Carlos Gardel, a 90 años de su muerte
Cada 24 de junio se conmemora en nuestro país el "Día del Cantor Nacional", instituido por la Ley 23.976 de 1991, en homenaje a "El Zorzal Criollo", el máximo exponente en la historia del tango, fallecido un día como hoy en 1935.
El 24 de junio de 1935, a los 44 años, murió en Medellín, Colombia, uno de los máximos referentes de nuestra música ciudadana: Carlos Gardel. Cantante, compositor y actor de cine, fue conocido por el público como "Carlitos", "El zorzal criollo", "El Morocho del Abasto", "El Mago", "El Rey del Tango", "El Mudo" o "El Troesma".
Con una voz particular, más de 900 grabaciones de tango y otros estilos musicales como folklore, milongas y rancheras, sus composiciones le dieron reconocimiento mundial e incluso hoy, a 90 años de su fallecimiento, está latente la frase que mayor lo describe: "Cada día canta mejor”.
“Volver”, “Por una cabeza”, “Caminito”, “Cuesta abajo”, “El día que me quieras” y “Mi Buenos Aires querido” son ejemplos de su éxito. Se han hecho innumerables versiones de algunos de sus temas por los más reconocidos intérpretes de diversos géneros.
¿Francés, uruguayo o argentino?
No hay unanimidad sobre el lugar de nacimiento de Carlos Gardel. La versión uruguaya sostiene que nació en Tacuarembó (Uruguay), mientras que la francesa, y la más reconocida, asegura que nació en Toulouse, Francia. Lo certero es que vivió su infancia en Buenos Aires y en 1923 se nacionalizó argentino. Su verdadero apellido era Gardes y él lo convirtió en Gardel. Se radicó, junto a su madre, en la vieja casa de la calle Uruguay, entre Cangallo (hoy Presidente Perón) y Cuyo (Sarmiento) de ancho patio y portón de hierro.
Sus primeros pasos
Carlitos rondaba los escenarios, salió a escena entre los invitados y transeúntes, subió y bajó decorados, anduvo en la utilería, sacando y entrando muebles a escena, mientras acompañaba con su voz lo que tocaba la orquesta. En el café “O’Rondemán”, en Agüero y Humahuaca, frente al Mercado del Abasto, se reunía con sus amigos y empezó a cantar ante el público.
En el año 1911 se encontró con el uruguayo José Razzano, en la casa de un amigo ubicada en la calle Guardia Vieja. La figura de Gardel comenzaría a ser familiar para toda la gente de los alrededores del Abasto, junto con sus canciones. Su canto era la serenata del barrio entero. Años después esa parte de la calle, entre Jean Jaurés y Anchorena, sería renombrada como pasaje Carlos Gardel.
Los discos
La primera grabación fue como integrante del dúo Gardel-Razzano y se realizó el 9 de abril de 1917 en un caserón al lado del hotel Savoy, en la calle Cangallo (hoy Presidente Perón), cerca de la esquina de Callao. Ese primer disco fonográfico llevó en cada una de sus caras una canción criolla: “Cantar eterno”, de Angel Villoldo y “Entre colores”.
La aparición de los discos de Gardel- Razzano marcó el inicio de la demanda creciente de estas reproducciones y la posterior contratación de otros intérpretes de la música y la canción populares así como el florecimiento de esta industria.
El dúo Gardel- Razzano hizo la primera transmisión desde Radio Splendid, en la época inicial de la radiotelefonía. Esto contribuyó a promover la afición del público por la radio. Su última intervención radial, en vivo, fue en 1933, desde Radio Belgrano, antes de la que habría sido su definitiva partida de Buenos Aires.
Posteriormente se lo pudo escuchar desde Nueva York, efectuada por intermedio de Radio Splendid, con la originalidad del acompañamiento de los guitarristas desde Buenos Aires y por Radio Belgrano a través de la revista Canción Moderna (ex Radiolandia).
Un accidente fatal
El 28 de marzo de 1935 inició, desde Nueva York, una gira latinoamericana que lo llevó a Puerto Rico, Venezuela, Aruba, Curazao, Colombia, Panamá, Cuba y México. Lo acompañaron, entre otros, Alfredo Le Pera (autor de la letra de muchas de sus tangos), sus guitarristas Guillermo Barbieri, José María Aguilar y Ángel Domingo Riverol.
En Colombia lo llamaban “El Rey del Tango”. Premonitoriamente un folleto publicado en Bogotá llevaba el título “Últimos días de Carlos Gardel", escrito por el empresario teatral colombiano Nicolás Diaz, quien propició su actuación en la ciudad capital.
A las 11 de la mañana del lunes 24 de junio de 1935, Gardel y sus compañeros de gira se reunieron en las habitaciones del Hotel Granada, dispuestos a partir hacia Cali en un avión expreso. Gardel estaba más alegre, activo y movedizo que ninguno porque esperaba ansioso el fin de esa gira para regresar luego a Argentina, donde quería formar una productora propia. Una multitud se agolpó en las puertas del hotel y los fotógrafos tomaron las que serían sus últimas fotos.
Un choque de dos aviones, en el aeropuerto de Medellín, truncó la última presentación de la gira y el esperado regreso de Carlos Gardel a Argentina. El avión en que viajaba Gardel, un trimotor Ford de la empresa SACO, se desvió en pleno carreteo de despegue y embistió a otro avión similar de la empresa de origen alemán SCADTA, que esperaba su turno para despegar, incendiándose ambos. Según la investigación judicial, las causas del accidente se debieron a las características de la pista y a un fuerte viento proveniente del sudeste.
A 90 años de su muerte, Carlos Gardel mantiene intacta su perdurable popularidad y relevancia en la cultura, especialmente en el ámbito del tango. Su música, su voz, y su figura siguen siendo recordadas y disfrutadas por distintas generaciones, que conservan vivo su eterno legado.