La gestión de los residuos radiactivos comprende todas las etapas y actividades, desde la recolección y el transporte hasta la disposición definitiva.

Cuando ingresa una carga al Área de Gestión de Residuos (Foto 1), la caracterización de los mismos residuos resulta fundamental para definir qué elementos contienen, qué tipo de radiación emiten y, en función de ello, cuánto tiempo de aislamiento es necesario para que ya no constituyan un riesgo para las personas ni para el ambiente.

La caracterización implica medir las propiedades físicas (como el volumen y el peso), la composición química y las propiedades radiológicas (la actividad de los elementos) de los elementos contenidos en esos residuos. Una vez determinadas sus características, es posible establecer el tratamiento y el sistema de almacenamiento y/o disposición adecuado (foto 2).

En general, el tratamiento (foto 4) se orienta a la reducción de los volúmenes (por ejemplo, por medio del prensado o compactación) y a la inmovilización de los residuos (para evitar su dispersión al ambiente). Para ello, se los puede incluir dentro de diversas sustancias, como polímeros, asfalto, vidrio o cemento.

Para almacenar los residuos se los envasa en contenedores metálicos especiales.

En el Centro Atómico Ezeiza, el PNGRR (foto 5) cuenta con un predio destinado al tratamiento, acondicionamiento y almacenamiento interino de los residuos producidos por los pequeños generadores. También se almacenan allí las fuentes selladas en desuso, provenientes de aplicaciones médicas e industriales llevadas adelante en todo el territorio nacional.