dentro de las acciones que vienen implementando Givoa y el INTI desde 2015, para la interpretación complementaria de resultados junto a restauradores, peritos e historiadores para la emisión de certificados de autenticidad de obras de arte. En relación a la pieza en estudio, Perino concluye que “independientemente de los resultados, que estarán disponibles en los próximos meses, se trata de una espectacular pieza artística que tiene antigüedad y valor patrimonial para el arte sacro latinoamericano”.