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23 de marzo | Día Meteorológico Mundial

El 23 de marzo de 1950, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) reemplazó a su antecesora, la Organización Meteorológica Internacional (OIM), fundada en 1873. En esta nota, recordamos los inicios de esta institución que hoy cumple 150 años.


En conmemoración de la creación, en 1950, de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), todos los 23 de marzo se celebra el Día Meteorológico Mundial. Pero este año es especial y un hito importante lo diferencia del resto: hace 150 años, se fundó la Organización Meteorológica Internacional (OIM), predecesora de la OMM.

En este 150º aniversario, el lema es El futuro del tiempo, el clima y el agua a través de las generaciones. De esta manera, no solo se hace foco en los logros alcanzados desde 1873, sino también en reflexionar sobre dónde estamos hoy y cuáles son los desafíos de las próximas décadas.

OIM

El ciclo hidrometeorológico no distingue fronteras nacionales o políticas, por lo que la cooperación entre países es indispensable, hoy más que nunca. Esta ha sido la filosofía que guio, primero a la OIM y luego a la OMM, en estos 150 años de historia.

La segunda institución más antigua de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en este siglo y medio logró hitos que hoy son parte de la diaria, pero no siempre fue así. Un ejemplo es el almacenamiento, estandarización e intercambio de información entre servicios meteorológicos e hidrológicos de todo el mundo. Estos datos son el ingrediente clave para tener pronósticos de calidad.

En el contexto actual, este 23 de marzo es también un recordatorio de que la acción climática debe ocurrir ya. La información recolectada permitió también entender cómo el planeta está cambiando. Un dato anecdótico es que la fundación de la OIM tuvo lugar en un momento donde las emisiones de las actividades humanas e industriales aún no tenían el peso del siglo XXI.

Hoy, la temperatura global es más de 1 ºC mayor a la de 1873. Los cambios se están acelerando, nuestro tiempo es más extremo y los océanos no solo son más cálidos, sino que están más acidificados. Para preservar el futuro del tiempo, el clima y el agua a través de las generaciones, es indispensable volver a la esencia de la OMM: la cooperación internacional.

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