El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, a cargo de Juan Cabandié, fortaleció el sistema de gestión de los residuos patogénicos en el marco de la pandemia por COVID-19, permitiendo que pudiera funcionar de forma ordenada y sin colapsos, incluso durante el pico de contagios. Las iniciativas fueron desplegadas a través de la Secretaría de Control y Monitoreo Ambiental, cuyo titular es Sergio Federovisky.

En Argentina se adoptaron medidas preventivas eficaces que retrasaron el impacto masivo de la pandemia, al tiempo que se adaptó la infraestructura de salud, que había sido olvidada en los últimos cuatro años. Por medio del Decreto n.° 297/20, que estableció el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO), se fijó como actividad esencial la recolección, el transporte y el tratamiento de residuos sólidos urbanos, peligrosos y patogénicos.

La cartera ambiental nacional realizó aportes significativos al abordaje integral de la pandemia por COVID-19, brindando apoyo y colaboración por medio de acciones como la entrega de insumos; la disposición de soluciones administrativas para los registrados —como generadores, transportistas y operadores de residuos patogénicos—; y la elaboración de protocolos en la materia para diversos sectores de la economía del país; entre otras.

Entre aquellos actos administrativos que el ministro Juan Cabandié rubricó durante los primeros días de la vigencia del ASPO sobre la temática en cuestión, cabe destacar la Resolución n.° 99/20, que requirió a las provincias la provisión de información periódica y actualizada respecto de sus capacidades de tratamiento de residuos patogénicos para poder diseñar abordajes alternativos, en los casos de aquellos distritos que lo necesitaran.

Por otro lado, la Resolución n.° 120/20 tuvo por objeto generar un sistema de gestión de tales desechos para las instalaciones transitorias de atención de salud en las que se aislaron a los casos sospechosos de haber contraído la enfermedad o a quienes debían realizar el período de aislamiento por haber llegado desde el exterior. Ello permitió que los residuos patogénicos generados en dichas instancias puedan ser tratados de la misma forma que en aquellos establecimientos consolidados, que habitualmente los remiten a instituciones habilitadas.

Asimismo, mediante la Resolución n.° 144/20 se estableció un mecanismo de cobertura de emergencia frente a la situación de que los tratadores de residuos patogénicos vieran colmadas sus capacidades. Dicha medida de carácter preventivo no tuvo que ser utilizada, habida cuenta que el sistema de gestión respondió de manera eficiente.

Por último, vale resaltar que, desde el inicio del ASPO, una significativa cantidad de prestadores obtuvieron la autorización para incorporarse al sistema de gestión, aportando una capacidad de tratamiento adicional aproximada de 25 %.