Carlos Delfino y el legado de la Generación Dorada afuera de la cancha
A sus 38 años, el basquetbolista que brilló en la Selección y la NBA, y hoy juega en Italia, se mostró feliz y agradecido por ser parte de las entrevistas de los Juegos Nacionales Evita.
La Generación Dorada dejó un legado que trasciende los límites de la cancha y la pelota de básquetbol. Y Carlos Delfino, protagonista de aquella legión, habló con entusiasmo en el canal de youtube Deportes Argentina sobre la importancia de la educación en el deporte y lo fundamental que es saber inglés para todo aquel que sueñe con jugar en la elite.
“Es un gusto participar de los Juegos Nacionales Evita, al menos de esta manera en este ciclo de charlas, ya que nunca tuve la oportunidad de jugarlos”, abrió juego el campeón olímpico en Atenas 2004 y medallista de bronce en los Juegos de Beijing 2008, quien actualmente juega en el Victoria Libertas Pesaro, de la Serie A de Italia. Y de inmediato dejó un claro mensaje…
“Estudiar inglés es fundamental, porque es la lengua madre de nuestro deporte. Con mi entrenador Croata por ejemplo hablamos en inglés. Ese es el idioma universal y en el básquetbol como en cualquier deporte de equipo lo más importante es la comunicación. Es bueno entender que fuera de la cancha siempre hay que desarrollarse, yo me di cuenta pasados los 20 años cuando tuve la suerte de crecer al lado de jugadores que también marcaron ese camino afuera de la cancha”, reflexionó el santafesino de 38 años, quien jugó en la NBA desde 2004 a 2013 y con la camiseta argentina logró además la medalla dorada en el FIBA Diamond Ball en Nankin 2008 y la de bronce en Belgrado 2004.
Delfino, quien también representó a la Argentina en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 (cuarto puesto) y Río 2016 (cuartos de final), prosiguió con humildad: “Yo no terminé mis estudios y reconozco que eso no fue un obstáculo para desarrollarme como deportista; pero hoy que soy padre repito la frase de Lebron James: ‘Más que un atleta’, porque me doy cuenta que debo recuperar el tiempo perdido. Por eso ya me puse a estudiar e intentaré recibirme para poder ser como mis compañeros de la Generación Dorada, que son todos destacados en sus nuevos emprendimientos fuera de la cancha”.
Y explicó a pura sencillez: “Para crecer en cualquier ámbito lo primero es hacer algo que te guste mucho y divertirte. Y en los malos momentos yo recomiendo buscar un nuevo hábito, eso ayuda. Mi mejor acierto es estar enamorado del básquetbol y por eso sigo jugando, aunque sé que los mejores años de mi vida fueron en la NBA, donde mostré mi mejor versión y me sentí como un nene en un parque de diversiones. Pero amo jugar y me sigo divirtiendo”.