Asistiré: capacitación para promotores sobre problemáticas específicas en la adolescencia
El 19 de septiembre se realizó en el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación la sexta capacitación a los 88 promotores del Programa Asistiré que trabajan acompañando situaciones de riesgo de abandono escolar en escuelas de la Provincia de Buenos Aires desde 2018.
Asistiré tiene el objetivo de promover la continuidad de las trayectorias educativas fomentando la permanencia y egreso de los jóvenes y adolescentes de las escuelas secundarias. Esta iniciativa está dirigida a la población estudiantil de escuelas secundarias que, por diversas razones, atraviesa situaciones de inasistencias reiteradas o trayectorias irregulares.
Muchas de las temáticas desarrolladas en las capacitaciones mensuales surgen a raíz de la demanda de los propios promotores que se encuentran con las problemáticas específicas de cada lugar y están en contacto directo con los y las estudiantes que se encuentran en riesgo de interrumpir sus trayectorias.
Entre las principales situaciones asociadas a la discontinuidad de las trayectorias se encuentran las problemáticas vinculadas al desajuste con la propuesta educativa, problemáticas relacionadas con la salud socio-psicofísica, problemáticas de necesidades básicas insatisfechas, dificultades en la accesibilidad y maternidad, paternidad y embarazo adolescente, entre otras.
Las jornadas de formación tienen como fin brindar herramientas que van desde la elaboración de estrategias de abordaje hasta el planteamiento del marco normativo. Además, las Responsables de Seguimiento Territorial comparten bibliografía pertinente con los promotores y garantizan que durante la capacitación haya por lo menos un espacio de debate y reflexión. En ese sentido, es importante destacar que el pedido de realizar una capacitación sobre “lineamientos para el abordaje del suicidio en la adolescencia” surgió como una demanda puntual de las escuelas y de las duplas de promotores que trabajan con ellas.
Bibliografía, marco normativo y principales recursos
En la Argentina el tema del suicidio adolescente muestra una tendencia al crecimiento verificada en las tasas que surgen de los últimos datos estadísticos disponibles (UNICEF 2019). De acuerdo a lo expuesto en un estudio del Ministerio de Salud de la Nación, hoy el suicidio es una de las primeras causas de muerte entre los argentinos que tiene entre 14 y 24 años de edad.
Desde una perspectiva de prevención, el suicidio representa un fenómeno que no puede explicarse por causas de índole individual, sino que tendría que ver con la forma de cohesión de cada sociedad.
En ese marco, UNICEF indica que las escuelas y los ámbitos comunitarios cumplen un rol fundamental en la detección temprana, en la atención y en la prevención. Por otra parte, el mismo informe explica que se observan mayores tasas de suicidio entre las y los adolescentes con menores niveles de educación, por lo que destaca la necesidad de redoblar los esfuerzos para incrementar la retención escolar, especialmente en la escuela secundaria.
Entre otras normativas pertinentes, las más importantes son la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657, sancionada en 2010 y reglamentada en 2013 y la Ley N° 27.130 (Ley Nacional de Prevención del Suicidio) sancionada en 2015, que declara que, ante cualquier intento de suicidio, es necesaria la comunicación (no denuncia) a la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia o la autoridad administrativa de protección de derechos del niño que corresponda en el ámbito local.
A partir del trabajo que se hizo en la capacitación con esta normativa, Matías, promotor en el distrito de Tres de Febrero, destacó que “el suicidio desborda el plano de lo individual” y que “es preciso trabajar en el plano comunicacional con dispositivos que involucren la palabra y la escucha activa”.
Según la Organización Mundial de la Salud es fundamental el trabajo articulado entre la escuela, la familia, los docentes y el sistema de salud, en estrecha colaboración con las organizaciones comunitarias. En ese sentido, Valeria, promotora en el distrito escolar de La Matanza expresó: “es importante destacar que el suicidio no es moda, porque si bien es un acto individual, también es una cuestión social. Por eso es imprescindible repensarnos como profesionales. ¿Cómo escuchamos a los y las jóvenes? ¿Qué lugar damos a su palabra? La intervención debe ser interdisciplinaria, armando redes, incluyendo siempre la expresión de las emociones, trabajando desde la grupalidad y desde la perspectiva de derechos”.
Por su parte, Belén, que trabaja como promotora en el distrito de Vicente López, compartió en voz alta el relato de una maestra de Chubut porque “grafica con claridad y sensibilidad lo que laburamos en el Programa”: La gente aprende siempre y aprende a los ritmos que los atravesamientos vitales les permiten. Las chicas y los chicos vienen viviendo, nada más, y en el vivir, aprenden. Y se detienen a aprender que les queremos enseñar los sistemas de lectura y escritura, o las tablas. Y los aprenden, siempre y cuando hablemos su idioma, llenemos sus panzas, abracemos sus almas. Así aprenden.”
Durante la jornada se destacó que las acciones preventivas apropiadas deben darse de manera integral, es decir, interviniendo en los aspectos individuales, sociales y estructurales que inciden en la vulnerabilidad ante el suicidio.