Francisco “Paco” Olveira
Cura en opción por los pobres
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NOSOTROS no ellos sin nosotros. ORGANIZADOS. Y COMO SIEMPRE DAREMOS UN GRITO DE CORAZÓN.
En unos breves minutos de entrevista Carlitos Múgica referente del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo nos marca toda una época y transmite lo que corría por sus venas y su corazón.
No era un cura de escritorio, “había aprendido a chapotear en el barro” del cual era consciente “que se podía ir, ellos no”. Había aprendido “a soportar el olor de las aguas servidas”, de las que “podía no sufrir”, no como sus hermanes villeros que sí estaban condenados a patear el barro, a sufrir el frío del rancho, la discriminación por cabecita negra y grasa. Los villeros habían transformado su corazón de oligarca a peronista cuando leyó en una sucia pared de un Conventillo, “Sin Perón no hay Patria ni Dios, abajo los Cuervos”. Y él era cuervo a pesar de ser de Racing, era cuervo porque vestía de negro, sotana o camisa de cura pero sobre todo porque “compartió la alegría orgiástica de la caída de Perón” mientras su Pueblo estaba triste y lloraba. Estaba en la vereda de enfrente, así no podía ser sacerdote de Jesucristo. Se convirtió y como buen convertido era fanático: Mugica y Perón, un solo corazón!
Ahí estaba, en la Creación del Movimiento Villero Peronista, no podía faltar, a días de la Asunción de Cámpora un 25 de Mayo de 1973, tras tantos años de proscripción del peronismo. Carlitos había viajado para traer a Perón, Cámpora al Gobierno, Perón al Poder.
No era mala palabra ser villero, había conciencia de clase, “lo único que había que erradicar de las villas era la pobreza” y para eso había que organizarse desde abajo, desde el pueblo y “formar parte del movimiento que expresaba (y expresa) al pueblo trabajador”.
Los Obispos estaban preocupados y asustados, incitaba a la violencia decían, “nuestro pueblo es pacífico, tiene paciencia, pero la paciencia tiene un límite”, enterraba subversivos montoneros como Ramus y Fernando Abal Medina, la Curia le imponía sanciones. Un cura no debe meterse en política pero una viejita callosa del Norte Santafesino años antes le había dicho otra cosa cuándo él la estaba misionando: “que me venís a hablar de Dios a mí que soy la alpargata del patrón” y tuvo que callarse la boca el predicador.
Violencia era la de arriba, violencia institucionalizada, pecado social como habían dicho los Obispos en Medellín en el año 68, se sabía de memoria ese documento donde se instaba “a defender los derechos de los pobres, a denunciar enérgicamente los abusos entre poderosos y débiles”. Sabía que el cristiano “no es simplemente pacifista, porque es capaz de combatir” como dijo el Papa de esa época Pablo VI y sabía que “la insurrección revolucionaria puede ser legítima en el caso “de tiranía evidente y prolongada”. Si no volvía Perón se iba a armar…
Profundamente sacerdote sufría de ser expulsado de la Iglesia o que no le permitieran ejercer su ministerio, “Nada ni nadie me impedirá servir a Jesucristo y a su Iglesia luchando junto a los pobres por su liberación” dijo después de uno de los atentados que sufrió en su vida. Hombre de oración profunda, cantaba “Vamos a vencer al fin” espiritual negro, creía en la Resurrección del “idealista” Jesús, “que venció al pecado y la muerte”. Por eso no se callaba aunque las balas picaban cerca.
En esta entrevista de Canal 13!, Si Canal 13 esta vez sin chicanas ni golpes bajos, estaría también la causa de su condena a muerte: asesor ad honorem en el Ministerio de Bienestar Social se enfrentó a López Rega, el brujo, el ministro, el fundador de la Alianza Anticomunista Argentina, quien no iba a permitir que los villeros construyeran sus propias casas y menos iba a permitir el desplante de ese cura de renunciar a su cargo pero seguir fiel a Perón.
Una ráfaga de metralla un 11 de mayo de 1974 en Mataderos, en la puerta de la Iglesia de San Francisco Solano lo calló. Allá cada año, al terminar la Misa en su memoria, frente a la placa que muestra el lugar, los curas en opción por los pobres y todas, todos y todes los que asistimos cantamos dos canciones, una dice en su estribillo:
Tras la luz se marchó ahora puede iluminar, Carlos Mugica no ha muerto vive en nuestra hermandad.
Y la otra comienza así:
Los muchachos peronistas todos unidos triunfaremos... y por si no la saben continúa más adelante PARA QUE REINE EN EL PUEBLO EL AMOR Y LA IGUALDAD.
Nada más cristiano
Para Inspiraciones: pensamientos desde archivos. Bicentenario del Archivo General de la Nación.
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