Presidencia de la Nación

Ambiente gestionó la incorporación de una miel sustentable al Código Alimentario Argentino

Se trata de la miel yateí, cuya comercialización permitirá a las comunidades que habitan la región boscosa de la selva paranaense, obtener un ingreso haciendo uso sustentable del entorno.


Gracias al trabajo de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, que lidera Sergio Bergman, ante la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL), se logró la inclusión en el Código Alimentario Argentino (CAA) de la miel yateí. Este es un paso más hacia la puesta en valor para la comercialización legal de productos que respetan la biodiversidad de la flora y fauna nativa.

A partir de la resolución conjunta 17/2019 de la Secretaría de Regulación y Gestión Sanitaria, del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación, y de la Secretaría de Alimentos y Bioeconomía, de la Secretaría de Gobierno de Agroindustria de la Nación, publicada hoy en el Boletín Oficial, queda incorporada la miel de Tetragonisca fiebrigi Schwarz, conocida comúnmente en Argentina como yateí, rubita o mestizo, en el Capítulo X del Código Alimentario Argentino (CAA).

Esta inclusión brinda a las comunidades que habitan el bosque la posibilidad de obtener un ingreso alternativo haciendo uso sustentable del entorno, tal como se propone desde el proyecto de uso sustentable de la biodiversidad (USUBI) que lleva adelante la Secretaría de Ambiente nacional.

La miel yateí

Es el producto elaborado por abejas nativas sin aguijón llamadas meliponas (Tetragonisca fiebrigi) derivado de la succión del néctar de las flores, que es transformado, combinado con sustancias específicas propias de las abejas, almacenado y madurado dentro de las colonias.

Su distribución natural en el país comprende regiones boscosas de las provincias del norte. Es una miel consumida desde tiempos precolombinos por los pueblos originarios, siendo en la actualidad un alimento importante de las comunidades rurales.

A nivel regional esta especie posee un gran valor para la biodiversidad, ya que es un importante polinizador de la flora nativa y se destaca como un recurso con potencial económico, pudiendo ser utilizada como complemento productivo, principalmente en predios familiares, comunidades aborígenes y chacras con producción diversificada y bosque en pie, en función de su fácil e inocuo manejo, de las propiedades nutricionales y del valor agregado de los productos obtenidos.

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