Aniversario del Paso a la Inmortalidad la tripulación del C-130 Hercules TC-63
A 39 años del derribo de la aeronave insignia de la I Brigada Aérea, también se recordó al primer mártir de la Compañía de Seguridad y Defensa que ofreció su vida en combate durante la Gesta de Malvinas
El martes 1° de junio, en horas de la mañana, en las instalaciones de la I Brigada Aérea ubicada en la ciudad de El Palomar, se llevó a cabo una ceremonia conmemorativa para recordar el derribo de la aeronave C-130 Hercules matrícula TC-63, durante la Gesta de Malvinas.
En la ocasión, también se recordó la participación de la Compañía de Seguridad y Defensa que tuvo su primer mártir en combate: el soldado clase 63 Guillermo Ubaldo García quien ofreció su vida el 1° de mayo, día en el que la Fuerza Aérea Argentina tuvo su Bautismo de Fuego en el Conflicto del Atlántico Sur.
El acto estuvo presidido por el jefe de la I Brigada Aérea, comodoro Ángel Rojas, quien estuvo acompañado por los jefes de Grupo de la Unidad y por personal del Escuadrón Hercules.
Luego de que el jefe de Agrupación, vicecomodoro Gustavo Otero, presentó los efectivos formados al jefe de Unidad, se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino.
Seguidamente el capellán mayor de nuestra Institución, presbítero César Tauro, realizó una invocación religiosa y se leyó el mensaje del jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina.
Además, el jefe del Escuadrón I C-130, vicecomodoro Sebastián Coria, pronunció palabras alusivas: "La I Brigada Aérea hace hoy, 1° de junio de 2021, un alto en sus actividades para rendir homenaje a sus caídos en el Conflicto por nuestras Islas Malvinas. Los hechos producidos ese día de 1982, marcarían para siempre la historia del Escuadrón 1 C-130. Hacia finales del mes de mayo de ese año se materializaba el avance de las fuerzas británicas hacia Puerto Argentino, pese a la inquebrantable voluntad de lucha de las tropas nacionales empeñadas en el terreno. La Fuerza Aérea Argentina debió balancear su esfuerzo operacional priorizando, cuando las condiciones climáticas lo permitían, los ataques sobre las fuerzas terrestres británicas y, en segundo término, la ofensiva sobre objetivos navales".
"Por esos días, la localización de los buques de desembarco y apoyo logístico resultaba primordial para afectar el sostenimiento de las fuerzas enemigas. Es por ello que se le encomendó nuevamente al Escuadrón 1 la riesgosa tarea de Exploración y Reconocimiento aéreo en el mar, labor para la que el noble Hercules no había sido diseñado, pero que en virtud de su alcance y capacidad de búsqueda, lo convertía en la única aeronave con posibilidades de llevarla a cabo con éxito. El riesgo de estos vuelos, denominados “vuelos locos” por los tripulantes del Escuadrón, era por todos conocido", manifestó el vicecomodoro.
"El Hercules argentino no poseía ningún medio de autodefensa ni alerta temprana, es por ello que para cumplir estas misiones de exploración, sus tripulaciones debían emplear el vuelo a muy baja cota y arriesgadas maniobras de evasión. Con estas tácticas, buscaban evitar la detección del radar de los buques o interceptores enemigos. Es así como, a través de la orden fragmentaria 2.258, la tripulación del C-130 TC-63 bajo indicativo de vuelo “Tiza”, debió ejecutar la misión de exploración de la zona norte del estrecho de San Carlos, en busca de objetivos navales rentables para los cazabombarderos argentinos", explicó el jefe del Escuadrón I y agregó: "El "Tiza" despegó desde Comodoro Rivadavia el 1° de junio a las 06.30, regresando por una novedad técnica. Una vez solucionada, volvió a despegar a las 08:53 horas. Arribó al punto previsto a las 10:15 horas. Desde allí inició el recorrido triangular hacia el primer punto, al que arribó a las 10:25. Posterior al segundo punto, el C-130 es interceptado por una Patrulla Aérea de Combate enemiga, que disparó sus misiles alcanzando con uno de ellos su plano derecho entre los motores número 3 y 4. El jefe de la patrulla británica, al ver que el avión continuaba volando, se lanzó en persecución para atacarlo con sus cañones, haciendo puntería con absoluta comodidad y logrando el derribo sin sobrevivientes".
"Con este heroico hecho bélico los “7 Bravos” del Escuadrón 1, ganan con su sacrificio los laureles que galardonan nuestro glorioso escudo, marcando con su sangre el camino a seguir por las tripulaciones futuras. Un camino de silencioso compromiso, sin estridencias ni pomposas manifestaciones, un camino de humildad y orgullo. Humildad, para entender que la misión es el norte de toda tripulación y que en ella empeñamos nuestra vida con igual esmero, desde el comandante de aeronave hasta el más joven de los operadores de Entrega Aérea. Orgullo, de sentirnos hoy herederos de ese compromiso con el servicio de armas, compromiso que la tripulación del Tiza fijó como rumbo en junio de 1982 para todos los que pertenecemos a este glorioso Escuadrón", declaró el vicecomodoro.
Por último, concluyó: "La I Brigada Aérea tiene héroes: vicecomodoro Hugo Meisner, capitán Rubén Martel, capitán Carlos Krause, suboficial principal Julio Lastra, suboficial ayudante Manuel Albelos, cabo principal Miguel Cardone y cabo principal Carlos Cantezano. Su pérdida no fue en vano, su ejemplo de vocación y sacrificio vive en los tripulantes de hoy, que nos guiamos con su entrega para el bien de la Fuerza Aérea Argentina y la Patria toda. Honremos a nuestros héroes en la palabra viva de nuestro lema: Podemos para que otros puedan"*.
A continuación se leyó la nómina del personal de la I Brigada Aérea caído en la Gesta de Malvinas, momento emotivo que siguió con la fórmula de rigor que recuerda a nuestros héroes y un minuto de silencio en su honor.
Para finalizar la ceremonia, la plana mayor de la unidad y el Escuadrón I C-130 ubicaron una ofrenda floral en el monumento a los caídos de Malvinas de la Unidad.
Fuente: I Brigada Aérea