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Censo Neotropical de Aves Acuáticas en los Parques Nacionales del NEA

Los datos preliminares sugieren que las áreas de la región están siendo gestionadas de manera eficiente y cumplen con sus objetivos de conservación.


Durante el mes de febrero guardaparques, brigadistas y técnicos de la Administración de Parques Nacionales llevaron adelante un nuevo censo de aves acuáticas en las áreas protegidas nacionales de la región Noreste.

Los censos se realizaron en lagunas, esteros, arroyos y ríos empleando embarcaciones, así como a través de recorridas a pie. Como resultado, se registraron más de mil aves de treinta especies diferentes de patos, chorlos, becasinas, garzas, cigüeñas, cuervillos, cormoranes y gaviotines.

Censo Neotropical de Aves Acuáticas en los Parques Nacionales del NEA

Censo Neotropical de Aves Acuáticas en los Parques Nacionales del NEA


Las áreas protegidas del NEA en que se llevan adelante estas actividades son los Parques Nacionales Iberá y Mburucuyá en Corrientes; Chaco y El Impenetrable junto a la Reserva Natural Educativa Colonia Benítez en Chaco; la Reserva Natural Formosa y el Parque Nacional Río Pilcomayo en tierras formoseñas y el Parque Nacional Iguazú y la Reserva Natural Estricta San Antonio en Misiones.

Estas acciones permiten mantener un seguimiento de especies de valor especial, como es el caso del pato real (Cairina moschata), que fue registrado en los Parques Nacionales Pilcomayo, Iberá e Iguazú. La observación de esta ave, amenazada principalmente por una fuerte presión de caza, resulta un indicador de la contribución de los Parques Nacionales a la protección de la especie.

Ipequí en el Parque Nacional Iguazú. Imagen: Emilio White

Ipequí en el Parque Nacional Iguazú. Imagen: Emilio White


También se registró al jabirú (Jabiru mycteria), una de las aves más grandes del continente. Esta cigüeña, que mide hasta 1,40 metros de altura y cuya envergadura alar puede alcanzar los dos metros y medio, es una especie muy emblemática de los esteros y bañados del Noreste argentino.

En base a un análisis preliminar, de carácter general, se observó un número regular de aves entre años. Estos datos sugieren que las áreas de la región están siendo gestionadas de manera eficiente y cumplen con sus objetivos de conservación. Por el contrario, cualquier cambio en la composición de especies o sus abundancias indicarían que algún factor estaría influyendo en las poblaciones, lo que debería ser identificado y abordado según correspondiera.

Jabirú (Jabiru mycteria) en el Parque Nacional Iberá. Imagen: Jeremías Mancini

Jabirú (Jabiru mycteria) en el Parque Nacional Iberá. Imagen: Jeremías Mancini


Censo Neotropical de Aves Acuáticas (CNAA)

Iniciado en 1990 en el cono sur de Sudamérica como una extensión del Censo Internacional de Aves Acuáticas coordinado por Wetlands International, surgió en respuesta a los alarmantes informes sobre degradación de ecosistemas de humedales y declinación de poblaciones de aves acuáticas.

El CNAA consiste en el conteo de aves acuáticas registrando la riqueza de especies y su abundancia. Los censos se realizan dos veces al año, uno en el mes de febrero (período estival) y otro en julio (período invernal), desarrollándose en simultáneo en toda la región Neotropical durante dos semanas preestablecidas. Esto permite abarcar el registro de especies residentes y migratorias, y tanto en estado reproductivo como en reposo.

Pato real (Cairina moschata) en el Parque Nacional Iguazú. Imagen: Emilio White.

Pato real (Cairina moschata) en el Parque Nacional Iguazú. Imagen: Emilio White.


Estos conteos tienen como objetivo principal brindar información de base sobre la abundancia y distribución de estas aves y el estado de los humedales del Neotrópico. De esta manera, apuntan a contribuir al conocimiento de estas especies y ambientes; definir prioridades de investigación y conservación; y brindar el marco necesario para el monitoreo de sitios de importancia regional e internacional.

En este sentido, la Administración de Parques Nacionales colaboró activamente con los censos y el programa de Ambientes Acuáticos Neotropicales durante las casi tres décadas desde su surgimiento, siendo de los pocas instituciones en mantener el monitoreo a largo plazo gracias a su constancia en la gestión de las áreas protegidas.

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