Atahualpa Yupanqui, el padre del folclore argentino, homenajeado en el MICA 2022
A 30 años de su fallecimiento, celebramos y homenajeamos la vida y obra del cantautor, guitarrista, poeta y escritor argentino, quien supo renovar la música nacional con un estilo personal sobre las costumbres y la cotidianidad de esta parte de la región. También compartimos el concierto completo en su homenaje que realizaron Jairo y Juan Falú en el Centro Cultural Kirchner, en el cierre de la edición 2022 del Mercado de Industrias Culturales Argentinas.
Atahualpa Yupanqui nació el 31 de enero de 1908 en la localidad de Campo Cruz, Pergamino, Provincia de Buenos Aires. Su verdadero nombre era Héctor Roberto Chavero Aramburu. Hijo de ferroviarios y de antepasados indios, criollos y vascos, fue militante del Partido Comunista Argentino, jugó al fútbol, practicó boxeo y se acercó a la esgrima. Sin embargo, la música fue su vida y sus composiciones llegaron a conmover a otras figuras notables de la música. Incluso internacionales, como la francesa Edith Piaf.
Impuso un estilo que no era habitual, el relato del día a día, la nobleza de las cosas hecha canción y supo conmover a generaciones enteras con la sencillez de la palabra y el mensaje profundo. Para muchos "el padre del folclore argentino", fue un gran artista que expresó en sus letras la cotidianidad argentina, costumbres, adversidades y más.
Foto gentileza: Minutoar.
Entre su vasto repertorio, se destacan las canciones "Los ejes de mi carreta", "Piedra y camino", "Luna tucumana”, "Chacarera de las piedras", "El Arriero" y "Trabajo quiero trabajo". Allí también estaba la pluma sutil de Nenette, su segunda esposa y compañera hasta sus últimos días, y la mujer que lo ayudó a escribir muchos de sus clásicos bajo el seudónimo de Pablo del Cerro. Entre sus libros fue autor de títulos como Piedra sola (1941); Cerro Bayo (1946); Aires indios (1947); El canto del viento (1965); El payador perseguido (1965); La palabra sagrada (1989), entre otros. Allí expresó sus impresiones y experiencias de muchos de sus viajes.
Del algarrobo al cerezo (1977), por ejemplo, "es la memoria viva de uno de los primeros viajes que Atahualpa Yupanqui realiza al Japón, en 1964. En este libro, Yupanqui va más allá de las observaciones simples de un viajero y se aleja del acento de ´llevador de coplas por los caminos del mundo', según anota Don Ata para su amigo lector", comentan desde la Fundación Atahualpa Yupanqui. Y agregan: "Similitudes y diferencias entre la tierra del cerezo y nuestra patria de algarrobos, manifiestan las impresiones que dejaron en Don Ata esa tierra que frecuentó en varias oportunidades. Un relato efectuado con profundo conocimiento y respeto por lo japonés, fundamentalmente, por el sentido ritual que le otorga a la vida".
Foto gentileza: ClyBlog.
Yupanqui & Piaf
Uno de los momentos que marcaron la carrera artística de Yupanqui fue cuando conoció a Edith Piaf, en un club parisino. Ella lo escuchó deslumbrada y le preguntó: "¿Dónde trabajas?". Y el argentino respondió: "En ninguna parte. Ya me voy, ya me voy a mi país". Algo emocionada, la cantante francesa replicó en voz alta una especie de orden y súplica: "No, París tiene que escucharte. Ven mañana a las ocho al Athenée con tu guitarra. Te enviaré el auto al hotel".
Aquella noche del 6 de junio de 1950, Edith abrió el recital y cantó más de veinte canciones, para luego presentarlo al público: "Les presento a Atahualpa Yupanqui, un músico de mucho talento, a quien dejo cerrar el espectáculo. Quiero que lo escuchen como lo merece".
Al poco tiempo, Yupanqui firmó un contrato con Chant du Monde, y la Academia Charles Cros lo distinguió entre 350 artistas de todo el mundo al otorgarle el Primer Premio al Disco Extranjero. En un año dio más de 60 recitales en toda Francia. Luego, recorrieron varias ciudades europeas. Durante esos años, en París, vivió y potenció su carrera. Allí nació "El payador perseguido", su obra más completa.
A lo largo de su vida, Yupanqui recibió diversas distinciones. Entre ellas, el Premio de la Academia Charles Cross (1950); Primer Premio de Karlovy-Vary (Checoslovaquia) por la música de este film (1956); Premio Academia Charles Cross por mejor disco extranjero (1986/1989); Disco de Oro por difundir la música criolla por el mundo (1973); Premio "Tecno 80" en el Festival de San Remo (Italia, 1980), y el Diploma de Honor del Consejo Interamericano de música de la OEA Washington (1983), entre otros.
Yupanqui falleció el 23 de mayo de 1992 en Nîmes, Francia, cuando había viajado a recibir un homenaje. Sus restos descansan en su Casa Museo, ubicada en Cerro Colorado, Córdoba.
Museo en Cerro Colorado
"Agua Escondida" es el nombre de la casa que Atahualpa Yupanqui utilizaba como refugio después de sus viajes por el mundo y está situada en la localidad de Cerro Colorado, a 160 kilómetros de Córdoba. En esta Casa Museo, se puede encontrar desde un cuadro pintado y autografiado por Benito Quinquela Martín, hasta su guitarra personal.
Además, se exhiben fotografías de "don Ata" con artistas reconocidos a nivel nacional e internacional, publicaciones de libros, discos y partituras, entre otros objetos y curiosidades. Dentro de esta antigua residencia, hoy transformada en museo, se exhiben objetos personales del famoso compositor y poeta, con muros tapizados de nostalgia y sentimiento.
Tras la huella de Yupanqui: homenaje en el MICA 2022
Luego de cuatro jornadas con distintas propuestas y actividades para potenciar la producción cultural, y visibilizar y fortalecer las industrias culturales, finalizó anoche la edición 2022 del Mercado de Industrias Culturales Argentinas. Como cierre del MICA 2022, en el Auditorio Nacional del Centro Cultural Kirchner se realizó Tras la huella de Yupanqui: un espectáculo musical para homenajear la vida y obra de Atahualpa Yupanqui, a cargo de los músicos Juan Falú y Jairo.
Ambos músicos recorrieron buena parte del repertorio del artista argentino, para recordarlo y celebrarlo en estos treinta años de su ausencia. Sin embargo, sus coplas siguen sonando y deleitando a todo el público argentino.