Marcela Armus
Médica
La memoria, esa usina imprescindible de la subjetividad que acopia y acopla aun los recuerdos (¿traumáticos?) que padecieron el olvido, se vuelve a refrescar con determinados significantes.
LA POLIO: Las escuderías de los autitos del barrio, aquellos que circulaban por el cordón de la vereda, que no se podían chupar por la pintura con plomo, a los que les poníamos plastilina para que se estabilicen, estaban en la largada. Todo se detuvo... todo el barrio salió intuitivamente a pintar “nuestras carreteras infantiles”. Todo pareció inestabilizarse con la amenaza de una enfermedad que afectaba particularmente a los niños y las niñas
Todo fue un acto solidario: Era pleno verano… verano del 56. Se baldeaban las veredas con lavandina y acaroina (me gustaba esa palabra) y pintaban con cal blanca los cordones de la calle y los troncos de los árboles. Había una creencia: así se luchaba contra el virus. Se colgaban del cuello de los niños y las niñas, bolsitas blancas con alcanfor (inolvidable y aliviante su olor), para hacer frente a la tos, el catarro y la congestión nasal. Había quienes también lo usaban para combatir los malos olores… todo “olía” amenazador.
Mi madre, militante popular del progresismo, organizo la movida… no se sabía demasiado... este virus que tomaba de sorpresa la respiración, dejaba terribles secuelas e impedimentos físicos en las niñas y los niños pequeños... tiempos siniestros después de la epidemia, de sillas de ruedas y ortopedias inflexibles.
PARALISIS INFANTIL: que es para la dinámica de la infancia el horror de la inmovilidad, la invalidez, los artefactos ortopédicos a los que recurría la medicina para aliviar los efectos de un flagelo, la desregulación de la temperatura corporal y del sueño, “pie equino, pie valgo, pie balante, pie pronado, rodilla recurvada, cadera flexa, escoliosis, parálisis del deltoides” (el retorno de la imagen infantil tuvo su estampida en mi carrera de medicina: el recuerdo traumático de compañeros del colegio). Sobre la nube blanca de la desinfección de las calles... niños que no podían “ponerse de pie”.
Campaña contra la polio. Los pulmotores. 1956. Archivo General de la Nación, fondo Acervo Gráfico, Audiovisual y Sonoro. ID: AR-AGN-AGAS01-Ddf-rg-1617-348955
Mi padre, fundador del cooperativismo y de las instituciones solidarias, recordaba con emoción y respeto al neurocirujano Ramón Carrillo, que llevo en 1949 la Secretaria de Salud al rango de Ministerio (siii, se permiten las historias comparadas) y que además logró disminuir notoriamente la mortalidad infantil, terminar con el paludismo, el tifus y la brucelosis durante su gestión y había contenido la expansión de la polio en base a las medidas sanitarias de su época, sin que aun llegara la vacuna. Luego llego el terrón blanco de Sabin, política de equidad que permitió que todos los niños estuvieran vacunados, Argentina se transformó en el primer país libre de polio en América Latina.
Las diferencias de clase marcaban les daban morfologías y estéticas a los exilios de las infancias: los niños que se iban al campo, los que se iban a las colonias obreras alejadas de la ciudad, los que no podían más que esperar que la política pública les recuperara el derecho a la salud.
Campaña contra la polio. Aerolineas Argentinas trae equipamiento. 1956. Archivo General de la Nación, fondo Acervo Gráfico, Audiovisual y Sonoro. ID: AR-AGN-AGAS01-Ddf-rg-1617-348957
Hoy se acoplan los recuerdos a una experiencia actual, signada por una pandemia en pleno capitalismo salvaje y no estamos exentos del mosaico de representaciones que le dan a la caracterización de la época una irremediable historia de comparación: médicos y enfermeros en el lugar de lo imposible en los centros de asistencia, la vigencia asistencial y científica del Hospital Muñiz, las dos dosis de virus inactivado, 99% de efectividad en las vacunas, pulmotores (respiradores), campañas de vacunación, la línea de bandera trayendo vacunas…
Hoy se acopla 1956 y 2021...
Lo que no se acopla es la solidaridad y la conciencia social del 56, el esfuerzo entre lo individual y lo colectivo y el doloroso arrasamiento del valor del otro semejante en la tremenda lucha por la dignificación de la vida de este siglo XXI.
Para Inspiraciones: pensamientos desde archivos. Bicentenario del Archivo General de la Nación.
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