Los movimientos en las Georgias del Sur
En septiembre de 1979 el empresario argentino Constantino Davidoff, especializado en negocios con chatarra, firmó un contrato con la empresa Christian Salvensen de Edimburgo (Inglaterra), adquiriendo instalaciones balleneras abandonadas en las Islas Georgias del Sur.
Davidoff gestionó en la Embajada Británica de Buenos Aires el servicio del Rompehielos HMS "Endurance" a fin de transportar a las islas el personal y los equipos necesarios para desmantelar las instalaciones, pero como su pedido no fue aceptado, la Armada Argentina llevó a cabo la tarea.
El empresario comunicó a la Embajada Británica su viaje y en diciembre de 1981 zarpó con destino a las Georgias del Sur, a bordo del Rompehielos ARA “Almirante Irízar”.
El 19 de marzo de 1982, Davidoff regresó a las Georgias del Sur en el Transporte ARA “Bahía Buen Suceso” y en dicha oportunidad se produjo el izado de una bandera argentina en las islas. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña ordenó el envío del HMS "Endurance" con el objetivo de obligar a los operarios a arriar la bandera y evitar el desembarco del personal.
El 21 de marzo, luego de que el ARA “Bahía Buen Suceso” zarpara de las Georgias del Sur, dejando el grupo de Davidoff en tierra para seguir con sus tareas, el Gobierno británico solicitó al Gobierno argentino desalojar a los operarios allí apostados.
Al día siguiente, el Transporte Polar ARA "Bahía Paraíso" zarpó de la ciudad de Ushuaia con un equipo compuesto por 15 hombres pertenecientes a las Fuerzas Especiales, quienes debían desembarcar en Puerto Leith y brindar seguridad y apoyo a los obreros que realizaban el desguace de las factorías, evitando que los trabajadores argentinos fueran desalojados por la fuerza por las tropas embarcadas en el "Endurance".
El "Bahía Paraíso" arribó a Puerto Leith el 24 de marzo y tras desembarcar las Fuerzas Especiales, permaneció navegando en proximidades de las Islas Georgias del Sur, cruzándose en su derrota con el "Endurance". A partir de este evento, se sucedieron una serie de reuniones y conversaciones de alto nivel a fin de suavizar el tono de la negociación diplomática.