Buenos Aires– Durante mayo no solamente comienzan a cambiar los hábitos de consumo alimenticios por el frío otoñal. A su vez, la Semana de Mayo es una muy buena excusa para consumir comidas calóricas que combatan el frío y nos permitan rememorar el sentimiento de unidad patriótico a través de la alimentación.

Una receta tradicional del pueblo argentino para estas festividades es el locro: no solamente porque reúne un montón de ingredientes típicos de nuestra tierra, sino porque, a su vez, junta amigos y familiares dispuestos a compartir este ritual folclórico. Este guiso de origen prehispánico contiene maíz, chorizo colorado, porotos y papa, entre otros ingredientes. Aunque tenga estos alimentos tradicionales puede variar su preparación según el gusto de cada consumidor.

Para prepararlo, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) recomienda tener en cuenta ciertas variables para un consumo responsable. Fundamentalmente, en la góndola al momento de comprar es necesario revisar el etiquetado de cada alimento en donde indica su origen, trazabilidad y fecha de vencimiento, entre otros datos. Si van a consumir embutidos como chorizo colorado o panceta, traten de comprar en carnicerías limpias, frescas y, si está envasado, revisen que el rótulo contenga el número del Senasa para evitar la triquinosis.

También, es clave tener en cuenta que en esta cocción se utilizan vegetales y carnes. Por ello, es necesario tener a mano dos tablas preparadas para cortar discriminadamente los vegetales en la de plástico y las carnes en la de madera; además, utilizar un cuchillo distinto para utilizar en cada tabla especificada. Claro está, siempre lavándose las manos luego de manipular los cortes de carnes.

Esto es a fin de evitar no solamente la contaminación cruzada sino también las enfermedades transmitidas por alimentos (ETA). Estas atenciones a la hora de cocinar permiten resguardar la salud de la familia y/o amigos que degusten la preparación.

Este plato, que se cocina a fuego lento y aporta gran cantidad de nutrientes al organismo, mantiene su elaboración a lo largo del tiempo entre los consumidores argentinos por su gran valor cultural.