Cómo mejorar el acceso al agua en los campos de la Norpatagonia
La falta de agua es un problema que afecta a muchas comunidades que habitan y producen en áreas rurales de secano de la Norpatagonia. El INTA junto con familias productoras y organizaciones gubernamentales trabajan en la adecuación de tecnologías para asegurar el acceso al agua de manera segura y eficiente.
En el vasto territorio patagónico muchas comunidades habitan zonas de mesetas y estepa donde las fuentes de agua son insuficientes y no logran cubrir los requerimientos para el abastecimiento de las familias y para la producción ganadera y agrícola. Este escenario se hace cada vez más frecuente debido a la disminución de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas, variación conocida como cambio climático. Frente a esta situación, equipos técnicos del INTA se vinculan con otras instituciones para trabajar junto a las comunidades rurales en pos de capacitar en un uso eficiente y desarrollar obras hídricas que solucionen la problemática de falta de agua.
De acuerdo con Juan Pablo Mikuc –extensionista del INTA Chos Malal– las dificultades en el acceso al agua se vienen acentuando año a año como consecuencia del cambio climático y en el campo se observa que muchas vertientes disminuyen su caudal y se secan. De allí surge la demanda de las familias rurales de resolver esta problemática para asegurarse el acceso al agua para el consumo de los hogares y para la producción agrícola y ganadera.
Según Belén Fuentes –coordinadora de Salud Ambiental de la Zona Sanitaria 3 de Chos Malal– se trata de una problemática que afecta el desarrollo de las actividades y la salud mental de las personas debido a que obliga a los pobladores a tomar decisiones que pueden tener un fuerte impacto en sus vidas. “Cuando hacemos visitas a los pobladores, nos encontramos con que deciden quedarse más tiempo en las veranadas porque allí tienen mayor cantidad de agua para sus animales. Eso los lleva a posponer los traslados y volver a la invernada mucho más tarde, exponiéndose a tormentas de nieve que ponen en riesgo su vida y la de sus animales”.
Para abordar esta problemática, los equipos técnicos del INTA evalúan las distintas fuentes de agua para diseñar obras que permitan captarla, conducirla y almacenarla y así aprovecharla durante todo el año. Por otro lado, se busca también implementar modos eficientes de consumo con tecnologías simples como el uso de tanques de almacenamiento habilitados, la instalación de bebederos con flotantes para los animales y aspersores para regar pasturas.
En esa línea, Saúl Deluchi –extensionista del INTA Bariloche– explicó que las familias productoras suelen obtener el agua a partir de diversas fuentes. En áreas de secano, las principales fuentes aprovechadas son las vertientes, que son afloramientos de agua subterránea que salen de forma natural a la superficie en determinados puntos del terreno. En general tienen agua de buena calidad con caudales que permiten destinarla para cubrir las múltiples necesidades de las familias rurales.
Los técnicos del INTA recomiendan realizar la captación de las vertientes analizando las características de cada una. En general se captan con sistemas de tubos filtrantes y/o con piletas que constan de orificios de ingreso de agua, tapa, salida a sistemas de conducción, rebalses, filtros y llaves de paso. Estos sistemas permiten obtener agua segura para poder conducirla por gravedad hasta reservorios de almacenamiento. Para la realización de estas obras se requiere la evaluación de los caudales, una planificación del uso y un determinado dimensionamiento en cuanto a materiales y tamaño. Se deben adecuar las obras a las necesidades de cada familia, a la cantidad de agua disponible y a la ubicación en el terreno. Este tipo de sistemas son de bajo costo y de sencilla construcción, por lo que se los considera una tecnología apropiada y apropiable por parte de las familias rurales.
“Las familias obtienen agua a través de captaciones que muchas veces se realizan de manera individual. Sin embargo, existen situaciones en donde es necesario abordar el acceso al agua de forma comunitaria, a través del trabajo con una organización o Comunidad y realizando un análisis de toda la cuenca. Este modo de trabajo permite que con una obra se resuelva la problemática de varias familias, favoreciendo a una gestión comunitaria del sistema de abastecimiento de agua”, sostuvo Deluchi.
Desde el INTA se dictan capacitaciones en conjunto con instituciones gubernamentales provinciales para compartir las experiencias y trabajos que se realizan en territorio y de esta manera difundir tecnologías, darlas a conocer y garantizar que el acceso al agua segura llegue a cada vez más las familias rurales.