El presidente Mauricio Macri recorrió las obras de transformación a autopista de un tramo de la RN 11, en Formosa, que permitirán disminuir la cantidad de accidentes viales y estimular el crecimiento de las economías regionales del norte del país y del turismo.

La ruta nacional 11, definida por los formoseños como “la ruta de la muerte” por su alto índice de siniestralidad, tiene una longitud de 170 kilómetros entre las ciudades de Resistencia y Formosa y por ella transitan en promedio más de 4.100 vehículos a diario.

“Como prometí el 1° de marzo en el Congreso, cuidar a los argentinos también es cuidar que no sigamos teniendo tantas tragedias todos los años en las rutas”, subrayó el Jefe de Estado en declaraciones formuladas al periodismo al finalizar la recorrida. Con ese objetivo como guía, el gobierno lleva adelante un plan para reparar 13 mil kilómetros de rutas, de los cuales ya se recuperaron 5 mil y construir 1700 kilómetros de autopistas.

La transformación en autopista de esta vía forma parte del Plan Belgrano y está a cargo del Ministerio de Transporte de la Nación, a través de la dirección de Vialidad Nacional, con una inversión de casi 2000 millones de pesos.

La obra consta de tres etapas: el primer tramo entre Cruz del Norte y Virgen del Carmen que se encuentra casi concluido. El segundo, entre el kilómetro 1160 y Cruz del Norte, presenta un avance del 66 por ciento, mientras que el tercero, entre los kilómetros 1140 y 1160, tiene un desarrollo del 87 por ciento.

La ejecución de los trabajos ha generado más de 215 empleos y presenta un avance del 75 por ciento, con fecha estimada de finalización para septiembre de este año.

También contempla la construcción de cuatro nuevos puentes sobre los arroyos Salado, Cortapick, El Pucú y San Hilario. Y en 2019, se llamará a licitación para la construcción de una segunda sección de la Circunvalación a Formosa, entre Virgen del Carmen y el empalme con la ruta nacional 81, que tendrá una longitud de 13 kilómetros y una inversión adicional de casi 600 millones de pesos.

El presidente hizo el trayecto de la AU sobre el riacho San Hilario acompañado por el gobernador Gildo Insfrán, el ministro de Transporte de la Nación Guillermo Dietrich, el secretario general de la Presidencia Fernando de Andreis, el administrador de Vialidad Nacional Javier Iguacel, y el senador Luis Naidenoff.

También visitó la planta depuradora de líquidos cloacales, que beneficiará a 230 mil vecinos de la capital formoseña, tratando los efluentes proveniente de la red de desagües cloacales para volcarlos luego en el Riacho de Oro sin que afecte sus condición natural.

Lo acompañaron el gobernador y el viceministro de Interior Obras Públicas y Vivienda, Sebastián García de Luca.

El proceso de depuración, que se realizará mediante el sistema denominado de aireación extendida, evitará que los habitantes de la zona estén expuestos a enfermedades propias que pueden originar los desechos y librará a la zona de los olores característicos.

La obra tiene un avance de ejecución del 90 por ciento y la inversión supera los 485 millones de pesos que se financia en su totalidad por un préstamo que otorgó la Corporación Andina de Fomento (CAF) en el marco del apoyo que presta al desarrollo de la infraestructura.

El sistema de desagües cloacales de la capital provincial tiene una antigüedad promedio de 50 años y actualmente es utilizado por más de 100 mil habitantes cuando fue diseñado en aquel momento para cubrir las necesidades solamente de 60 mil.

Descarga todos los efluentes al Río Paraguay sin tratamiento alguno de saneamiento, lo cual constituye un grave perjuicio para el medio ambiente y la salud de los vecinos. Además, es común que las aguas pluviales sean descargadas en la cloaca y viceversa, lo que resulta en una complicación aún mayor para el manejo de los efluentes. Esa insuficiencia en la capacidad de transporte provoca el desborde de los líquidos cloacales en el interior de las viviendas y en la vía pública.

El Jefe de Estado remarcó que esa obra, “que se esperó por 50 años, le va a cambiar la historia a 230 mil personas” y señaló que cumple con una deuda social porque "la mala política ha postergado a Formosa con muchas obras justificándose: ‘para qué hacerlas si uno no se puede lucir’. Por suerte, hemos entendido los argentinos que estas obras tienen que ver con los derechos humanos del siglo XXI, con el cuidado de la gente, porque sin plantas de tratamiento, sin redes cloacales como corresponden nuestros chicos están expuestos a más enfermedades y más infecciones”.