En los primeros tiempos de la colonia, algunas instituciones como el Consejo de Indias, la Casa de Contratación, el Tribunal de Cuentas y la Junta de Real Audiencia, vinculadas a operaciones impositivas comerciales, suplieron la carencia de aduanas.
Desde fines del siglo XVIII, abierto el puerto de Buenos Aires al comercio con la metrópoli, la Real Aduana cumplió un papel fundamental como organismo encargado de percibir las rentas que se destinaban a cubrir gran parte de las necesidades de la Administración.
Producida la Revolución de Mayo, se dictó un Reglamento Provisional que estableció la libertad de comercio, reconoció a las rentas de la Aduana como la principal fuente de sostenimiento económico del nuevo gobierno, y al organismo como institución fundamental para la administración de esas rentas.
En sus orígenes la Aduana, junto con la Tesorería, se instaló en la Ranchería, en la intersección de las actuales calles Perú y Alsina, hasta su traslado en el año 1785 a una nueva sede próxima al río.
En el año 1907 se autorizó la construcción de un edificio para la Aduana Nacional, acorde con la importancia que la institución había adquirido, en un terrero ganado al río y reservado para uso fiscal.
Los arquitectos Eduardo Lanús y Pablo Hary fueron los autores del proyecto, y las obras, iniciadas en el año 1909, culminaron en octubre de 1910, cuando la nueva sede de la Aduana fue inaugurada por el Presidente de la Nación doctor José Figueroa Alcorta.
El edificio, estilísticamente encuadrado en el repertorio formal y compositivo del clasicismo francés del siglo XVIII, se organiza a partir de un eje central de simetría coincidente con su acceso principal, que está flanqueado por pares de columnas rematadas por figuras alegóricas.
En el interior se destaca la calidad de factura de las escaleras en mármol de Carrara, los detalles ornamentales con vegetales y cabezas de animales, y las carpinterías de hierro y barandas, que presentan un elaborado diseño con figuras de antorchas y guirnaldas de acanto y laureles frutados.
El edificio de la Aduana Nacional es un testimonio de la creciente importancia que adquirió la ciudad de Buenos Aires desde fines del siglo XIX, con la consecuente construcción de equipamientos e infraestructuras adecuadas a su condición de capital de la República.
Ubicación:
Provincia: Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Dirección: Azopardo 350
Declaratoria: Decreto N° 1.309/2009
Categoría: Monumento Histórico Nacional