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CINE + Poesía en la Casa Nacional del Bicentenario: "Mis tentaciones", de Macarena Cordiviola

El viernes 22 de abril a las 20 h, Silvia Hopenhayn y Reynaldo Sietecase presentan el poemario Mis tentaciones, de Macarena Cordiviola, publicado por Halley Ediciones. Se proyectará también un video-performance de la cineasta Melisa Aller y la autora del libro.

Macarena Gagliardi Cordiviola (Buenos Aires, 1976) es artista audiovisual, productora, periodista y traductora. Estudió pintura con German Gárgano, cine con Pedro Loeb, traducción de inglés en el Profesorado San Agustín. Durante una década fue asistente de la escritora Liliana Heer. En 2002 comenzó su carrera como productora con la BBC en la oficina de Buenos Aires.

Desde los años 90 Macarena se relaciona con el arte y la cultura. Realizó diez cortometrajes proyectados en programas experimentales de Argentina, Uruguay, Estados Unidos, España, Francia, Canadá, entre otros países; varias muestras fotográficas conjuntas e individuales como Adiós sin despedida en la Biblioteca Nacional para el 30 aniversario de la guerra de Malvinas; y varias film performances con el Club del S8. En 2013 fue invitada al 28º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, sección Panorama Super 8. Macarena es miembro de la Asociación de Realizadores Experimentales Audiovisuales.

En conversación con la artista hablamos sobre su libro y presentación en la Casa Nacional del Bicentenario.

-¿Cómo definirías a este poemario y por qué lo titulaste Mis tentaciones?

-El título surgió de un verso que ya no es parte del libro. Decía: "heredarás mis tentaciones". Creo que es sugerente, por un lado. Por el otro, me interesaba trabajar con una idea no solo pecaminosa del tentar, sino también de lo que es palpable. Eso que se puede o no tocar, que se escapa, que reconocemos solo por el tacto porque es invisible. En la escritura hay algo de eso, creo. Si tuviera que definirlo, usaría una frase de dos amigos después de leerlo: es como ver un film experimental.

-¿Por qué el formato de haiku?

-Mi relación con lo audiovisual está marcada por los cortos, videominutos. Tengo preferencia por lo breve. La relación con el haiku no es desde lo formal, desde la métrica, sino con lo que me disparó esa palabra, su significado y los significantes que me trajo. “Hai” quiere decir escritura paralela y “kju”, línea. Octavio Paz, como cita Sietecase en el prólogo, lo define como una pequeña cápsula de poesía capaz de hacer saltar la realidad aparente. Reynaldo agrega en el prólogo: “Los haikus punk de Macarena Gagliardi Cordiviola tributan a esa tradición que busca sintetizar fugacidad y belleza, pero cargan material explosivo en sus entrañas”.

-¿Qué te llevó a escribir poesía?

-Nuevamente, el cine. Es decir, el tipo de cine que me interesa está ligado a la metáfora, a las sutilezas, a otras formas de contar. Hablo de los guiones de Artaud, o las películas de Man Ray, Maya Deren; más cerca en el tiempo, los films de Warhol o Agnés Varda, para dar una referencia. En la escena local muchísimos artistas maravillosos. Largo de enumerar, pero eternamente agradecida a la gran producción local y regional. Además, siempre escribí, desde que tengo memoria. De hecho, casi toda mi obra audiovisual y fotográfica está acompañada por textos o poemas. Los cortos tienen títulos que juegan con los significantes, las metáforas, lo sugerente y poliamorfo: Acecinar, Cinescape, Realidad. Sin embargo, hubo un click, un momento en el que escribir se me hizo más imperativo. Un puntapié importante fue el taller que realizo con la poeta María Mascheroni desde el 2019. Y la pandemia con el exceso de imágenes, la sobre comunicación vacía. Escribir fue un refugio.

-¿Cuáles fueron tus influencias al momento de escribir?

-Montones, me cuesta responder. Por un lado, hay resonancias de las lecturas y trabajos realizados en el taller que comentaba, por otro lado mi amistad con la escritora Liliana Heer hizo que desde muy joven leyera mucha poesía local contemporánea: de Perlongher a Emeterio Cerro, de Alejandra Pizarnik a Ana Arzoumanian y Anahí Mallol, el Yacaré Cumbiao, las reuniones y actividades de la SEA (Sociedad de Escritoras y Escritores de Argentina) en sus comienzos. Todas esas experiencias, esos momentos de instrucción (porque me estaba dejando educar), de delirios en la trasnoche under de finales de los noventas y comienzos del 2000 me habitan. De todas maneras, en este libro puntualmente, hay mucho cine y mucha música así como escenas de la vida cotidiana, no desde la acción sino desde el sentir, desde el atravesamiento de estados, experiencias. Algunas referencias artísticas y culturales son muy visibles en el poemario. Pero no cuento más así les tiento a leer.

-¿Cómo fue el proceso de corrección y trabajo con los editores?

-Hermoso. Mariana Kruk, poeta fundadora de Halley Ediciones, es un ser delicioso. Nuestro lema fue “tiempo y disfrute”. Amo corregir, más que escribir los borradores. Me encanta ver como se transforma y crece el texto. Soy de las personas que creen que en la corrección hay potencia y ganancia. En tiempos fue tan largo como escribir los poemas que dieron origen al libro. El 2020 le di forma al libro y el 2021 fue todo de corrección, de hachar. Y andar pavoneando con lo divina que es mi editora.

-¿Nos podrías adelantar algún detalle de lo que será la presentación del libro?

-Será muy especial porque estoy rodeada de gente que quiero, en un espacio que es como mi casa y que está en el cruce de la imagen y la poesía en el que se encuentra este libro. Habrá por supuesto trabajos audiovisuales, una pieza esencialmente conectada con el poemario realizada por mi amiga y colega cineasta Melisa Aller; y otra que acompañará las impresiones de Silvia Hopenhayn y Reynaldo Sietecase sobre mis versos.

Les esperamos en banda el viernes 22 de abril a las 20 h para celebrar “mis tentaciones” en la sala del Kino Palais - Piso 3 de la Casa del Bicentenario (Riobamba 985).

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