CNEA desarrolla el material de filtros de agua para consumo doméstico en Río Negro
El proyecto beneficiará a pobladores de la zona rural aledaña a la localidad de Ingeniero Jacobacci, en el sur de la provincia patagónica, y tiene como objetivo impulsar el fortalecimiento tecnológico, la mejora de la competitividad y expansión de la innovación tecnológica en la producción.
El proyecto “Evaluación de la distribución sustancias que afectan la salud (como As y F) en aguas subterráneas de la Región Sur de Río Negro y producción de filtros de tierra de diatomeas modificada para el tratamiento del agua de consumo de los pobladores rurales” del que participan investigadores de la Comisión Nacional de Energía Atómica, junto a colegas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Universidad Nacional del Comahue (UNCo Bariloche), fue seleccionado por el Programa de Proyectos Federales de Innovación 2021 (PFI) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación. También cuenta con el apoyo de la Secretaría de Ciencia, Tecnología y Economía del Conocimiento, dependiente de la Agencia Río Negro Innova, por su aporte a la mejora de la calidad de vida de las personas.
La directora del proyecto e investigadora de la CNEA - CONICET Georgina De Micco explica que “los objetivos del proyecto son, por un lado, relevar y determinar la calidad de agua en predios de más de 100 familias, lo que beneficia indirectamente a una población de más de 700 familias respecto del conocimiento del contenido de arsénico y flúor en el agua de consumo”.
Esta información recabada se transfiere al Consejo Local Asesor del INTA Jacobacci, compuesto por representantes de diversas organizaciones del territorio, y a la autoridad del agua de la provincia (DPA).
El investigador del CONICET, docente de la Universidad Nacional del Comahue y miembro del proyecto Juan Cabrera plantea que el trabajo se propone “avanzar en una solución tecnológica innovadora que permita mejorar la calidad del agua, en que las sustancias mencionadas se encuentren por encima de los valores de referencia establecidos por el Código Alimentario Argentino”.
La zona rural aledaña a la ciudad de Ingeniero Jacobacci, destinataria del proyecto, en un área de un millón y medio de hectáreas. Está poblada en su mayoría por habitantes que se dedican a la producción ganadera de ovinos y caprinos. El clima es árido y frío, con sequías recurrentes que generan escasez de agua, favoreciendo el proceso de desertificación del pastizal natural y poniendo en riesgo el acceso al agua para consumo de las familias y del ganado.
Procedimiento con los filtros
Actualmente se está desarrollando un material que pueda utilizarse para filtrar el agua, a partir de tierra de diatomeas modificadas, para aumentar su capacidad de retención de especies como arsénico y fluoruros.
La tierra de diatomeas, formada por fósiles de algas microscópicas, es un recurso abundante en la región, el cual puede ser modificado químicamente para incorporar hierro, y obtener un material para construir filtros de agua. “De este modo, esperamos diseñar una innovación tecnológica para el agregado de valor a un recurso disponible en la región, como es la tierra de diatomeas, para que pueda ser utilizada en el tratamiento de aguas con altos contenidos de arsénico y flúor, transformándose en aguas aptas para consumo de acuerdo a las normas vigentes”, sostiene De Micco.
Etapas
El monto total solicitado al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación para este proyecto es de dos millones de pesos. A partir de ese presupuesto se pensó en dos etapas. Por un lado, implica el proceso de la toma de muestras y la identificación de las concentraciones de las diferentes sustancias (con foco en las potencialmente tóxicas y endémicas argentina). Luego, se planteó poder brindar una solución a través de los filtros y sus materiales que serán diseñados en la CNEA.
Según señala Cabrera, “actualmente nos encontramos cerrando la primera etapa, donde ya se han terminado los monitoreos. El proyecto contemplaba la realización de dos campañas de monitoreo, una en la estación húmeda y otra en la estación seca, para conocer la composición del agua antes y después del proceso de recarga de los acuíferos. Para ello, se tomaron muestras de agua de pozos y vertientes en predios de familias rurales que habitan la región aledaña a Jacobacci, que fueron seleccionados en base a diversos criterios”.
Por su parte, De Micco comenta que “hace unos meses, comenzamos a desarrollar la segunda etapa que se trata del estudio, diseño y síntesis de los materiales que se utilizarán en los filtros de absorción, como también el proceso de lograr un primer prototipo, para luego hacer una devolución a los entes involucrados que son el nexo con los pobladores y transferirles el resto de los resultados obtenidos”.
A partir de la información generada durante los análisis, se elaboraron los informes de concentraciones y se realizaron los análisis de composición que brindan información sobre los procesos que ocurren en los acuíferos y se realizaron mapas de distribución de las numerosas sustancias determinadas.
Por último, De Micco destaca que ya se ha logrado sintetizar un material a base de tierra de diatomeas que resulta muy prometedor debido a la alta capacidad de retener el arsénico disuelto en el agua. Todos estos estudios y la información producida durante el proceso fueron posibles gracias al equipamiento disponible en los laboratorios del Centro Atómico Bariloche y del Centro Tecnológico Pilcaniyeu, y la colaboración de la UNCo y el INTA.
Cómo nace el proyecto
En la zona seleccionada para esta iniciativa había escasos registros de calidad de agua, en particular de la concentración de arsénico y fluoruros, responsables de hidroarsenicismo crónico endémico (HACRE) y fluorosis, respectivamente. Los responsables del proyecto, pertenecientes a la Gerencia del Complejo Tecnológico Pilcaniyeu (CTP), venían trabajando en el análisis de agua del Río Pichileufu desde el año 2007 e identificaron la oportunidad de trabajar en conjunto con las instituciones con presencia en el territorio y con la población.
Al contar con el equipamiento de la planta de enriquecimiento de uranio del CTP, y con las capacidades ya adquiridas para analizar composición de agua, especies mayoritarias y hasta niveles de trazas (contenidos muy pequeños) de aniones, como fluoruro, cloruros, nitratos, uranio y decenas de metales, entre otros elementos, se trabajó en conjunto para diseñar los monitoreos, obtener las muestras, diseñar y llevar adelante el proyecto.
Esta iniciativa apunta también a identificar las especies presentes en el agua que puedan tener efectos negativos en la salud, medir su concentración (contenido) en el agua y verificar si se encuentran en valores aceptables o superiores a los límites establecidos para el agua de consumo humano.