Desde hace diez años, más de una decena de quinteros se agruparon para producir y poder competir en el mercado.

La realidad de las familias productoras de verduras agroecológicas no suele ser simple, son parcelas pequeñas que no pueden competir con los grandes productores, no solo por el tamaño del campo, sino también, por los tiempos de producción. Estos pequeños productores generan menos cantidades de verduras, pero lo hacen de manera natural, utilizando productos libres de cualquier tipo de contaminantes como, por ejemplo, fertilizante a base de guano de gallina en lugar de insumos industriales peligrosos.

Es a partir de eso que un grupo de quinteros de Florencio Varela decidió conglomerarse y formar la Asociación Civil 1610, que aúna a un grupo de productores que viven en la misma calle.

Compartir herramientas, compras de insumo grupales y precios unificados son algunas de las políticas que tienen dentro de la asociación. Fijar el precio del bolsón de productos es una de las herramientas que más resaltan, pues evitan quedar en posición relegada frente a los productores de mayor calibre. Esto es posible gracias a un frente unificado que permite un mejor margen de negociación y la capacidad de fijar precios populares, pero competitivos, de sus productos.

Gonzalo, referente de la organización, comenta que la mayor parte de los productores que pertenecen a la Asociación, no son dueños de la tierra, y al tener que alquilar los costos son aún más grandes. Es por eso que generar un complejo colectivo de productores, no solo es una herramienta a la hora de producir, sino que también, les otorga mejor capacidad de negociación a la hora de definir los valores de su mercancía y los sitios donde poder ubicarlas.

Comenta, también, lo importante de la ayuda provista por el programa Sembrar Soberanía, que significo un ingreso de fondos otorgado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, con el cual pudieron comprar suministros como por ejemplo palos y nylon para armar invernáculos, desmalezadoras y fertilizantes naturales a base de guano de gallina.

La Asociación realiza periódicamente asambleas para discutir las problemáticas que van surgiendo y a su vez fijan el precio del bolsón de alimentos, que tendrá precio fijo por un lapso de tiempo que definen en la asamblea. Otro tema que abordan es donde comerciaran sus productos. Gonzalo, comenta que al utilizar nodos de consumo afianzan la relación entre productor y consumidor, logrando de esta manera que aquellos que compran estén al tanto de los beneficios de la agroecología y de las problemáticas de los productores, forjando así lazos duraderos entre quienes producen y quienes consumen.

Actualmente la asociación cuenta con 14 quinteros y fue creada hace diez años. Luis, referente de la organización, comenta de las dificultades que tienen los pequeños productores, pero resalta que son ellos quienes, a pesar de contar con pocas hectáreas, son quienes producen la mayor cantidad de alimentos que pasará por las mesas de los ciudadanos. Cuenta, también, que además de organizar a los quinteros para mejorar las dinámicas de explotación de la tierra, realizan talleres en articulación con el INTA sobre variados temas como por ejemplo la conservación de semillas, bio-preparados, taller de abonos verdes, etc.

También, resalta que agruparse y formar una asociación civil fue la mejor herramienta, y la que más se ajusta, para encarar los problemas que encuentran aquellas familias que motorizan la producción de alimentos libre de agro tóxicos.